Hay quienes dicen que nos enamoramos, de verdad, solo una vez en la vida. Pero eso es porque no han estado en el lugar adecuado para enamorarse una y otra vez de la persona ideal. Y si esa ciudad la visitamos en San Valentín con nuestra media naranja ¡mucho mejor! Esta festividad se remonta por allá, por el siglo III, cuando el sacerdote Valentín desafió las órdenes el emperador Claudio II, en Roma, para que las parejas jóvenes tuviesen derecho a unirse en matrimonio. De ahí aquello de que: “el amor no conoce de obstáculos” … ni de fronteras. Y por eso no hay mejor forma que rendir honor a esta gesta heroica del Santo que reencontrándonos con el amor ¿Cómo? Escapándonos a esos lugares que elevan por los cielos la hormona del amor (la oxitocina) y ponen a mil por hora el corazón.
Rumbo.es nos invita a descubrir los rincones secretos de algunos de esos destinos, esas ciudades que están entre las más románticas del mundo. ¿Quieres saber cuáles son?
París ofrece todo para los más enamorados. Los románticos de verdad anhelan una cosa en esta ciudad: revivir el beso más famoso de la historia, el que el fotógrafo Robert Doisneau inmortalizó en la plaza del Hôtel de Ville. Para más amor (e intimidad) está la fuente de Médici en los Jardines de Luxemburgo y el Lac Daumesnil, donde se puede disfrutar de un bonito paseo en bote. Dicen que es llegar ahí y sentir que el amor se apodera de todo tu cuerpo…
Para quien aún no lo sepa, Venecia tiene su fama de ciudad del amor gracias, en parte, a las aventuras de Casanova. La cantina Do Spade es uno de los lugares donde este seductor se encontraba con sus amantes. Hoy en día las parejas van, pero a pasar una velada romántica, sin ánimo de aventuras. Otro rincón especial es la isla de Torcello, donde se pueden seguir los pasos de Ernest Hemingway en un romántico vaporeto y deleitarse con una cena bajo las pérgolas en el idílico restaurante Locanda Cipriani.
La capital de Islandia tiene un “no sé qué” que la convierte en un imán para muchos enamorados. El Valle de Reykjadalur es el paraíso de los amantes. Recorrer esta zona es adentrarse en un paraíso que pocos tienen la suerte de descubrir ¿Alguien se ha imaginado alguna vez coronar la pedida de mano de su amada con una aurora boreal? ¡No hay quien se le pueda resistir!
¿A que nadie sabía que los restos de San Valentín se encuentran en la capital de la República Checa? Vyšehrad, uno de los recintos amurallados más hermosos que hay en el mundo, es uno de los lugares donde se dice que descansa el santo. Allí se celebran procesiones de novios que buscan la bendición del santo que luchó por defender el amor. Muchas parejas continúan su velada con un paseo en carruaje o convertible antigua en la Plaza de la Ciudad Vieja, al más puro estilo señorial. Y si es por rincones secretos, la Alameda de Havlíček, un mágico jardín inglés con una bodega de vinos, una cafetería y hasta una bolera antigua, para celebrar San Valentín con un original duelo muy deportivo, pero siempre manteniendo ese toque de pasión. Para tomar una copa de cava, la Champagneria ofrece a los amantes un ambiente romántico en una galería de arte.
Su arquitectura hace que todo parezca que transcurre en un cuento de hadas. Un lugar único: el parque Minnewater y su conocido “lago del amor”, que esconde la trágica historia de amor imposible. Según cuenta una leyenda flamenca, la joven Minna se refugia en ese bosque para defender su amor, pero cuando Stromberg, su amado, la encuentra muere en sus brazos. Dicen que el amor de las parejas queda sellado sólo con cruzar el puente. Lo apasionante de esta ciudad se puede percibir aún más con un paseo en bicicleta y con un recorrido en bote por sus canales ¡Para enamorarse una y otra vez!
La historia de San Valentín comienza en la Ciudad Eterna y esa es la razón por la que nadie duda en considerarla la verdadera ciudad del amor. ¿Quién no recuerda a Gregory Peck y Audrey Hepburn viviendo un particular romance en la película “Vacaciones en Roma”? Los fans pueden rememorar las hermosas escenas en una pequeña callecita llamada Margutta, concretamente en el número 51, donde estos dos amantes asentaron su nidito de amor. Una zona tranquila en pleno centro de Roma perfecta para los más cinéfilos y romanticones. Y como es de esperarse, Roma también tiene leyendas. Una de ellas está en la Fuente de las Tortugas. Se dice que el Duque Mattei la mandó a construir en un solo día como promesa a su suegro y para sorprender a su amada. ¿Qué mejor prueba de amor?
La antigua Grecia dejó grandes legados a la humanidad ¿Pero a que no sabías que la forma de amar es uno de ellos? Según su creencia, existen cuatro tipos de amor: Eros, Storgé, Philia y Ágape. Un viaje a Santorini puede ayudar a descubrir cuál es el que realmente tenemos con nuestra pareja. En esta paradisíaca isla del mar Egeo se puede disfrutar de una estancia romántica en el Aenaon Villas, un enclave de lujo para veladas inolvidables. Y como el protagonista es el mar, no puede faltar un viaje en bote hacia las islas cercanas y grutas naturales desde donde se pueden ver espectaculares puestas de sol.
Cualquier pareja añoraría vivir una aventura de pasión en la Gran Manzana, como ocurre en las películas. ¿Y si el amor de tu vida se te declara con un flashmob en plena Grand Central Station, como sucede en la película “Con derecho a roce” con Justin Timberlake y Mila Kunis? Esta impresionante obra de arquitectura puede ser escenario de una cita perfecta que termine con un viaje en tren muy especial. Si el viaje tiene como objetivo una pedida de mano entonces el lugar ideal es el Brooklyn Bridge Park. Un parque de más de 30 hectáreas con caminos y senderos a lo largo del río y unas vistas de Manhattan para soñar. Allí se puede encontrar el Jane´s Carousel, un antiguo tiovivo de mucho encanto que puede ser el escenario soñado de una pedida de mano.