Para algunos un símbolo de distinción y elegancia, para otros un fetiche sexual y para casi todas las mujeres un suplicio calzar, sin embargo es un accesorio indispensable en cualquier evento que se precie. Los tacones de aguja vuelven a estar de plena actualidad, ya sea estilo "Peep toe", "Stilettos" o "Louboutin", lo difícil es resistirse.
No son sinónimo de comodidad pero sí extreman la feminidad. "No sé quién habrá inventado los tacones de aguja, pero nosotras, las mujeres, le debemos mucho", opinaba desde su proverbial sensualidad Marilyn Monroe.
Para muchos, desde que la mujer se subió a unos tacones, especialmente a unos de aguja, los centímetros de más le colocaron a la altura del hombre, recortando distancias no solo en lo físico si no también en lo metafórico.
Desde que Christian Dior los mostrara por vez primera en uno de sus desfiles en 1940 son un símbolo de un feminismo femenino, de un poder no reñido con los cánones de belleza que más que sumisión denotan dominio e incluso, en ocasiones, agresividad.
Es tal su capacidad de seducción que es uno de los pocos objetos que añade erotismo a la imagen de una mujer desnuda. Al menos eso parecía pensar el fotógrafo Helmut Newton, que inmortalizó a muchas de sus modelos con un zapato de tacón como único vestido. Son célebres sus retratos, que le dieron la fama y que le hicieron pasar a la historia como uno de los artistas cuya creatividad más se ha beneficiado del más indisimulado fetichismo.
Y es que, años antes, el "stiletto", tal y como se conoce a los zapatos de tacón de aguja, ya consiguió trascender los límites de la pasarela y elevarse a símbolo sociológico y cultural gracias al obsesivo objetivo del fotógrafo Elmer Batters, autor de instantáneas llenas de feminidad y concupiscencia nada velada.
El ojo más preciso de las publicaciones eróticas de los cincuenta y sesenta hizo del tacón de aguja objeto de deseo popular, como ya lo era para él. Con su obstinada mirada a esa extensión del cuerpo femenino nació además una evolución natural a la estética "pin-up", que ya languidecía en las páginas de las revistas masculinas.
Porque pocos objetos tan pequeños abren tantas posibilidades a la imaginación. Sus efectos afrodisíacos se multiplican cuando están acompañados por unas medias de seda y es complemento ideal para el "bondage" -juegos sexuales que involucran atar a alguno de sus participantes-.
De obligado uso en el universo de las celebridades, los tacones de aguja dotan de sofisticación y hacen más gráciles figuras esbeltas de por sí.
Ya habitual se está convirtiendo la cita de Penélope Cruz con la alfombra roja del festival de Cine de Cannes. La Croissete es uno de los pocos lugares en el mundo en el que se materializan las ambiciones de una estrella de clase A como es la actriz española, sobre todo desde que ganó el Óscar.
Pisar el suelo del paraíso francés, como hizo la madrileña en la presentación de su nueva cinta junto a Pedro Almodóvar, "Los abrazos rotos", es sinónimo de elegancia contrastada y reconocimiento profesional. Y nada mejor que un par de "stilettos" de Christian Louboutin para disfrutarlo.
Otro ejemplo de supremacía enfundada en unos tacones es la de Rania de Jordania. La esposa del rey Abdalá es una soberana de corte occidental, adicta a las marcas de moda más exclusivas con las que desafía los cánones hasta ahora establecidos en los países árabes y, además, se convierte en perfecta anfitriona de su país, como lo fue del Papa Benedicto XVI en su primera visita a Tierra Santa.
Actualmente se pueden encontrar infinidad de modelos y diseños de toda clase, pese a que están de moda las texturas aterciopeladas y el charol que resaltan la horma al más puro estilo Pin Up de Ditta Von Tesse. Además, también destacan los acabados de serpiente y el tacón en forma de pirámide invertida.
Jimmy Choo, Manolo Blahnik o Prada son algunas de las firmas más importantes de este tipo de diseños en el mundo. Sus modelos es habitual verlos en actrices como Sarah Jessica Parker o Angelina Jolie, quienes no han dudado en apuntarse a la moda de los "Peep Toes". Ellas son algunas de las muchas, por no decir todas, famosas que utilizan habitualmente tacones para ir de fiesta o a cualquier evento social.
Desde las más bajitas como Eva Longoria hasta mujeres de altura como Charlize Theron, o Katie Holmes lucen espectaculares diseños que aportan elegancia a sus looks, normalmente complementados con los nuevos Louboutin o con tacones de aguja que realzan sus kilométricas piernas.
Victoria Beckham llegó al extremo de afirmar que no acude al gimnasio por no ponerse zapatillas de deporte: "No me puedo concentrar en zapatos planos", confesó la británica.
También la realeza se apunta a la moda de los tacones y no sólo por protocolo. La princesa de Asturias, Letizia Ortiz, ha logrado hacerse un hueco internacional como la segunda mejor vestida del mundo según la revista"Vanity Fair", gracias a su particular estilo en el calzado.
Sin embargo ha supuesto un suplicio a millones de mujeres a la hora de caminar sobre tan altos "Stilettos". Como reza el dicho popular para estar bella hay que sufrir. Pese a que producen juanetes, un reciente estudio afirma que las mujeres que llevan tacones altos habitualmente disfrutan de orgasmos mucho más intensos debido a la contracción de los músculos pélvicos.
El estudio, realizado en mujeres menores de 50 años por la Dra. María Cerruto de la Universidad de Verona afirma que, además, llevar un tacón de siete centímetros ayuda a tonificar la zona pélvica y la vejiga, que suele quedar debilitada tras el parto.