¿Qué piensas hacer si te toca el “Gordo de Navidad”? Si estás entre los afortunados, puedes aprovechar para tapar algunos agujeros, darte algún capricho, emprender algún proyecto personal y, lo más importante, trazar una estrategia de planificación financiera en el largo plazo, para preservar tu capital y obtener rentabilidades. En pocas palabras, el objetivo es conservar tu dinero y hacerlo crecer.
Muchas veces por la emoción del momento y porque, como es lógico, uno no está acostumbrado a ver la cuenta del banco con cantidades de ese calibre, los ganadores de la lotería no saben qué hacer con su dinero. Sin lugar a dudas antes de empezar a gastar a lo loco o invertir todo lo ganado, tenemos que poner nuestras cuentas al día. Pagar las deudas que te ahogan o ayudar a familiares y amigos que están pasando por una situación delicada es lo primero que debes hacer.
EFPA España ha elaborado un documento que recoge algunos consejos muy útiles e inteligentes si nuestro décimo resulta premiado, con la finalidad de evitar que una mala gestión provoque quebraderos de cabeza innecesarios o incluso nos haga perder dinero. ¡Toma nota!
Resulta fundamental mantener la cautela, ser discretos y no tomar ninguna decisión precipitada. Compulsar el boleto premiado ante notario será una buena forma de evitar sustos. Recuerda que los premios superiores a 3.000 euros no se pueden cobrar en las Administraciones de Lotería así que, en ese caso, tenemos tres meses para solicitar el cobro en una entidad bancaria concertada o en la delegación territorial de L.A.E. (Loterías y Apuestas del Estado).
Una reforma en la Ley 6/2018 eleva de 2.500 a los 10.000 euros la cantidad por décimo a partir de la que se aplica un gravamen especial del 20%. De este modo, el importe neto del premio “Gordo” de Navidad (400.000 euros por décimo), tras el pago de impuestos, ascendería a 322.000 euros. Este gravamen es retenido por la misma entidad de Loterías que abone el premio y dicha retención constituye la tributación definitiva, de manera que no se debe incluir de nuevo en la declaración del IRPF del año en curso. También debes tener en cuenta que el saldo neto del premio computará en el Impuesto de Patrimonio, con independencia de si se cobra antes o después de final de año, por lo que afectará, tanto si lo inviertes, como si lo mantienes en efectivo.
Si quieres donar parte de tu premio a un familiar, y no puedes demostrar que el décimo es compartido, tu familiar tendrá que pagar el Impuesto de Donaciones y Sucesiones correspondiente a la comunidad autónoma donde resida.
Lo primero que debes evitar son derroches innecesarios, aunque un “caprichito” nunca está de más, y caer en la trampa de contratar cualquier producto “gancho” que te ofrezca alguna entidad financiera. A partir de ahí, ten en cuenta que, para decidir en qué producto financiero invertir, lo primero que debes analizar es el nivel de riesgo que estás dispuesto a asumir. Recuerda que no existe el producto financiero perfecto, sino que depende del perfil de riesgo de cada ahorrador, así que desconfía siempre de productos que ofrecen altísimas rentabilidades sin asumir grandes riesgos, ya que son dos conceptos que van siempre de la mano.
Vale la pena buscar un asesor financiero cualificado que te ayude a gestionar correctamente la vida financiera del premio, en función de tus necesidades y objetivos vitales. Recuerda que el concepto inversión va unido a un horizonte temporal a largo plazo. Tu asesor financiero podrá diseñar contigo una estrategia a medida para maximizar tu ahorro a largo plazo, realizando los cambios necesarios en tu cartera en función del comportamiento mercado. En estos casos, lo ideal será también consultar con un asesor fiscal y legal.
Si te preocupa el futuro laboral, estás desempleado o simplemente la ilusión de tu vida es ser tu propio jefe, éste es el momento. Asesórate, estudia el mercado y lánzate, ahora tienes dinero para emprender algo grande así que puede ser la oportunidad que estabas esperando.
Reducir una deuda tiene sentido económico siempre que el coste, es decir el tipo de interés, sea superior a la rentabilidad que alcanzaríamos con otro activo financiero. Por ejemplo, si tenemos la hipoteca negociada a tipos muy bajos y la rentabilidad que podemos lograr es superior, será mejor no adelantar pagos. Pero si, por ejemplo, la tenemos al 3% y podemos obtener una rentabilidad del 1% con el dinero, será mejor amortizar pagos. En este último caso, la mejor opción será amortizar parte de la hipoteca en tiempo, no en cuota, aunque no te olvides de revisar si existen costes anticipados que penalicen la cancelación en el contrato.
Antes de tomar una decisión, recuerda que, si adquiriste tu vivienda habitual antes del 1 de enero de 2013, puedes desgravarte hasta 9.000 euros anuales. Por tanto, si se adelanta el pago, por ejemplo, en 25.000 euros, se pierden casi 16.000 euros en desgravaciones fiscales, por lo que sería más rentable maximizar los pagos hasta ese límite fiscal.
A estas alturas, está claro que la pensión pública se irá reduciendo en las próximas décadas así que, si queremos mantener nuestro poder adquisitivo en el momento de la jubilación, no nos quedará otro remedio que completar esa pensión pública. Si no lo has hecho antes, puede ser el mejor momento para abrir un plan de pensiones, o algún otro vehículo alternativo diseñado para completar la renta en la jubilación (PPA, PIAS o seguros de vida de ahorro). Cuanto antes empieces a ahorrar para la jubilación, menor será el esfuerzo y mayor margen tendremos para asumir riesgos que aparejen una mayor rentabilidad.
Invertir a corto plazo es igual a especular, por eso es necesario que tu asesor trace contigo un plan a largo plazo y te acompañe en la planificación de tus finanzas personales, realizando un seguimiento continuo para controlar la inversión y realizar los cambios necesarios en la cartera de productos, según las circunstancias. Por ejemplo, los fondos de inversión cuentan con algunas ventajas desconocidas para mucha gente como la diversificación, la fiscalidad, que permite traspasar el dinero más las ganancias de un fondo a otro sin tener que pagar, la seguridad, la liquidez y la gestión profesional.
Todos los puntos anteriores no tienen ningún sentido si no cuidamos y gestionamos adecuadamente nuestras inversiones. Como regla general, cuanto mayor sea el capital invertido y el riesgo asumido, mayor vigilancia tendremos que ejercer. En este sentido, es fundamental contar con un sistema de seguimiento y evaluación que permita tomar decisiones adecuadas teniendo en cuenta factores como los cambios en los mercados, subidas de tipos de interés, cambios en nuestras circunstancias personales, etc.
Por último, no te pienses dos veces invertir una pequeña parte del premio en un viaje o en ese capricho que siempre has deseado. Una vez que los agujeros estén cubiertos lo mejor que puedes hacer es pensar en qué vas a invertir el resto desde una hamaca en una playa de El Caribe. Elige uno de esos viajes que siempre has querido hacer y regálatelo. Además, todos tenemos algo material que nos encantaría tener y no podemos permitirnos. Un ordenador, un reloj, un bolso, unos zapatos carísimos o por ejemplo un retoque estético son cosas que muchas veces queremos y no podemos tener. Para ti que te ha sonreído la fortuna este es el momento de hacerlo realidad.
Tras estos consejos, solo nos queda desearte, ¡mucha suerte!