El ajo: cómo elegirlo, conservarlo y cocinarlo

Descubre cómo elegir, conservar y cocinar una hortaliza sana, asequible y esencial en la cocina mediterránea: el ajo.

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El ajo es, sin duda, uno de los condimentos más populares de la cocina mediterránea. Presente todo el año en el mercado, pesa entre 30 y 100 gramos, aunque algunos pueden alcanzar los 200 gramos. Esencialmente se diferencia entre ajos blancos y ajos morados, aunque dentro de cada grupo haya denominaciones como "rojo de Provenza", "canario" o "rosa temprano".

  • Los ajos blancos: las piezas se distinguen por el color de su cubierta, un tamaño de la cabeza generalmente algo más grande que el de los morados y una forma irregular.
  • Los ajos morados: poseen una piel de color rosado o violáceo y sus cabezas suelen ser más uniformes. Su conservación es peor que los ajos blancos.

Beneficios

Entre una larga lista de propiedades y beneficios para la salud podemos destacar que el ajo reduce la hipertensión, estimula la actividad de los órganos digestivos, está considerado un antibiótico natural dadas sus propiedades germicidas y protege al organismo contra los efectos dañinos de los radicales libres gracias a su poder antioxidante. Es, por todo ello, una verdadera joya para la salud. Puedes descubrir más datos nutricionales del ajo aquí.

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¿Cómo elegirlos?

Los bulbos han de ser compactos, estar limpios de tierra y libres de moho, manchas en la piel o germinación, señales de una conservación deficiente que se traducirá en dientes más blandos o resecos.

Una vez en casa, la mejor forma de conservar los ajos es guardarlos en lugar fresco, seco, ventilado y protegido de la luz, de lo contrario es muy fácil que germinen. Conservándolos de este modo los ajos se mantendrán en perfecto estado al menos 20 días, aunque es más que probable que aguanten más tiempo.

Un mundo de posibilidades en la cocina

En los fogones, los ajos son la base de los sofritos que sirven de base y soporte fundamental a numerosísimos platos de la gastronomía mediterránea, tal es el caso de algunas sopas tradicionales: sopa de ajo, ajoblanco… Además, el ajo es un ingrediente indispensable en sabrosas salsas como el alioli, el pil-pil o el romesco.

No se pueden olvidar los ajos tiernos, deliciosos para degustar en revueltos con espárragos, setas o gambas.

Trucos para un cocinado perfecto del ajo

Algunos consejos y recomendaciones relacionadas con los ajos, te serán de gran ayuda a la hora de cocinar:

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  1. Si quieres suavizar el sabor del ajo, hacer que pique menos y evitar que repita, elimina el germen o semilla verde interna (corta el ajo por la mitad y retíralo con la punta de un cuchillo). También puedes escaldarlos previamente.
  2. Para pelar los ajos con facilidad, pon los dientes sobre una tabla de cocina y golpéalos con la hoja de un cuchillo grande.
  3. Calienta los ajos por 5 segundos en el microondas y la piel se desprenderá fácilmente sin cocinarlos. No tendrás malos olores en tus uñas ni en las manos.
  4. Consérvalos en un frasco de vidrio perfectamente cerrado, de esa forma evitarás olores.
  5. No deseches la piel de los ajos, resulta deliciosa frita, además de su utilidad para decorar los platos.
  6. Cuando vayas a machacar ajos en el mortero, evitarás que se salgan de él si les añades un poco de sal.
  7. Evita dorar el ajo a fuego fuerte, pues se vuelve amargo. Un buen consejo es añadirlo después del resto de vegetales y cuando estos hayan soltado su jugo, así evitarás que se queme y amargue la receta.
  8. Para evitar que los ajos salten en la sartén al freír, solo hay que hacer un corte con forma de cruz en la base.
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