Lo has criticado hasta la saciedad, pero ahora no te queda más remedio que sucumbir ante ellas. Las raíces oscuras están de moda, pero… ¡cuidado! Este tono que gradualmente va aclarando el pelo en diferentes rubios hasta terminar con unas puntas muy aclaradas es, probablemente, uno de los más difíciles de conseguir. También lo llaman rubio playero o la melena del surfista. La idea de esta melena californiana es parecer que el sol y el mar han quemado "naturalmente" tu pelo.
El resultado será muchísimo más natural si eres de base castaña clara o rubia; pero lo bueno de esta técnica -si la hacen bien- es que terminarás con la esclavitud que conlleva el oscurecimiento de la raíz porque con la degradación del color, ésta parecerá de lo más natural.
Imitar los rayos del sol de forma artesanal en nuestro pelo. Esta era la idea del peluquero francés Jacques Dessange, cuando en los años 70 creó la técnica de las mechas californianas.
Hay muchas técnicas para realizarlas, pero siempre es mejor que antes de dártelas te asegures que en tu peluquería saben aplicarlas.
Normalmente se divide toda la melena en mechones gruesos y se comienza a aplicar el color. El objetivo va a ser crear ese efecto degradé en el conjunto del cabello y un plus de luz en las puntas. A continuación, y con ayuda de un pincel, se aplica el color en muy pocas cantidades en la raíz para, a continuación, ir extendiéndolo con las manos muy delicadamente a lo largo de todo el pelo hasta las puntas. Hay profesionales que, al llegar a las puntas, echan mano de un peine para extender la decoloración, pero otros muchos estilistas prefieren las manos.
El siguiente paso es el proceso de secado, aclarado y, por último, brillo de color. En algunos centros te suelen aplicar un baño de Henna, el perfecto broche final que aportará aún más luminosidad al cabello.
Siempre te recomendarán que para mantener por más tiempo este efecto "rubio californiano" es mejor que continúes en casa con los cuidados adecuados, con ayuda de un champú especial para mechas y una mascarilla hidratante, que al menos te aplicarás dos veces por semana.
Si quieres lucir como recién escapada de las playas de Santa Bárbara o Santa Mónica termina aplicando en tu rostro una fina capa de polvos de sol (por ejemplo, los clásicos Terracota de Guerlain). Delicadamente aplicados nadie notará que te has pasado el verano en la oficina. Otra opción son geles para el rostro que aportan un tono bronce, pero mate, (los tienes en Helena Rubinstein y en Estée Lauder) que hará posible que parezcas recién salida del mar.
