Empezar el día con un buen desayuno y un poco de romanticismo es siempre una excelente idea. Tanto si llevas poco tiempo con tu pareja como si mantienes una larga relación, un despertar que incluya una mesa (o bandeja) preparada con cariño, algunos alimentos más que apetecibles y, por supuesto, unos dulces besos es una propuesta a la que resulta difícil resistirse a la hora de mantener o reconquistar a un hombre.
Disfruta mientras preparas la sorpresa que tienes planeada. Requerirá que hagas un pequeño esfuerzo y te levantes un poco antes que él, pero piensa en la cara que pondrá y verás que ¡merece la pena!
Éste va a ser un día especial para vosotros (no tiene porqué ser San Valentín) y es importante cuidar cada detalle. Lógicamente, es preferible que elijas para tu desayuno romántico un día en el que los dos dispongáis de tiempo para disfrutarlo sin prisas.
Según vuestras preferencias, crea el entorno adecuado. Puede que os guste desayunar en la cama, para lo que necesitarás las clásicas bandejas con soportes, o bien te decidas a crear un rincón especial en la cocina o en el salón. Si dispones de una terraza, balcón o jardín, no lo dudes, con la llegada del buen tiempo, estos pueden ser lugares perfectos en los que disfrutar de ese desayuno romántico si te aseguras de renovar la decoración y algunos detalles.
En mesa o en bandeja tendrás que conseguir una presentación de lo más cuidada, es fundamental. Vigila el mantel o manteles individuales, las servilletas a juego (con bonitos servilleteros), la vajilla, y no olvides incluir algún elemento decorativo que invite al romanticismo: un pequeño jarrón con flores, un cestito con frutos secos, unas caracolas y estrellas de mar (si estáis en un sitio de playa y os va el estilo marinero), unas velas perfumadas en forma de corazón, un divertido peluche... tienes mil opciones para sorprenderle.
En cuanto al menú, va en gustos, pero procura que sea variado y original (no vale “lo de todos los días”). No pongas grandes cantidades de cada alimento y recurre a las tallas “mini”. Queda mucho mejor, por ejemplo, una bandeja con panecillos variados (de cereales, semillas, frutos rojos...) y mini croissants, que media barra de pan para cada uno.
Tu mesa o bandeja tiene que resultar muy coqueta y para eso, las porciones pequeñas son fundamentales. Tenlo en cuenta, también a la hora de presentar algunos ingredientes indispensables como la clásica mantequilla, la mermelada o la miel. Colócalos en recipientes pequeños y manejables, cada uno con su correspondiente cucharilla o cuchillo y, además, pon cerca de ellos algún bonito reposacubiertos (un toque chic, muy práctico). Combina en tu desayuno romántico lo dulce con lo salado. Algunas opciones apetecibles pueden ser: unos deliciosos crêpes, unos simpáticos cupcakes de distintos colores, unas tortitas con sirope, muffins... Si tu chico es de los que siempre mira con envidia esos huevos revueltos de los desayunos de las películas americanas, ¡dale el capricho! Y si prefiere el producto nacional, un platito de jamón serrano con un chorretón de aceite de oliva virgen hará que crea que sigue soñando.
La fruta no puede faltar en tu propuesta gastronómica para empezar el día. Unas fresas espolvoreadas con azúcar, o con nata (la nata puede dar mucho juego si el desayuno se prolonga y el romanticismo da paso a la pasión, en este sentido te será de gran ayuda apoyarte en los alimentos afrodisíacos) o una macedonia natural de fruta variada son dos buenas ideas. Si os apetece, incluye también unos saludables cereales mezclados con leche o yogur, siempre nutritivos y de fácil digestión para comenzar el día con energía. Las bebidas propias del desayuno pueden suponer otra agradable sorpresa. Prueba a sustituir su tradicional café por otro diferente: uno de aroma más intenso, un capuchino, un café bombón (con leche condensada), uno con moka... Si le gusta más el té, tienes también numerosas opciones: rooibos, té rojo, al melocotón y si te animas, puedes preparar un aromático té a la menta para darle a tu desayuno un aire exótico, de las mil y una noches, que hará que quiera volver a la cama. Y no te olvides del champagne, burbujeante y fresco, para brindar juntos por vuestro amor.
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