Es un ingrediente de lo más versátil con el que preparar platos muy sencillos, repletos de color y sabor. Para hacer tus ensaladas, elige preferentemente arroz de grano largo (tipo basmati) y cuécelo de la forma correcta, de manera que el grano quede suelto y en su punto. Debes utilizar dos medidas y media de agua o caldo por cada medida de arroz (aproximadamente una taza por persona). Echa el arroz cuando el agua ya esté hirviendo y deja cocer sin remover.
El arroz permite múltiples y deliciosas combinaciones, siempre que consigas un buen equilibrio entre los distintos ingredientes. Algunas ideas para que saques el máximo partido al siempre apetecible arroz son:
El delicado sabor del salmón ahumado casa a la perfección con el arroz. Una vez hervido el cereal, y ya frío, incorpora unas tiras de salmón y media lata de maíz dulce. Adereza con sal, pimienta blanca recién molida y un toque de eneldo. Puedes presentar el plato haciendo un flan con el arroz y el resto de ingredientes, bien mezclados, y terminar decorando con un trozo de salmón que corone, con gracia, el flan. Completa colocando alrededor tomatitos cherry.
Completa, equilibrada, nutritiva y ligera, perfecta como plato único. Cuece el arroz y, en otro cuenco, un huevo por comensal. Una vez hecho, pasa el arroz por aceite. Fríelo sólo unos minutos removiendo constantemente. Reserva y, mientras se enfrían ambos ingredientes principales, trocea una loncha gruesa de jamón serrano (haz taquitos). Además, lava y seca muy bien unas hojas de lechuga (serán la base de la ensalada). Mezcla el arroz con los tacos de jamón, el huevo duro picado y unas nueces troceadas. Monta el plato colocando primero la lechuga y, seguidamente, el arroz con el resto de ingredientes. Aliña generosamente con aceite de oliva.
Corta en juliana media cebolleta y medio pimiento rojo, salpimenta y saltea en sartén con unas cucharadas de aceite de oliva. Por otra parte, haz a la plancha un filete de pechuga de pollo (también puedes aprovechar si te ha sobrado pollo asado). Trocea el pollo e incorpóralo al salteado junto a una rodaja de piña en almíbar hecha cuadraditos. Mantén a juego medio unos minutos y, seguidamente, añade el arroz previamente cocido. Sazona a tu gusto y, da un toque exótico añadiendo media cucharada de curry (justo al final de la cocción). Puedes tomar esta ensalada como plato caliente o frío.
El contraste de sabores que conseguirás con esta ensalada hará que se convierta en una de tus favoritas. Hierve el arroz y, seguidamente, saltéalo ligeramente en sartén con unas cucharadas de aceite de oliva y un ajo picado. Una vez frío, incorpora unas puntas de espárragos verdes (lata) y unas gambas peladas (las tienes congeladas listas para darles un hervor y añadirlas). Aliña con aceite, vinagre y unas gotas de limón y añade sal y pimienta a tu gusto.
Prueba a hacer esta refrescante ensalada, mezclando, junto al arroz hervido, una lata de atún, unos palitos de cangrejo desmenuzados, una zanahoria rallada y unas alcaparras. Remueve bien y liga todos los ingredientes con unas cucharadas de mayonesa (mejor light). Añade sal, pimienta y perejil picado y deja reposar en nevera al menos una hora, pues es muy importante disfrutar de esta ensalada bien fría.
Fácil, deliciosa y muy original. Prepara el arroz de forma adecuada y, mientras se cuece, trocea unos palmitos (lata) y medio aguacate. Mezcla todos los ingredientes y añade unas aceitunas negras sin hueso (pártelas en trozos más pequeños). Adereza con sal, pimienta, aceite, vinagre, limón y un pellizco de orégano ¡y listo!
Como colofón a una de estas deliciosas ensaladas de arroz, nada como disfrutar de un postre ligero con frutas, la mejor forma de dar por terminada una comida sana y equilibrada.