Las agujas del reloj avanzan durante la noche, y no hay forma de conciliar el sueño; esta incómoda situación afecta al 20% de los españoles en algún momento de su vida, y en ocasiones, se prolonga durante más de cuatro semanas, convirtiéndose en un trastorno crónico. Factores como la ansiedad, enfermedades respiratorias o el abuso de sustancias como la cafeína o la nicotina impactan de forma negativa en el sueño, según indica el Dr. Neil Stanley, experto del sueño de Vi- Spring.
Las necesidades a la hora de dormir son diferentes en función de la edad y van modificándose con el tiempo. Mientras un recién nacido necesita un promedio de 16-20 horas de sueño diarias, los niños van reduciendo el número de horas hasta alcanzar las 7-8 diarias al inicio de la adolescencia. Es en ese momento cuando las necesidades de sueño se estabilizan, y empieza a considerarse normal dormir entre 3 y 11 horas al día. Pero también es el punto en el que descansar correctamente se hace más complicado.
El verano hace que trasnochemos más de lo normal o que cambiemos nuestra rutina diaria: esto puede provocar que a la hora de dormir venga a visitarnos el insomnio. Despertarse sin haber descansado lo suficiente hace que además de que el cansancio esté presente durante toda nuestra jornada, la piel y el rostro sufran también sus consecuencias y muestren los primeros síntomas de envejecimiento.
Si quieres ser capaz de combatir el insomnio y lograr dormir como un bebé, sigue nuestros consejos:
Debes prestar atención al tamaño de la cama: debe ser lo suficientemente ancha y larga, además de tener la rigidez adecuada. Una buena almohada en la que apoyarse hará que tu cuello no sufra y de esta forma evitarás amanecer con dolores cervicales.
Además el dormitorio debe ser fresco: una temperatura óptima se sitúa entre los 14 y 18 grados. Intenta que no penetre ningún resquicio de luz en tu habitación: es el primer elemento que conduce a nuestro organismo a despertarse.
Si te acostumbras a ir a la cama a la misma hora, la rutina hará que tu cuerpo se habitúe. Así evitarás desórdenes en el ritmo del sueño-vigilia y combatirás el riesgo de dormir mal.
Tómate tu tiempo de relax antes de ir a descansar. Evita realizar actividades que supongan un esfuerzo físico o mental en las horas previas. Es muy importante que no utilices la cama como lugar de trabajo. Acostúmbrate a que solo sea tu lugar de descanso, apaga las luces, crea un ambiente relajado y ¡dulces sueños!
La luz del día hace que nuestro organismo se sienta más activo y energético. Debes ir en concordancia con lo que dicta la madre naturaleza y acostumbrarte a ir a la cama cuando el sol ya no ilumine y sea la luna la que esté presente: así tu reloj biológico ajustará tu necesidad de descansar.
Si no consigues dormir, lo peor que puedes hacer es forzarte para descansar. En el momento que veas que tu mente no está relajada, haz alguna actividad tranquila para que tus pensamientos se dispersen: lee un libro, escribe algo, o levántate y prepárate un vaso de leche caliente. Al rato vuelve la cama, verás como te será más fácil conciliar el sueño.
Realizar una actividad física de manera regular ayuda a que el cuerpo se relaje: elimina tensiones y estrés y conduce a un sueño profundo. Además, tus despertares estarán llenos de energía.
Ya sabes que la alimentación es uno de los elementos clave en cuestión de salud. Evita acostarte con el estómago vacío y procura no cenar excesivamente tarde para no prolongar el proceso de digestión. Así que apúntate a las cenas ligeras que consigan saciar el hambre y empieza tu día con un buen desayuno.
Si has notado que en los últimos meses descansas peor de lo normal quizá se deba a que consumes de manera excesiva bebidas como café o té, que estimulan el sistema nervioso central y conducen a una mayor dificultad a la hora de dormir, provocando que el resultado de tu descanso no sea un sueño reparador. Si pruebas a disminuir su ingesta o, al menos, evitas hacerlo en las horas previas a acostarte, notarás como vuelves a dormir perfectamente.
La nicotina y el alcohol tienen efectos adversos sobre los patrones del sueño. Te recomendamos que reduzcas su consumo y notarás como tu sueño será más profundo de lo habitual.
Hacer uso de las pastillas para dormir puede crear adicción. Además, su uso frecuente no está recomendado durante largos periodos de tiempo. Si te ves incapaz de conciliar el sueño de manera natural y ves necesaria una ayuda extra, deja que sea tu médico quien te lo recomiende y te indique cuál es la causa de los trastornos de tu sueño.
Dormir es imprescindible para la salud y además un descanso adecuado evita el envejecimiento precoz. Si debido a los días de calor o al estrés, no concilias el sueño con facilidad, sigue nuestras pautas y ¡conseguirás que dormir bien no será una tarea ardua!: tus células se regenerarán, tu piel lucirá radiante y te sentirás de mejor humor.
Además de este decálogo, la importancia del entorno a la hora de dormir es fundamental, y la cama es la pieza principal. Debe ser confortable, y tan grande como cada uno requiera. Por su parte, el colchón debe mantener la curva natural del cuerpo cuando se esté tumbado, y estar fabricado con tejidos naturales como la seda, la lana de vellón o el lino, que favorecen la transpiración y la expulsión de la humedad durante la noche.
Mischa Barton nos dejaba estas imágenes en las que aparecía mucho más delgada de lo normal y con unas marcadas ojeras. La celebrity no estaba pasando un buen momento y probablemente, debido a sus desajustes alimenticios y a la falta de sueño Mischa presentaba ese aspecto tan desmejorado.
El futbolista y la periodista pasaron en su casa de Madrid su primera noche juntos. Parece ser que su sueño fue profundo y descansaron adecuadamente porque a la mañana siguiente estaban estupendos y sonrientes.