Planta herbácea originaria de la India y traída a Europa, según parece por Alejandro Magno. Sus hojas son muy conocidas por los amantes de la cocina ya que posee múltiples usos en cocina para aromatizar platos.
Se utiliza con las carnes de diversos tipos (buey, lechal, ternera, etc.), tanto asadas como guisadas, pescados (preferentemente mariscos, como las cigalas, cangrejos, langosta…), huevos (revueltos o en soufflé), sopas (minestrone, de guisantes, de patata, espinacas, tomate y verduras en general), dando un toque de distinción y buen sabor a las ensaladas y verduras.
Para que la albahaca traslade a la comida su sabor característico, lo mejor es utilizarla fresca y añadirla en el último momento, ya que las hojas trituradas pierden sabor.
Entre las virtudes atribuidas a la albahaca, cabe señalar que hace venir o aumentar la leche a las madres gestantes, que alivia los resfriados y cura párpados, labios y pezones lastimados.
Si sufres de dolores de estómago, la albahaca te ayudará. Una tisana de albahaca después de cada comida o en cualquier momento en el que sientas que el estómago "protesta" y notarás el alivio.
Colocada en un balcón o terraza, dará un toque especial de belleza junto a un gratísimo olor que tiene la propiedad de alejar a los mosquitos.
Es un excelente aromatizador para el agua del baño caliente. Introduciendo en el agua caliente o templada un buen puñado de hojas de albahaca, dejará tu piel con un agradable olor además de una piel fina y tersa. Se dice de ella que tiene un influjo dinámico que si se exagera puede provocar la cólera.
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