¿Embarazada en pleno verano? Consejos para hacerlo más llevadero

Isdin

El verano es la época del año que más incomodidades produce a las mujeres embarazadas, siendo el mes de agosto, por excelencia vacacional y muy caluroso, uno de los más problemáticos y que despiertan temores en las gestantes respecto a las consecuencias de las altas temperaturas, el sol o la deshidratación.

Con el fin de despejar dudas y dejar a un lado falsas creencias, la ginecóloga Sofía Fournier comparte algunos consejos para disfrutar de tu embarazo también en verano:

La hinchazón

Kate Hudson - Gtres

Es habitual notarse un poco más hinchada en verano, por lo que la ropa ajustada resultará muy incómoda. Lo ideal es escoger prendas amplias, frescas y de colores claros para combinar con zapatos planos.

Además, si las piernas se hinchan al final del día o aumenta la sensación de pesadez, hay que evitar los alimentos salados e intentar no permanecer mucho tiempo de pie. Se aconseja colocar los pies en alto y hacerse masajes con gel para piernas cansadas, perfectos los de efecto frío.

¿Puedo bañarme?

El baño en el mar o en la piscina puede realizarse hasta muy avanzado el embarazo, aunque -en opinión de la ginecóloga- en las últimas semanas es prudente no permanecer mucho tiempo sumergida. En el agua, la gestante puede practicar muchas actividades porque no tiene que soportar su propio peso.

¿Puedo tomar el sol?

Las embarazadas también pueden tomar el sol, aunque en esta época aumenta el riesgo de aparición de manchas en la piel, especialmente en la cara (cloasma), por lo que es preciso emplear un buen protector solar o bien buscar zonas con sombra.

La hidratación, fundamental

Otro factor importante es mantenerse bien hidratada. Beber agua y comer fruta fresca (sandía, melón o piña) hidratan y, además, tienen un ligero efecto diurético muy beneficioso. Si a esto le unimos tomar un té frío al día, es una forma natural de evitar la retención de líquidos en verano y sentirte más ligera.

Fotolia

Dieta sana rica en frutas y verduras

En verano es necesario aumentar la ingesta de frutas y verduras. Es un buen momento para hacer una dieta sana ya que apetecen alimentos frescos como ensaladas, gazpachos y frutas. Eso sí, hay que extremar las precauciones para su conservación y evitar las mayonesas, las salsas artesanas con huevo y los alimentos que contengan crema.

Además, para que no se produzcan mareos o caídas bruscas de tensión lo recomendable es comer cada dos o tres horas un pequeño snack, beber agua y evitar las actividades en las horas de máximo calor.