Árbol de follaje persistente de color verde oscuro, con tendencia a formar tupidos matorrales y que puede alcanzar una altura de casi 10 metros. Sus hojas se conocen perfectamente por ser las que coronaban a los triunfadores, emperadores, héroes y poetas. Hoy en día, su uso es mucho más amplio y en los guisos desempeña un papel de primera magnitud.
El laurel es una de las especias más utilizadas para realzar el sabor de carnes, legumbres y sopas. Generalmente se utiliza la hoja entera para aromatizar, sin embargo, también se puede machacar y espolvorear en los guisos. Es más, para que el laurel aporte un mayor sabor a los platos, se recomienda incorporar las hojas cortadas en trocitos a fin de repartir mucho mejor el sabor en el guiso.
Se emplea con las carnes como el buey lechal, la ternera, tanto asados como guisados, con los pescados cocidos y, sobre todo, en escabeche, dando un sabor delicado a los mariscos. También se emplea en sopas de pollo, verduras y en los consomés. Además da un rico sabor a las salsas de tomate y a las verduras en las que se empleen alcachofas, col y zanahoria.
No obstante, se puede ampliar su uso a voluntad, ya que acompaña a todo tipo de guisos, especialmente lentejas, judías, garbanzos, etc.
De sus propiedades medicinales, cabe señalar que se utiliza contra la tos, las palpitaciones, los dolores de estómago y los vómitos. Las hojas de laurel tienen un efecto tranquilizante, tanto para la mente como para el cuerpo, especialmente cuando se queman. También es un remedio natural para despejar las vías respiratorias frente a gripes. Es muy bueno para los inapetentes y para los que tardan en hacer la digestión, siendo una especia muy beneficiosa para el estómago al prevenir la acidez, por lo que conviene emplearla en los guisos o bien como infusión de dos hojas de laurel después de las comidas. Además, sus propiedades diuréticas favorecen la eliminación de líquidos.
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