Que Megan Fox es una de las mujeres más bellas del planeta es indiscutible, pero que ha pasado por el quirófano para lucir este aspecto también lo es. La actriz que acaba de ser madre por primera vez, ha recurrido al bisturí al menos en tres ocasiones.
Megan Fox reconoce haber cambiado el aspecto de sus labios, mediante inyecciones de colágeno, algo que aunque no reconociese, salta a la vista, pero hay más.
La primera operación de Megan fue una rinoplastia, allá por 2005. La actriz tenía una nariz ligeramente más gruesa que la que luce en la actualidad, con la punta más fina y el tabique visiblemente más delgado.
Su segunda entrada a quirófano fue para aumentar su busto. Megan se sometió a una operación de aumento de pecho, que también niega haberse realizado, pero la evidencia está ahí. Hasta 2007 Megan tenia un pecho escaso y algo caído, un escote que nada tiene que ver con el actual, al menos dos tallas más grande que el natural.
Y la tercera y (de momento) última operación de Megan Fox es, la ya estrella de las operaciones entre las famosas, cirugía de pómulos. El rostro de la protagonista de "Transformers" está ahora más fino y con unos pómulos mucho más marcados que hace un par de años. Otro paso por el quirófano que Megan niega, achacando el cambio a haber adelgazado.
La cirugía de pómulos es además una operación secundaria ya que existen técnicas más naturales para resaltar los pómulos de forma permanente.
Megan podrá reconocer su operaciones o no, pero tras haber visto tantos antes y después de las famosas, a nosotros no puede engañarnos.
Megan Fox se ha operado la nariz, los pechos y los pómulos.
La actriz pasó por el quirófano para afinar su nariz.
Aunque únicamente reconoce haberse aumentado los labios, Megan se ha sometido también a un aumento de mamas.
Megan Fox se ha apuntado a la moda de marcar los pómulos y afinar su rostro.