Llega el momento deseado: la primera cita. Los nervios invaden tu ser y es inevitable el pensar qué hacer y, si después de esto, habrá un segundo encuentro.
En normal agobiarse con cuestiones como estas y tener muchas dudas sobre qué hacer, cómo actuar o qué ponerte para que todo vaya como la seda, por lo que te recomendamos que leas tranquilamente nuestros consejos para que todo salga genial en esa primera toma de contacto o, al menos, hayas puesto todo de tu parte.
Bien es cierto que la primera impresión es vital. Por ello empezaremos por el envoltorio: qué ponerse en la primera cita.
Lo más importante, además de ir guapa, es ir cómoda y que la otra persona perciba que te sientes segura de ti misma. Numerosos estudios aseguran que aproximadamente el 47% de los hombres se fija mucho en las prendas femeninas como los vestidos y faldas para sentirse atraídos por una mujer o no, demostrando que a veces sí puede existir el "amor a primera vista".
Muchas veces la manera de vestir puede definir la forma de ser de una persona y un color que la mayoría del sector masculino considera muy sensual es el negro, así que, si no lo tienes claro, apuesta por él y no fallarás.
No te olvides de potenciar aquellas partes del cuerpo de las que estás más orgullosa, un ligero escote, unas piernas bonitas, tus curvas... pero sin pasarte; no dejes ver demasiado o ya le estarás contando mucho de ti. ¡Deja que te vaya descubriendo!
Respecto al maquillaje, no salgas de casa pintada como una puerta, apuesta por un maquillaje natural que destaque tus puntos fuertes. Una base ligera, máscara de pestañas, sombras de ojos suaves y gloss en los labios, puede ser suficiente.
Además, los modales son claves para reforzar positivamente esa primera toma de contacto. Por ejemplo, a nadie le gusta ir a cenar con alguien y ver que habla mientras come, por lo que el saber estar es esencial a la hora de causar una buena impresión.
¿De qué hablar? Sin duda, es una de las eternas preguntas en la primera cita. A la hora de sacar temas de conversación, siempre está bien proponer temas comunes y mostrar interés. Pero no te pases, y no hables demasiado, siempre en su justa medida, pues puedes meter la pata con cualquier inconveniencia y luego arrepentirte. No se trata de medir cada frase o cada palabra, pero sí de pensar un poco para no soltar lo primero que se te ocurra.
Algunas investigaciones sociológicas demuestran que los temas que más pueden incomodar para un primer encuentro son aquellos que abordan la situación económica o el trabajo, así como otras cuestiones que se adentren en un terreno más personal. No hace falta explicar toda tu vida, ni tus problemas ni secretos más íntimos, no es el momento. Ya habrá tiempo de pararse en ellas en próximas citas, cuando la relación esté más avanzada y se estrechen lazos.
Si no muestras tu carácter, tarde o temprano saldrá a relucir y es mejor mostrarte tal y como tú eres desde un inicio. De esta forma, no hay lugar a malentendidos posteriores, pues la sinceridad es lo que más se valora. Sé lo más natural posible. Reír en los momentos agradables, estar más seria cuando se requiera y siendo totalmente transparente.
Por ello, lo mejor es ser natural y comenzar con buen pie hablando sobre inquietudes que ambas personas puedan tener en común. Al fin y al cabo, la primera cita consiste básicamente en pasárselo bien y disfrutar de una buena conversación para irse conociendo poco a poco. No te precipites ¡o le asustarás!
Otro detalle no por ello menos importante es mostrar durante el encuentro que te interesa lo que tu acompañante te está contando, así que, escúchale con atención y participa en la conversación.
Para concluir la velada, lo mejor es no agobiarse con el tipo de despedida que tendréis o qué clase de beso será el más adecuado. No planees nada, déjate llevar por la sensación que te ha causado esa cita y disfruta del momento. Ten en cuenta que la naturalidad y la espontaneidad pueden llegar a ser tus mejores armas de seducción.
Y si no estás segura de que esa cita realmente haya calado en tu acompañante, lo tendrás claro si tienes en cuenta el lenguaje corporal del amor, una forma de comunicación sutil pero real, con la que descubrirás si realmente le interesas.