Se trata de un producto completamente natural que se obtiene directamente de la aceituna por procedimientos exclusivamente mecánicos.
Su riqueza en vitamina E retrasa el envejecimiento, sin olvidar la vitamina A y D que contiene de forma natural.
Instituciones médicas de todo el mundo especializadas en alimentación y dietética, confirman el valor nutricional del aceite de oliva virgen en la alimentación humana, demostrando sus excelentes propiedades para nuestro corazón, protegiéndonos contra enfermedades circulatorias y cardiovasculares si lo consumimos en crudo.
Es más, el aceite de oliva virgen no produce colesterol y es altamente digestivo, y a pesar de ser nutritivo, "no engorda".
Lamentablemente no, el aceite de oliva refinado procede de la refinación por procedimientos químicos de aceites de oliva de alta acidez. Estos aceites han perdido sus características de color, olor, sabor y lo más importante sus propiedades naturales, por lo que la recomendación es preferir siempre "aceite de oliva virgen".
Creemos importante destacar que las propiedades culinarias del aceite de oliva virgen son muy superiores al resto de los aceites comestibles.
Al tratarse de una grasa natural, tiene en crudo un sabor inmejorable y para fritos es insustituible, debido a que posee un punto de ebullición superior al resto de los aceites, fríe de verdad y no deja los alimentos cocidos como suele ocurrir con otros aceites.
Su potente sabor y olor lo hace ingrediente fundamental en guisos y otras preparaciones culinarias.
El aceite de oliva virgen no es, en ningún caso, lo mismo que el “aceite de oliva” (a secas). Ambos provienen de la aceituna, pero el segundo necesita de un proceso de desodorización, refinado y mezcla que hace que pierda gran cantidad de los efectos beneficiosos que posee el original aceite de oliva virgen.
Asegúrate de consumir siempre aceite de oliva virgen, tómate un par de minutos para revisar el envase, comprobar la variedad que consumes y la procedencia de la misma, huye de referencias genéricas. Tu salud, lo merece.
A fin de comprobar la pureza del aceite de oliva que tienes en casa, realiza este sencillo experimento, no fallará:
Además, a la hora de elegir un aceite de calidad, fíjate en el número de prensadas por las que haya pasado, a más prensadas, peor calidad. Sin duda, los de primera prensada son los mejores ya que conservan todo el aroma y son los indicados para emplear en crudo.
Nunca desprecies un aceite porque se vea turbio, ya que ese es precisamente un síntoma de pureza.
No, no es cierto. Al tratarse de un producto obtenido por procedimientos mecánicos es una grasa natural que al calentarla alcanza una temperatura de 180º, creciendo en la sartén y realizando las frituras en menor tiempo que otros aceites, las fríe mejor y no las empapa, ensuciándose menos y pudiendo recuperar más cantidad que cualquier otro aceite para nuevas frituras.
En realidad, las diferencias entre ambos aceites son mínimas y no residen ni en su valor nutritivo ni en sus efectos sobre la salud, simplemente el aceite sin refinar recién elaborado se somete a una prueba de cata que lo distinguirá en virgen o virgen extra según su sabor y aroma.
El aceite de oliva virgen extra admite menos defectos y posee un sabor más intenso.
Con el paso del tiempo han sido descubiertas infinidad de aplicaciones del zumo de la aceituna, las más relevantes en materia de salud. Los científicos conocen bien que la llamada "dieta mediterránea", rica en fruta, verdura, pescado y aceite de oliva, protege contra el cáncer de mama.
Si realizamos una búsqueda exhaustiva en el principal buscador de publicaciones médicas con los términos ingleses "olive oil" y "breast cancer", obtendremos como resultado un centenar de artículos, lo que da una impresión de la importancia que se le está otorgando a la relación entre el aceite de oliva y el cáncer de mama, una de las principales causas de mortalidad de la mujer.
Muchos de los artículos están en relación con la investigación básica, es decir, la realizada con biomoléculas, células en cultivo o animales de experimentación. En la gran mayoría de estas investigaciones se observa que el aceite de oliva y sus compuestos, en especial el ácido oleico omega-9 y los polifenoles, disminuyen la expresión del gen Her-2/neu. Este gen promueve la aparición del tumor, por lo que la disminución de éste que producen los compuestos del aceite de oliva protegería, de manera teórica, contra la aparición del cáncer de mama.
Sin embargo, los ensayos realizados en humanos constituyen, indudablemente, las investigaciones con mayor validez científica. En estudios de este tipo llevados a cabo en España, Italia y Grecia se ha confirmado que los ácidos grasos monoinsaturados en general, y que el aceite de oliva virgen extra en particular, protegen contra el cáncer de mama.
Uno de ellos, llevado a cabo en 11 países europeos, confirmó que la ingesta de ácido oleico (el principal componente del aceite de oliva), protegía del cáncer de mama. Otra investigación, estudió a casi 10.000 mujeres italianas desde 1987 hasta 1992. La conclusión fue que una dieta rica en verduras y aceite de oliva disminuía significativamente el riesgo de padecer cáncer de mama.
Otra investigación, en la que se estudiaron a casi 800 mujeres canarias, confirmaba el papel protector del consumo del aceite de oliva contra el cáncer de mama. Otros estudios de metodología similar han confirmado estos mismos resultados.
En general, la gran mayoría de las investigaciones ratifican el papel protector del aceite de oliva no sólo contra el cáncer de mama, sino también contra otros tipos de cáncer. Por ello, las recomendaciones de las instituciones públicas y privadas deberían centrarse tanto en la promoción de la dieta mediterránea a través de estrategias políticas, económicas y sociales como en las ayudas para el consumo y la comercialización del aceite de oliva.