Los beneficios de los ácidos Omega 3

Los Omega 3 son unos ácidos grasos esenciales poliinsaturados que se encuentran en cantidades abundantes en los pescados azules y algunos vegetales, como la semilla de lino y las nueces. Cada día que pasa los científicos descubren nuevos beneficios para la salud derivados del consumo de estas sustancias.

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Pescado azul - EFE

Los beneficios derivados del Omega 3 comenzaron a hacerse perceptibles tras comprobarse que entre los esquimales y los japoneses, grandes consumidores de pescado azul (atún, salmón, sardina, caballa) los índices de enfermedades cardíacas eran muy bajos. Los tejidos de este tipo de pescados, según se ha podido comprobar en estudios contrastados, contienen elevadas dosis de estos ácidos grasos poliinsaturados. Con posterioridad se realizaron estudios epidemiológicos en poblaciones adictas al consumo de semillas ricas en Omega 3, como las de lino y cáñamo, o las nueces, y se comprobó también que apenas enfrentaban problemas derivados de la deficiente circulación sanguínea.

La aplicación clínica de los beneficios del Omega 3 está en fase de experimentación y aún no se puede echar las campanas al vuelo. Patologías tan dispares como el asma, el trastorno bipolar, la colitis ulcerosa, la fibrosis quística o la diabetes mellitus tipo 2 han sido tratadas con estos ácidos que neutralizan la abundancia peligrosa de triglicéridos en nuestro organismo, pero hasta ahora los resultados clínicos no son concluyentes como para afirmar que el Omega 3 es un arma eficaz.

Enfermedades oculares

No obstante, hasta la fecha se han publicado estudios sobre los beneficios que proporciona la ingesta de alimentos ricos en la sustancia que nos ocupa. Uno de los más interesantes fue el publicado en marzo de 2007 en la revista científica británica "Nature Medicine" y elaborado por científicos suecos y estadounidenses. El estudio concluye que una mayor presencia en la dieta diaria de los ácidos grasos Omega 3 ayuda a prevenir varias enfermedades oculares.

De acuerdo con esta tesis, los Omega 3 contribuirían a evitar así el desarrollo, entre otros, de la retinopatía del prematuro, que afecta a los bebés nacidos antes de las 37 semanas de gestación, y de la retinopatía diabética.

Para llegar a esta conclusión, los expertos estudiaron la influencia de los ácidos referidos en los vasos sanguíneos de la retina, que cuando rebosan por culpa de alguna de estas enfermedades forman tejidos fibrosos que hacen borrosa la imagen que se envía al cerebro. Sin embargo, al aumentar la presencia de Omega 3 en la dieta se reduce el incremento desmesurado de la sangre de los vasos de la retina, con lo que se evita el desarrollo de algún tipo de ceguera.

"Estos resultados indican que el aumento de las fuentes de Omega 3 o sus productos bioactivos reduce el desarrollo incontrolado de nuevos vasos sanguíneos", explicaron los investigadores en el artículo de la revista.

Los expertos también llegaron a la conclusión de que las dietas occidentales a menudo carecen de Omega 3, y los bebés prematuros están faltos de estos ácidos porque la madre se lo transmite durante el tercer trimestre de la gestación.

En este mismo ámbito clínico, otra prestigiosa revista científica, "The Lancet", informó por las mismas fechas de la demostración científica de que el consumo de cantidades significativas de marisco durante el embarazo beneficia el desarrollo neurológico del niño, lo que cuestiona la política de algunos países, como EEUU, que recomiendan reducir su ingesta.

A pesar de que el marisco es una fuente importante de ácidos grasos omega-3, esenciales para el óptimo desarrollo neuronal del feto, en Estados Unidos se recomienda a las embarazadas reducir su consumo a 340 gramos por semana para evitar la exposición al metilmercurio, un químico que se encuentra en algunos peces y crustáceos procedentes de aguas contaminadas.

Joseph Hibbeln, del Instituto Nacional de la Salud de Bethesda, en Estados Unidos, y otros expertos de la Universidad británica de Bristol analizaron los datos del llamado "Estudio Avon de padres e hijos" para observar la incidencia en el desarrollo de los últimos de una mayor o menor ingestión de marisco durante el embarazo.

Los especialistas constataron que el consumo durante el periodo de gestación de menos de 340 gramos semanales estaba asociado con un mayor riesgo de que el niño tuviera un desarrollo verbal más lento, en comparación con el de los menores cuyas madres habían consumido más marisco. Además, observaron también que una ingestión inferior de frutos del mar se relacionaba con un riesgo incrementado de un desarrollo social, comunicativo y motor por debajo de los estándares óptimos. Cuanto menor era el consumo de marisco, mayor era el riesgo de un desarrollo subestándar, según constataron los expertos.

EFE

Desarrollo cerebral

A propósito de los beneficios neurológicos de estos ácidos, otro equipo de científicos del hospital británico Imperial College determinó que un suplemento de ácidos grasos en la dieta diaria contribuye a acelerar el desarrollo cerebral en los niños con sobrepeso. La investigación se realizó a partir del seguimiento de cuatro niños con sobrepeso y con edades comprendidas entre los 8 y los 13 años.

Los muchachos mostraron una "increíble" mejora en los niveles de concentración, lectura, memoria y agilidad mental, después de tomar, durante tres meses, un suplemento de ácidos grasos derivado de aceites de pescado, según el informe.

En doce semanas, los niños, que se sometieron a un cambio en sus dietas, hicieron un poco de ejercicio, tomaron un suplemento diario de Omega 3 y suspendieron los tentempiés y las bebidas con gas entre horas, bajaron de peso, mostraron habilidades de lectura propias de un niño un año mayor, e incrementaron su memoria, sus niveles de concentración y sus habilidades en resolución de problemas.

El estudio también indicó por otro lado que la comida rápida puede atrofiar el desarrollo mental porque los platos procesados no contienen los ácidos grasos que, según esta investigación, han llevado a un incremento superior a lo normal de los niveles de NAA (N-acetilaspartato), indicador del desarrollo del cerebro.

Plantas modificadas

Mientras tanto, la Unión Europea ha financiado el estudio denominado "Lipgene", en el que han colaborado doscientos científicos y economistas, para promover la siembra masiva de plantas modificadas genéticamente para producir Omega 3 con el fin de establecer un programa de enfermedades coronarias en la población del Viejo Continente.

Estas plantas podrían utilizarse para alimentar a las aves de corral y de esa forma se incrementaría la ingesta de ese tipo de grasas en la dieta humana sin tener que recurrir directamente al pescado azul, cada vez más escaso. Los responsables del estudio recomiendan la ingesta diaria de 450 miligramos de grasas omega-3 aunque la mayoría de los adultos no ingieren ni la mitad de esa cantidad, los adolescentes no llegan a una tercera parte y las familias más pobres no superan los 50 miligramos.

Según Ian Givens, de la Universidad de Reading (Inglaterra), uno de los científicos que participaron en el proyecto, una respuesta a ese problema dietético de consecuencias muy negativas para la salud consiste en aumentar el contenido de grasas omega 3 en los alimentos más populares. Sólo un 30 por ciento de los ciudadanos británicos come regularmente pescados grasos mientras que un 80 por ciento consume pollo.
 
Jonathan Napier, del Instituto de Investigaciones Rothamsted, de Hertfordshire (Inglaterra), advierte por su lado de que el único modo "sostenible" de incrementar el contenido de Omega 3 en la dieta es mediante el recurso a la tecnología genética. "No hay ninguna planta natural que tenga la capacidad de sintetizar los ácidos grasos de cadena larga Omega 3, por lo que no hay más remedio que recurrir a los transgénicos", recuerda el especialista. Los ácidos EPA y DHA los producen normalmente algas marinas microscópicas que son devoradas luego por peces pequeños, con lo que esas grasas pasan a la cadena alimentaria.

Napier extrajo genes de esas algas y los insertó en cultivos de linaza y colza para que produjesen esos ácidos grados. Las plantas transgénicas resultantes pueden utilizarse para alimentar a las aves de corral y otros animales.

El científico británico cree que en un plazo de cinco años podría disponerse ya de ese tipo de cultivos transgénicos.

Gtres

Los beneficios de los Omega 3

  1. Disminuyen el nivel de colesterol LDL, cuyo exceso se traduce en un riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
  2. Necesarios para un óptimo desarrollo del sistema nervioso.
  3. Efectos favorables sobre el sistema inmunológico y por tanto en el control de algunas enfermedades como la artritis.
  4. Reducen el riesgo de formación de trombos en la sangre debido a la formación de prostaglandinas.
  5. Disminuyen la presión arterial, por lo que está muy indicado en personas que padecen de hipertensión.
  6. Los estudios apuntan que los Omega 3 combaten el sobrepeso.
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