Diseño de cejas ¿Cuál me favorece?

Gruesas, finas, curvadas, más rectas... la forma de tus cejas tiene una gran importancia en tu rostro y puede realzar la mirada y corregir defectos de manera asombrosa. ¡Ficha estos consejos para lucir las cejas que más te favorecen!

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Los egipcios se las rasuraban para luego dibujarlas, las musas de la era dorada de Hollywood hicieron de ellas un arma de seducción, los años ochenta trajeron cejas gruesas y pobladas... Sea cual sea la tendencia del momento, lo cierto es que las cejas, a menudo olvidadas, son el auténtico marco de tu rostro y las principales responsables de tu expresión.

Aunque suene exagerado, unas cejas mal depiladas ya sea por su forma, por exceso o por defecto, pueden arruinar hasta el "look" más cuidado. No se trata sólo de mantener a raya esos recalcitrantes pelitos del entrecejo, sino de saber cuál es la forma más adecuada para tu rostro.

Existe una gran variedad de tipos de cejas atendiendo principalmente a tres factores: su longitud, su espesor y la forma, más o menos pronunciada, del característico arco con el que enmarcan la mirada. Las cejas son muy personales y, aunque pudieran parecer poco "importantes" en el conjunto del rostro, son capaces de darle una expresión determinada influyendo directamente en nuestra apariencia y en la imagen que proyectamos.

Bien depiladas, correctamente cepilladas y con la forma idónea a las facciones personales se convierten en uno de los elementos más atractivos del rostro, pero… ¿cuál es ese diseño perfecto para nuestra cara?

Como sabemos, es fácil dejarse arrastrar por las tendencias. Pero cuidado, porque las tendencias van y vienen, pero en algunas zonas del arco ciliar y, en especial con la edad, el vello comienza a escasear e incluso deja de crecer. Por este motivo, lo recomendable es optar por unas cejas con un estilo natural y no dejarnos llevar por la emoción de las pinzas y depilarlas en exceso. ¡Ojo! Un estilo natural no significa vía libre para dejar crecer una maraña capilar sobre tus ojos...

La naturalidad es la clave. Las cejas deben resaltar los rasgos más hermosos sin que se note. Un diseño que vaya en contra de su forma natural nunca resultará favorecedor. Se trata de modificar sutilmente (no alterar de manera radical) sus características para sacarles el máximo partido. Una ceja cuidada y ligeramente arqueada confiere, dicen los expertos, un aspecto más joven al rostro, y sólo serían necesarios retoques más acentuados si se pretende corregir o equilibrar el óvalo facial o alguna facción concreta. Para ello hay que tener en cuenta dos aspectos de la propia fisonomía: las particularidades del óvalo facial y la forma de los ojos.

El primer paso para delimitar el diseño de tus cejas es partir de una correcta depilación. Independientemente de la forma del arco, para conocer las medidas "estándar" de tus cejas haz la siguiente y sencilla prueba. Coge un lápiz (por ejemplo el delineador) y colócalo en una de las aletas laterales de la nariz. Manteniéndolo recto, verás que llega hasta la ceja (parte interna), todo pelo que sobrepase del lápiz, sobra. A continuación, dirige el lápiz desde la nariz al extremo externo del ojo. También en este caso, el pelo que sobresalga de este "límite", está de más. El punto adecuado en el que la ceja debe arquearse se sitúa a la altura del borde externo del iris ocular cuando éste se encuentra mirando al frente.

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Una vez establecidas las medidas básicas, llega el momento de darles forma. Fíjate en cómo es tu rostro (alargado, redondo, ovalado…) y en la forma de tus ojos (saltones, muy juntos o separados…). Piensa, además, en qué imagen quieres transmitir o con qué look te sientes más cómoda (mirada alegre, segura, dulce, felina…)  teniendo en cuenta todas estas variables, fíjate en estas "pistas" que pueden ayudarte a decidir tu estilo:

Rostro alargado

Se trata de no "estirarlo" más con unas cejas demasiado angulosas o con un arco elevado en exceso. Lo ideal en este caso es optar por las líneas más bien rectas (con poco arco) y por un espesor intermedio (no muy finas), buscando así la horizontalidad y consiguiendo un rostro armonioso. Bien separadas (depilando no sólo el entrecejo sino un poco más) y con un arco interior poco marcado (nunca dar forma al exterior) te favorecerán si este es tu tipo de rostro.

Si además eres de las que tiene una barbilla prominente y en punta (características del rostro triangular) las cejas son clave en tu estilismo. En este caso, redondea su arco interior (buscando el medio punto) pero sin elevarlas en exceso. El resultado será un rostro de líneas más suaves y una barbilla menos "visible".

Si la cara es ovalada, lo mejor es dejar la ceja recta y siempre más fina en el extremo para dar amplitud a la mirada.

Rostro cuadrado

Destacan en él la mandíbula ancha y marcada y las formas angulosas (pómulos prominentes, nariz grande…). Una mirada dulce y armoniosa contribuirá a restar dureza a las facciones. El arco debe notarse pero ligeramente difuminado, no formando un triángulo evidente. Se trata de buscar curvas muy suaves. El extremo externo debe tender la horizontalidad (sin subirlo demasiado).

Rostro redondeado

Lo ideal para darle ligereza y esbeltez es marcar bien el ángulo interno de las cejas (dándoles forma, de triángulo) y además no llevarlas pobladas en exceso.

En general, para rostros cuadrados o redondos, la ceja debe dibujarse con suavidad hacia arriba y hacia la mitad afinar el trazo.

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Otros "trucos"

En general si no eres muy alta y tu cara es más bien "pequeñita", recuerda no llevar unas cejas demasiado evidentes, ya que, crearías un rostro desproporcionado. Opta por un grosor fino-medio y procura que no excedan en su longitud (depila bien el entrecejo y no prolongues el extremo exterior).

Si tienes los ojos muy juntos, puedes crear visualmente una mayor separación depilando correctamente el entrecejo. Si los tienes algo hundidos, recurre a las cejas finas con el extremo exterior ligeramente elevado para conseguir que se vean más y que, de esta manera, tu mirada luzca más alegre. Si por el contrario, tus ojos son algo "saltones", llévalas gruesas pero muy bien peinadas y con el arco discreto, poco marcado.

El color de tus cejas ¡no lo dejes al azar!

Es importante que exista un equilibrio entre el tono de las cejas y los de la piel y el cabello.

Algunos ejemplos: si te has teñido de rubia platino y luces unas cejas negras como el carbón, es bastante probable que tu aspecto se dé un aire a Madonna en los ochenta, mientras que unas cejas excesivamente claras en una piel también muy clara pueden otorgarte una expresión cuanto menos extraña, desvaída.

La regla general es que para que su color sea equilibrado, las cejas deben ser como máximo dos tonos más oscuras que el cabello. Eso sí, ni se te ocurra tratar de decolorar o teñir las cejas por tu cuenta en casa si no lo has hecho antes. Los tintes para el cabello no son aptos para este uso, especialmente en manos inexpertas, las soluciones decolorantes pueden dejar tus cejas naranjas si no se aplican bien, y corres el riesgo de organizar un auténtico desastre, por no hablar de la posibilidad de que tus ojos resulten dañados en el intento.

Para disimular la sensación de que eres teñida, el contraste entre cabello y cejas debe ser muy natural, estas son las reglas:

  • Si te tiñes el pelo de un tono mucho más claro que el tuyo, lleva las cejas dos tonos más oscuros que el cabello.
  • Si llevas el pelo teñido de oscuro, haz que tus cejas presenten un color dos tonos más claro.

La mayoría de las firmas cosméticas tienen en el mercado un amplio arsenal de maquillaje para tus cejas, desde cepillos a estuches compactos con todo lo necesario para lograr la perfección en forma de ceja. Como equipo básico te recomendamos un cepillo y un lápiz corrector del tono exacto de tu ceja para disimular huecos y lograr una forma más definida. Este efecto también se puede lograr con maquillajes en polvo específicos para la zona, pero es mejor que practiques antes con el lápiz.

Recuerda que las cejas también necesitan -¡y merecen!- ser peinadas. Lo correcto es cepillarlas hacia arriba y hacia afuera. Si tienes algún pelito rebelde, puedes domarlo aplicando una minúscula cantidad de vaselina o cualquier bálsamo labial incoloro. Otro truco es nutrirlas con un poco de aceite de oliva, si bien en el mercado existen bálsamos específicos para las cejas.

Consejos básicos para novatas

Lo recomendable si has descuidado tus cejas durante años, o si tienes dudas sobre la forma y dimensiones más adecuadas para tu rostro, es acudir a un profesional estético. A no ser que tengas mucha práctica, no te aconsejamos que te dés a un frenesí depilatorio con las pinzas ni que las depiles con cera por tu cuenta.

Seguro que la experta podrá aconsejarte y "limpiar" la zona ciliar de vello sobrante hasta lograr la forma idónea. Después, te será más fácil hacer tú misma el mantenimiento, e ir depilando todo el pelo que crezca "fuera" de tu nueva ceja. Para ello, lo mejor es que inviertas en unas buenas pinzas de depilar y un espejo de varios aumentos. Las pinzas Tweezerman son las reinas del mercado, con justa fama por su calidad y precisión, aunque hay marcas a montones.

Una precisión: nunca uses las pinzas para depilar la parte superior de las cejas. Es mejor que esa zona sea "limpiada" con cera por tu esteticién.

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