Métodos anticonceptivos: ¿cuál va conmigo?

Seas joven o madura, flacucha o rellenita, con o sin hijos, con pareja estable o no, seas como seas y sea cuál sea tu situación, hoy en día existe una amplia gama de anticonceptivos que te ayudarán a llevar una vida más tranquila y sin sorpresas.

Según los expertos cada mujer es un mundo y cada cuerpo reacciona de un modo distinto a los sistemas de prevención de embarazo, por ello, hay que tener cautela y someterse a las pruebas necesarias para determinar qué opción te conviene más.

MÉTODOS TRADICIONALES

Preservativo: es el único que nos previene de las enfermedades de transmisión sexual. Muy recomendado para relaciones esporádicas. Algunos inconvenientes son la pérdida de sensibilidad o la posible rotura del mismo.

En caso de emergencia ya disponemos en farmacias de la píldora poscoital sin receta, que debe ser ingerida antes de las 72 horas trascurrido el incidente. Esta píldora es un método de prevención, no abortiva y no recomendado para uso habitual por sus contraindicaciones a largo plazo.

DIU (dispositivo intrauterino con gestágeno): es un implante disponible en varios tamaños y formas que se coloca en el útero para evitar que el óvulo fecundado pueda ubicarse en las paredes y evolucionar. Es un método cómodo porque no interviene en el proceso menstrual natural de la mujer y su duración es de 3 a 5 años.

Existen controversias con el DIU porque muchos consideran que existe vida desde el momento de la fecundación, interesante para que aquellas mujeres con dudas religiosas o morales consulten más a fondo este tema.

Píldora anticonceptiva: con el paso de los años se ha perfeccionado de tal modo su composición que actualmente los efectos secundarios son mínimos. Podemos encontrarlas en el mercado con o sin estrógenos, y según la marca son más recomendables según las edades, peso, tamaño de las mamas, y un largo etcétera que no te dejará fuera si estás pensando en tomarla.

En cuanto a los síntomas a su toma, posiblemente la fatiga o dolores gastrointestinales sean una molestia al principio. Su consumo es mensual, 21 pastillas ingeridas a la misma hora del día, y una semana de descanso en la que baja la regla.

Coito interrumpido: aunque no se trata de un método anticonceptivo puede servir como práctica. El varón se retira justo antes de la eyaculación, pero el riesgo de embarazo es alto porque durante el coito el hombre segrega el líquido preseminal que contiene esperma.

Práctica Ogino-Knauss: el acto sexual se limita a los días de no ovulación, es decir, a mitad del ciclo menstrual no se debe practicar sexo. Poco seguro ya que no todas las mujeres tienen un ciclo regular debido a alteraciones casi siempre climáticas.

Espermicidas: son sustancias que se introducen en la vagina para disminuir la capacidad de los espermatozoides de fecundar al óvulo.

NOVEDADES EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

Anillo vaginal: es uno de los métodos más de moda por su comodidad. Su uso es mensual y muy útil para mujeres despistadas con la toma de la píldora. Se trata de un aro flexible de 5 cm de diámetro que se coloca en el interior de la vagina durante 21 días. El descanso es de una semana para menstruar.

Hasta el momento no se conocen efectos secundarios aunque algunas mujeres reconocen sentir molestias durante el coito.

Parche: se coloca sobre la piel limpia, seca y sin vello, en cualquier zona del cuerpo. Cada semana se cambia por uno nuevo 3 veces seguidas, la cuarta semana se descansa para que baje la regla.

No está indicado para todas las mujeres ya que la penetración hormonal es epidérmica y algunas pieles son demasiado sensibles. No es un método discreto en la intimidad y al roce del agua y la ropa puede resultar incómodo.

Aguja epidérmica: se trata de una operación en la que se introduce un dispositivo del tamaño de una cerilla en el antebrazo de la mujer, bajo la piel. Su duración es de 3 a 5 años y el suministro hormonal es epidérmico por lo que habrá mujeres sensibles a este tratamiento.

CONCLUSIONES

Sin duda la "marcha atrás" y las soluciones caseras se han quedado muy atrasadas ante tal amalgama de posibilidades. No tengas miedo a los anticonceptivos porque seguro que alguno de ellos se adapta a tu estilo de vida y a tu metabolismo.

No hagas caso de los mitos, consulta a tu ginecólogo y exponle tu preocupación, él sabrá qué pruebas hacerte para tu tranquilidad.