El agua es el mejor gimnasio que puedas encontrar. En la piscina estarás relajada, ya que masajeas a la vez que tonificas tu cuerpo, te olvidas de sudar, pues en el agua no pasarás calor, acabarás con la celulitis y quemarás calorías sin darte cuenta. ¡No hay mejor truco para estar en forma que hacer deporte en el agua!
Además, el agua tiene una gran ventaja: la sensación de agotamiento es mucho menor y, si eres una de esas personas a las que les encanta pasar horas y horas en la piscina, con estos ejercicios te sentirás como pez en el agua, y nunca mejor dicho. Bastarán 20 o 30 minutos al día para estar totalmente en forma, y en 15 días empezarás a notar los resultados, según aseguran algunos expertos.
Existen multitud de ejercicios para la piscina que puedes practicar en estos meses de verano. Con ellos conseguirás mantenerte en forma, incluso perder esos kilos de más de los que siempre te quejas.
El agua tiene un efecto relajante, siendo especialmente beneficiosa para la piel, los músculos y los tejidos de nuestro cuerpo gracias al efecto masaje que se produce al realizar cualquier ejercicio dentro de ella.
La natación es uno de los deportes más completos, con ella fortaleceremos los músculos y favorece a su vez el sistema cardiorrespiratorio. Además sirve para descargar energía y hará que nos liberemos de todas esas tensiones acumuladas.
Si acostumbras a ir a la piscina diariamente y quieres descubrir las distintas modalidades acuáticas, Alejandro Escudero, Fitness Manager de Caroli Health Club nos propone algunas de ellas.
Verás los efectos positivos de los que te podrás beneficiar además de pasar un rato divertido y refrescante. ¡Toma nota!
Ya lo sabes, siempre que hagas ejercicio debes calentar y estirar los músculos. Por ejemplo, nadar lentamente unos minutos podría ser un buen calentamiento.
Si caminar por la calle o por el campo es un ejercicio beneficioso para la salud, realizarlo en el agua aporta beneficios adicionales. Notarás los efectos en los músculos de las piernas y glúteos en breves semanas con la repetición continua del ejercicio. Haz lo mismo que si estuvieras en la superficie, pero debajo del agua. Te costará más que en el suelo, está claro, pero eso es por la presión. Lograrás quemar calorías y tonificar. Si haces pie, mejor. Colócate en una zona de la piscina donde el agua llegue hasta la cintura y empieza a andar. Comienza caminando a ritmo lento y poco a poco ve aumentándolo para que los músculos trabajen con intensidad, si puedes, empieza a correr. Tienes que notar que estás arrastrando a alguien desde la cintura, ya que el agua actúa como una barrera que opone resistencia a tu paso.
Puedes hacer el péndulo para ejercitar las distintas partes de las piernas. Así, poniendo los brazos rectos, puedes estirar y repetir el movimiento de las piernas: la rodilla, la pantorrilla o la cadera se verán beneficiadas con este movimiento.
Colócate a la altura que el agua te llegue hasta los hombros aproximadamente. Extiende los brazos en cruz, por debajo del agua, y muévelos hacia delante hasta que se toquen las manos.
Si practicas distintos saltos dentro del agua; sumergiéndote y saliendo al exterior de una manera continua y repetida conseguirás que tu nivel de estrés baje y disminuirá la tensión en las articulaciones y músculos haciendo que los dolores de espalda desparezcan.
Las sentadillas son un must en cualquier rutina de ejercicios de tonificación y, en el agua, no podían faltar tampoco. Con el agua hasta la cintura, hay que ir haciéndolas como si estuvieras fuera del agua. Además, también se pueden alternar distintos tipos de sentadillas como la isométrica, sin subir ni bajar, o las sentadillas sumo, que es igual que la normal, pero con la apertura de piernas mayor que nuestras rodillas.
Para hacer este ejercicio es necesario ir a la parte más honda de la piscina, de manera que los pies no toquen el suelo. Como su nombre indica, se trata de pedalear en el agua y, cuanto más rápido lo hagas, mayor será la intensidad del ejercicio. Recuerda combinar tanto el sentido hacia adelante como hacia atrás para conseguir hacerlo más completo. Si quieres sumarle más intensidad todavía, saca las manos fuera del agua e intenta elevar tu cuerpo un poco hacia el exterior del agua.
Dentro de la categoría ejercicios de fuerza, puedes intentar flotar de distintas maneras: por ejemplo, mantén las piernas flexionadas e intenta flotar haciendo movimientos circulares con los brazos; también puedes hacerlo al revés, eleva los brazos y flota realizando movimientos circulares con las piernas.
Para hacer estos ejercicios, debes colocarte en el borde de la piscina. En el caso de los abdominales superiores, hay que apoyar las piernas en el borde de la piscina, los glúteos pegados a la pared y las manos en el pecho; así, hay que ir subiendo y bajando. Es recomendable hacer varias series de repeticiones y combinar los abdominales cortos y largos.
Para el segundo grupo de abdominales, los inferiores, hay que colocarse en una zona donde el agua cubra hasta el pecho y darle la espalda al borde de la piscina. Apoyamos las manos en el mismo y elevamos piernas para después ir estirándolas y recogiéndolas hasta el pecho, así hasta varias series de repeticiones.
Esta modalidad combina los ejercicios básicos del step convencional pero esta vez practicados en la piscina.
La resistencia del agua provoca que tengamos que añadir un plus de fuerza al ejecutar los movimientos y de esta manera el consumo calórico aumentará además de nuestra masa muscular.
Ya conocemos en qué consiste el spinning. Es sin duda una de las actividades acuáticas más divertidas pero no será posible realizarlo en todas las piscinas ya que se necesitan unas bicicletas especiales. Consiste en seguir el ritmo de la música y pedalear dentro del agua fortaleciendo de esta manera los músculos inferiores de nuestro cuerpo.
Las propiedades del agua hacen que debamos realizar un menor esfuerzo debido a la flotabilidad de nuestros cuerpos. Así que podremos practicar ejercicios que fuera de la piscina nos supondrían mucho sacrificio.
Con el aquafitness se practican los ejercicios aeróbicos. Después todo será cuestión de imaginación y podremos introducir distintos movimientos que acompañaremos con elementos externos como pesas para prestar atención a aquellas partes del cuerpo que más queramos ejercitar. Sin duda, no habrá hueco para el aburrimiento, las coreografías pueden llegar a ser auténticas maravillas.
En estos tiempos de estrés y donde el ritmo diario que llevamos es vertiginoso, una de las técnicas deportivas más eficaces para controlarla es el pilates.
Al realizar pilates en el agua, se incrementa la intensidad del ejercicio y se activa el metabolismo. Con la práctica quemarás calorías y el plus especial; el elemento relajante del agua, ideal para los problemas de estrés y ansiedad.
Después de esta rutina de ejercicios, y para relajar todos los músculos, es importante estirar al igual que lo haríamos en un gimnasio. Además, para terminar, podremos disfrutar de la desconexión y relax haciendo el "muerto" en el agua, que consiste en estirar todo nuestro cuerpo en horizontal en el agua y flotar.
Algunos de estos ejercicios también pueden hacerse en la playa, como son la bicicleta, las sentadillas y el andar o correr. De hecho, para andar y correr, el ejercicio será aún más efectivo, dado que la arena añade una dificultad y el desplazamiento en ella es más difícil que en un suelo liso.
¿A qué esperas para refrescarte y ponerte a tono con estas modalidades acuáticas?
Practicar deporte en el agua al ritmo de la música es una forma divertida de tener un cuerpazo diez y liberarnos de tensiones acumuladas.
El agua provoca un efecto masaje en nuestras piernas, caminar dentro del agua tonifica nuestros músculos y nos mantiene en forma.
Practicar deporte en la piscina; salud y diversión asegurada.
El aquapilates una de las técnicas con las que podrás liberarte de toda la tensión acumulada y disminuir tu nivel de estrés.
Si combinas dieta sana con algo de deporte acuático los resultados serán beneficiosos para tu salud, manteniéndote a tono y perdiendo kilos de más.