La movilidad compartida en patinetes eléctricos se ha convertido en un fenómeno a nivel internacional y, en poco más de un año, ha llegado a muchas de las principales ciudades del planeta. Se trata de una alternativa sostenible, respetuosa con el medio ambiente y asequible para realizar viajes cortos en ciudad sin contaminar el aire ni aumentar el tráfico.
No obstante, pese a su popularidad, la reciente implantación en algunas ciudades aún genera dudas sobre cuestiones fundamentales, como por dónde pueden circular y cómo estacionar los patinetes. Con la ayuda de Bird, líder en transporte compartido, despejamos todas tus dudas y te ofrecemos una serie de consejos para que los usuarios de patinetes eléctricos se muevan por la ciudad de forma segura y responsable, tanto para ellos, como para los peatones y el resto de vehículos. ¡Toma nota!
Aunque el uso del casco no es obligatorio para circular en patinete, es innegable que ofrece una valiosa protección. Por tanto, se recomienda el empleo del casco a fin de circular de la forma más segura posible.
Montar en patinete es realmente sencillo, pero su correcto manejo exige llevar siempre ambas manos en el manillar para un mejor control. Y, por supuesto, hay que evitar todo tipo de distracciones, como el teléfono móvil y escuchar música con auriculares.
Una de las cuestiones que suscitan más dudas y debates es: ¿por dónde pueden circular los patinetes? Y la respuesta no siempre es sencilla, ya que hay numerosas ciudades que todavía no han regulado su uso y, entre las que sí lo han hecho o están a punto de aprobar sus nuevos planes de movilidad, hay importantes diferencias. Sin embargo, lo que sí está claro es que la acera nunca será una opción, puesto que debe quedar reservada sólo a los peatones.
Hoy por hoy, el carril bici es el espacio ideal para moverse en patinete eléctrico, libre de coches y atascos. No obstante, en ciudades como Madrid, los patinetes también pueden circular por calles (excepto carriles bus) con un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora o inferior.
La velocidad máxima a la que se puede circular en patinete puede variar de una ciudad a otra, aunque la norma general fija el máximo en 30 km/h. En cualquier caso, no hay por qué circular al límite permitido y lo más recomendable es hacerlo a una velocidad adecuada a la situación de la vía, el tráfico y, muy importante, a la experiencia de quien lleva el patinete.
Siempre que sea posible, es conveniente elegir una ruta conocida. Es la mejor opción para evitar imprevistos, como calles con alta densidad de tráfico o zonas donde no esté permitido el uso del patinete.
Una de las cuestiones que está generando más debate social es cómo y dónde deben aparcar los patinetes. Una vez más, lo más probable es que la norma no sea homogénea en todas las ciudades españolas cuando regulen el uso del patinete en sus ordenanzas municipales de movilidad. Pero lo que nunca podrá fallar es el sentido común: jamás se debe aparcar un patinete donde suponga un obstáculo para los peatones u otros vehículos. Esto es especialmente importante en el caso de las aceras: es obligación de todos mantenerlas limpias y seguras.
En ciudades como Madrid, la nueva Ordenanza de Movilidad permite estacionar los patinetes en las reservas de motos y aparcabicis, así como en cualquier banda de estacionamiento donde esté permitido aparcar. También, excepcionalmente, en aceras de más de 3 metros que no hayan sido declaradas de “especial protección para el peatón”.
El 2 de enero de 2021 ha entrado en vigor la nueva normativa sobre el uso del patinete eléctrico. A partir de ahora, los usuarios que deseen utilizar esta alternativa de transporte deberán solicitar a la DGT un certificado de circulación para acreditar que cumplen con los requisitos técnicos.
La velocidad queda limitada a 25 km/h su circulación deberá realizarse exclusivamente por la carretera, por lo que tienen prohibido circular y estacionar en las aceras, tampoco podrán circular por el carril bici o vías interurbanas, travesías, autopistas, autovías y túneles urbanos. De esta forma, la DGT implementará su uso en carretera como un vehículo más y por tanto, tendrá que someterse a las mismas leyes de tráfico que cualquier otro conductor.