Cuando todavía tenemos muy recientes las vacaciones de verano y a ratos nos parece sentir la brisa del mar, nos metemos en Navidad. Y en lo que respecta a ponerse en forma, a partir de septiembre tenemos 3 tipos de personas:
Las que se apuntan al gym porque decidieron que otro agosto no les pilla en esas carnes.
Las que se abandonan directamente, deciden ir siempre ya con pareo y camiseta y no salir del chiringuito.
Las que se cuidan todo el año.
¿Con cuál te identificas? Noviembre es un mes ideal si has abandonado la práctica deportiva por completo desde agosto. Es el mes en el que te preparas para la cuesta de enero. ¡Sí! Porque a la vuelta de la esquina está diciembre que es el peor mes del año, con celebraciones, cenas de Navidad, comidas de empresa, turrones, polvorones, los guisos de la abuela…
Te damos 10 razones para entrenar el doble en noviembre:
Si en noviembre te pones las pilas y empiezas con dieta y entrenamiento, diciembre será un mes en el que aunque hagas excesos, tu cuerpo se mantendrá activo y mucho mejor que si dejas todos tus objetivos para más tarde. Tu cambio empieza aquí y ahora.
Si entrenas en noviembre el vestido de nochevieja va a ser un guante en tu cuerpo y despertarás envidias en las concurridas cenas familiares.
Como ya empezaste tu reto, no vas a querer castigarte y tirarlo todo por la borda.
Llevarás el control absoluto sobre ti mismo y valorarás tu esfuerzo, así que imagínate tu recompensa.
No existe nada mejor que te regalen frases estupendas sobre tu aspecto.
Tu energía y fortaleza mental te convertirán en invencible.
Te reirás de todos los que empiezan a ponerse en forma en enero porque ya vas con ventaja.
Serás un ejemplo a seguir para tu entorno.
Cuando veas tu cuerpo en diciembre... podrás irte a la playa que quieras a lucir palmito. Es buena fecha para ir hacia el sol.
Terminarás el año con una sonrisa y empezarás el siguiente con una carcajada.
¿Vas a poner excusas o entrenar el doble?
Artículo elaborado con la colaboración de la entrenadora personal Marta Rosado
