Este verano apúntate a este novedoso tratamiento que utiliza luz de diferentes colores para prevenir los efectos del sol y evitar el envejecimiento prematuro. Se trata de una terapia que, además, resulta perfecta para tratar las rojeces, el acné y la hiperpigmentación. Es la terapia perfecta que prepara tu piel para el verano.
Suena complicado, pero en la práctica es una terapia de lo más sencilla. La bioestimulación luminica es un tratamiento que acaba de aterrizar en España y que consiste en la utilización de diodos emisores de luz visible de banda estrecha de diferentes colores que estimulan las células dérmicas y epidérmicas.
Esta es la teoría, pero la puesta en práctica -que es lo que interesa- nos dice que es el tratamiento ideal a realizar antes del verano, "porque reduce la respuesta inflamatoria nociva de los rayos ultravioleta sobre la piel, inhibiendo también la formación de radicales libres", explican desde la madrileña clínica Planas, donde cuentan con una gran experiencia practicando esta terapia con luz.
Ideal para combinar con otros tratamientos
Al contrario que ocurre con otros tratamientos -incompatibles a la hora de combinar con peelings o el láser-, la bioestimulación luminica permite la aplicación simultánea de otros tratamientos antienvejecimiento, ya que reduce la respuesta inflamatoria evitando la hiperpigmentación postinflamatoria.
Además, su acción sobre los vasos sanguíneos hace que esta terapia sea muy útil en el tratamiento de rojeces y de rosácea.
Otra de las ventajas de este tratamiento es que la estimulación de las funciones energéticas de las células produce un aumento de la producción de colágeno y elastina, y su acción inhibidora sobre la síntesis de la melanina se aprovecha en el tratamiento de trastornos pigmentarios como el melasma -esas manchitas oscuras que aparecen en el rostro de muchas mujeres.
Luz roja y azul contra el acné
La luz roja y azul, aplicadas en nuestra piel, son un complemento muy útil en el tratamiento del acné. Por una parte, la luz azul actúa de bactericida contra el proponiobacterium acnés (el bacilo vinculado al tan antiestético acné), mientras que la luz roja actúa de antiinflamatoria y ayuda a disimular las rojeces que provocan los granitos.
¿Cómo se aplica?
Desde la clínica Planas nos cuentan en qué consiste el procedimiento: "El paciente se estira en la camilla y se le tapan los ojos con unas gafas. Después se procede a encender el programa adecuado según la piel del paciente durante unos 15-20 minutos.
Existe un programa de luz roja que resulta perfecto para el rejuvenecimiento de la cara y del escote y un programa de luz roja continua en el caso de que en la piel del paciente existan queratosis actínicas (los bultitos con escamas que aparecen tras el abuso de exposición solar)".
Fortalece las defensas y favorece la luminosidad
Se trata de un tratamiento nada doloroso que promueve las funciones celulares que se hacen más lentas con la edad. Además, fortalece las defensas frente a la radiación UVA, proporcionándole a la piel -después de 8 sesiones- el equivalente a una protección solar del SPF 15. Por otra parte, su efecto antiinflamatorio hace que la bioestimulación sea un complemento ideal a otros tratamientos como el peeling, el láser, la cirugía y la dermoabrasión.