Cortar el queso gruyere en rebanadas de un centímetro de gruesas y de unos 4 o 5 centímetros de largo y ancho.
Cubrirlas en un recipiente hondo con la leche y dejarlas reposar durante 2 horas.
Transcurrido ese tiempo se sacan con un tenedor las rebanadas de queso, se pasan por harina y se rebozan en huevo batido y pan rallado, haciendo un poco de presión con la mano para que queden bien rebozados y éste no se separe durante la fritura.
Poner abundante aceite de oliva en una sartén y cuando esté muy muy caliente se echan los malakoffs, darles unas vueltas enseguida, sacándolos deprisa escurriéndolos bien de aceite en cuanto estén dorados.
Servir al momento.
Observaciones
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Se trata de unas rebanadas de queso rebozadas y fritas que se deben servir bien calientes y al partirlas tienen que resultar muy cremosas.
El aceite al freír debe ser abundante y estar muy caliente para que se doren antes de reventarse, el secreto es freírlos deprisa.