Escote, espalda, glúteos, talones... ¡No los olvides!

Escote, espalda, glúteos, talones... ¡No los olvides!
Gtres
5m 36s

El cuidado diario del cuello y el escote, los codos, los talones, la espalda y los glúteos se pasa por alto. Tan sólo se les presta atención cuando saltan las alarmas de la deshidratación, las arrugas y el almacenamiento de grasa. 

El rostro, los senos, las piernas, el abdomen y algunas zonas de los brazos y de los pies se cuidan a diario con esmero. Sin embargo, otras como los talones, el cuello, la espalda, los codos o el escote, suelen descuidarse, sobre todo en invierno.

De nada sirve invertir horas y dinero en el rostro para frenar su envejecimiento, si el cuello y el escote delatan el paso del tiempo luciendo arrugas verticales y horizontales, así como manchas o signos de deshidratación. Se tiende a creer que entre el rostro y el pecho no existe trocito de piel por el que preocuparse.

EL CUELLO, UNA ZONA DELICADA QUE REQUIERE ATENCIÓN EXTRA

Es un error. La zona que se extiende desde la barbilla hasta los senos es tan fina y delicada que se le debe prestar una atención extra. La delgadez de las tres capas que la conforman, la escasez de grasa en su filme hidrolipídico y la presencia de menos melanocitos explican el envejecimiento precoz del cuello y del escote, zonas que evidencian el deterioro cutáneo con cruda sinceridad.

Los cordones verticales y los anillos de Venus en el cuello -arrugas horizontales a modo de collares- así como las manchas, la pérdida de tersura y los capilares rotos en el escote se pueden prevenir iniciando tratamientos a edades tempranas o tratando estos problemas nada más aparecer.

La pérdida de elasticidad y de hidratación explica las arrugas trasversales, mientras que la aparición de lentigos -manchas melánicas- y la rotura de capilares se ven agravadas por la exposición solar.

Debido al deterioro y a la disminución de las fibras de colágeno y de elastina en la capa dérmica, a partir de los 30 ó 35 años, aparece la pérdida de tersura y luminosidad en la zona del cuello y el escote.

Tanta fragilidad obliga a echar mano de la cosmética de vanguardia y de la medicina estética para su rejuvenecimiento. Las doctoras Mar Mira y Sofía Cueto recomiendan la aplicación de botox "para relajar la tensión exagerada de las bandas platismales –arrugas transversales-, que pueden aparecen a cualquier edad. También recurren a las bondades de la toxina botulínica "para acabar con las arrugas del canalillo", dicen.

Para combatir las manchas, las venitas y las arrugas finas del fotoenvejecimiento Mira y Cueto aconsejan PLS 3, luz pulsada de última generación. "Cuando la luz se aplica sobre la piel, se transforman en calor y se forma una escara superficial sobe la manchas, que se exfolia de forma natural a los pocos días", explican las doctoras.

Lucir un cuello estilizado y un escote atractivo requieren los mismos mandamientos que el rostro: evitar la exposición solar, exfoliar una vez a la semana y limpiar, tonificar e hidratar todos los días mañana y noche. La cosmética de última generación ofrece productos específicos como Body Creator Reafirmante Busto, de Shiseido o Lait de Gommage, Exfoliante Suave, de Biotherm.

LOS GLÚTEOS Y LA ESPALDA

Los glúteos son unos de los músculos más grandes de nuestro cuerpo en los que el paso de los años, la falta de ejercicio y el sedentarismo provocan que la grasa se instale sin piedad, la flacidez adquiera protagonismo y la ley de la gravedad se encargue de desplomarlos.

Para recuperar el tono muscular y la firmeza, además de eliminar la grasa, la esteticista Maribel Yébenes recomienda reparar el tejido con un "peeling químico a base de ácido glicólico, láctico o mandálico, en función del tipo de piel".

Después, mediante un masaje fuerte y ascendente, se aplica un cóctel de "principios activos reafirmantes" y, si fuera necesario, "se añadiría propiedades anticelulíticas", dice la esteticista.

Por último, en función de las necesidades de cada paciente, se aplican diferentes tipos de radiofrecuencia con pulsos magnéticos, que no sólo activan la circulación y mejoran la elastina y el colágeno rejuveneciendo la zona tratada, sino que además colaboran en reafirmar la zona y combatir la flacidez.

Quizá por su difícil acceso, la espalda es una de las partes del cuerpo que menos atención se le presta. Sin embargo, su cuidado debe hacerse desde el punto de vista de la belleza y también de la salud, ya que el estrés, las malas posturas y la falta de ejercicio son algunos de los factores que desequilibran su estructura y provocan dolor.

Preservar la belleza de esta sensual zona requiere limpiarla todas las semanas con un guante de crin, mejor aún si se hace con productos que exfolien y que ayuden a retirar los puntos negros, los nódulos de grasa y las toxinas e impurezas.

A continuación, hidratarla con seriedad. Bajo ningún concepto tomes el sol sin proteger la espalda, ya que el tercio superior es propenso a tener manchas solares, pecas y granitos.

Para secar y quitar los granitos que salen a veces en la espalda, mezcla zumo de tomate, de limón y glicerina a partes iguales, bátelo bien hasta obtener una loción y aplica en la espalda como si fuera una crema después de la ducha.

El contacto con la ropa de manera habitual convierte a los codos en una zona rugosa y seca, que al tacto resulta desagradable. La única forma de devolverles la suavidad es aplicar con generosidad crema hidratante para mejorar la textura y fortalecer la elasticidad.

No hay cosa más fea que unos talones secos y agrietados por falta de hidratación. Cosméticos muy nutritivos y ricos en aceite de oliva y karité les otorgan belleza y confort, mejor aún si se aplica por la noche y se duerme con calcetines de algodón.