Tras la dulce espera tienes entre tus brazos a tu hijo, un bebé precioso y saludable con el que pensabas sentirte más feliz que nunca, pero sin embargo, descubres que no es así, estás triste, irritable, te asaltan muchos miedos, te sientes confusa y probablemente te culpas por lo que estás sintiendo, llegando incluso a dudar, en algunos casos, de tu capacidad como madre.
Debes empezar a tratar y superar la situación, tomando conciencia y asumiendo que lo que te ocurre es un proceso normal que sufren un gran número de mujeres tras el parto, se trata de la depresión puerperal leve o también llamada "Maternity Blues".
Existe un cansancio físico notable, no descansas bien y tu cuerpo se encuentra inmerso en una revolución hormonal, principales factores desencadenantes de esos sentimientos confusos que no esperabas. Pueden añadirse otros trastornos psicológicos, como la sensación de incapacidad de llevar adelante la crianza y cuidados del bebé, pensando que te enfrentas a una responsabilidad que no podrás asumir, que no estarás "a la altura".
En otras ocasiones, al volcar todas las atenciones hacia el bebé, las madres pueden sentirse "desplazadas" cuando también ellas necesitan y reclaman cariño y cuidados.
Al tratarse de una situación pasajera, generalmente todo vuelve a su cauce y comenzarás a sentirte mejor tras un par de semanas como máximo, tiempo que debes darte para asimilar la nueva situación y para que tu cuerpo se recupere y comience a estabilizarse.
Te ofrecemos algunas recomendaciones básicas para que superes con éxito esta etapa y disfrutes de tu maternidad:
Es importante destacar que existe un porcentaje de mujeres, no demasiado elevado pero existente, que se enfrentan a lo que se denomina una "depresión postparto", la cual requiere de tratamiento psicológico adecuado.