Refrescante e ideal para el verano. La limonada se convertirá en una bebida imprescindible en tu casa cuando pruebes nuestras propuestas.
Mariola Báez Verdú 3m 43s
Una jarra de limonada bien fresquita en la nevera es una de las bebidas que mejor sienta en la época estival. A media mañana, después, tal vez, de hacer un poco de ejercicio, para una improvisada merienda... es perfecta para hidratarte y quitar la sed mientras disfrutas de un aroma y sabor de lo más agradable tomando, de paso, una dosis extra de la vitamina C que te aportan los cítricos.
Los ingredientes básicos son simples: agua fría, azúcar (o edulcorante) y zumo de limón, y el método de preparación muy sencillo, pero, si quieres, puedes darle a tu limonada un toque novedoso y personal añadiendo, por ejemplo, otras frutas, infusiones o algunas hierbas y especias que lograrán "personalizar" tu limonada.
Para hacer una limonada tradicional (jarra de 1 litro) necesitas: 1 litro de agua, 3-5 limones y 100-150 grs de azúcar. En un cazo a fuego lento, diluye el azúcar en un poco de agua (un vaso). Parte y exprime los limones y mezcla el zumo en la jarra con el agua fría y el azúcar ya disuelto. Remueve bien y deja enfriar al menos un par de horas.
Por supuesto, esta receta puede adaptarse a tus preferencias haciéndola más o menos dulce/ácida (con una mayor o menor cantidad de azúcar y limones). Otra opción es convertirla en un apetecible granizado, añadiendo mitad de agua y mitad de hielo picado.
Otras buenas sugerencias para variar y darle un toque original son:
Limonada al té verde
Súper refrescante y, además, con todos los beneficios que el té aporta a tu organismo (y a tu figura). Prepara una infusión de té verde y, estando aún caliente, añádele una cucharada de azúcar (mejor moreno) y una hoja de hierbabuena. Deja reposar 15 minutos. Mientras, prepara la limonada tradicional pero con menos cantidad de agua (3/4 litro) y añade el té con la hierbabuena cuando la infusión esté fría. Guarda en la nevera y disfruta de una limonada de aires orientales.
Limonada con frutos del bosque
Exprime dos o tres limones, cuela el zumo y viértelo en una jarra junto a un litro de agua fría y unos cubitos de hielo (o hielo picado). Añade los frutos rojos que más te gusten: fresas, arándanos, cerezas, moras... haz un corte en alguno de ellos para que suelten su particular sabor y den color a esta deliciosa propuesta.
Limonada "tropical"
Añade al agua fría el zumo y la pulpa de dos limones, una lima y una fruta de la pasión (maracuyá natural o zumo de bote). Incorpora, además, la ralladura de la cáscara de la lima para intensificar el sabor. Endulza a tu gusto y deja macerar al menos dos horas. Cuela y añade hielo picado antes de servir.
Limonada con kiwi
Mezcla en batidora los gajos de 3 limones y 2 kiwis pelados y troceados junto a 1 litro de agua fría. Añade 2-3 cucharadas de miel o si lo prefieres, la misma cantidad de leche condensada (les encantará a los más golosos) para que la bebida no resulte demasiado ácida. Deja en nevera y si quieres que la limonada no resulte demasiado densa, cuélala y añade un poco de hielo picado.
Limonada con jengibre y anís
Como toque original de excelente sabor esta limonada incorpora la ralladura de raíz de jengibre (muy refrescante) y el aromático sabor de unos granos de anís (especia). Da un hervor a las tiras de jengibre y deja enfriar. Mientras, machaca en mortero unos granos de anís. Haz tu limonada con el agua fría, el azúcar y los limones e incorpora, finalmente, estos dos ingredientes que serán tu "truco" para lograr una bebida sorprendente.
Si te has quedado con ganas de más y quieres disfrutar al máximo del verano pero sin ganar kilitos extra que tanto esfuerzo cuesta perder, ficha nuestra selección de bebidas refrescantes y veraniegas bajas en calorías.