La princesa Letizia puede presumir de un cutis bien cuidado que cuenta con una hidratación y luminosidad óptimas que saltan a la vista. Su piel, tratada adecuadamente, es clave para un maquillaje de excelentes resultados, discreto y elegante, que puede cumplir perfectamente su función principal: disimular imperfecciones y potenciar los rasgos más atractivos del rostro.
Si analizamos los distintos pasos de un maquillaje, podemos descubrir los secretos de estilismo que consiguen que doña Letizia luzca impecable en cada una de sus apariciones, logrando, además, que su maquillaje se adapte perfectamente a su evolución personal y a las distintas situaciones en cuanto a vestuario, protocolo, peinados, etc.
Son la clave de un maquillaje acertado y la Princesa sabe elegirlas. Siempre resultan de lo más natural (se le ve buena cara sin que se note un fondo de maquillaje). Su piel clara y sin imperfecciones evidentes (granitos, rojeces, cicatrices...) hace que siempre pueda elegir una muy similar a su propio tono de piel, e incluso prescinda de ellas en las ocasiones más informales (por ejemplo, durante sus vacaciones estivales). Su base cubre a la perfección sin aportar apenas brillo o color a su tez.
En alguna de sus primeras ocasiones públicas, hay que reconocer que la diferencia entre el tono de su cutis y el de su cuello despertó más de un comentario, algo que, afortunadamente, ha sabido corregir (el terrible efecto máscara le puede ocurrir a todo el mundo, princesas incluidas).
Doña Letizia sabe potenciar su mirada a la perfección sin crear un efecto exagerado. Sus ojos destacan con sutileza sin aplicar un exceso de color. Sabe combinar la tonalidad de su iris, marrón verdoso, con sombras muy discretas que le dan luminosidad sin sobrecargar. Los tonos tierra y la gama de los verdes son sus favoritos, siempre en acabado mate, buscando la máxima discreción. Suele usar delineador (no tiene los ojos especialmente grandes), pero huye del negro en la mayoría de las ocasiones para no endurecer su mirada y no "echarse" años encima.
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De sus ojos también destacan sus naturales pero cuidadísimas cejas (ni un pelo descolocado). Les da forma atendiendo a las mínimas nociones de visagismo. Su rostro es alargado y de barbilla prominente, por lo que contrarresta su verticalidad con unas cejas de arco discreto que buscan la línea horizontal.
En cuanto a los labios, la Princesa los tiene finos y bien definidos. Normalmente los perfila con un discreto delineador de tono similar al de la barra de labios. No es partidaria de colores demasiado llamativos, ella intenta mantener la misma línea que presentó en sus primeras apariciones públicas, pero hay que reconocer que cuando se decide por un rojo pasión - valentino, no le queda nada mal. Normalmente, fiel a su línea discreta, opta por los favorecedores tonos nude y por los rosa coral que le aportan una imagen fresca y juvenil.
El rubor o colorete es uno de los cosméticos imprescindibles para Letizia. Su tez pálida lo requiere y ella elige de manera acertada la gama de los rosas/melocotón, con algún guiño a los tonos bronce dorados, especialmente durante el verano. Lo aplica sin marcar demasiado la línea ascendente hacia lo pómulos, incidiendo más en la zona de las mejillas para transmitir, simplemente, una imagen saludable y un buen aspecto general. Por último, esa piel "de terciopelo" con la que aparece impecable en numerosos actos es fruto de la genética privilegiada y los tratamientos de belleza a los que doña Letizia se somete, pero también de los polvos translúcidos que nunca faltan como colofón final en su maquillaje de la Princesa.
La princesa Letizia, en sus inicios, lucía un maquillaje más pronunciado con un color de piel más oscuro y un maquillaje más mate.
La princesa Letizia siempre destaca por su naturalidad, su elegancia y su cutis perfecto.
La princesa Letizia siempre potencia el color de sus ojos con sombras en tonos claros y evita el negro para no ponerse años encima.
La princesa Letizia, aunque siempre elige tonos claros para sus labios, le favorecen también los tonos más oscuros como el rojo pasión o el granate.
Hemos visto en muchas ocasiones el poco maquillaje que luce la princesa, ya que la ausencia de imperfecciones le permite ir sin base.
La princesa Letizia luce en sus pómulos los tonos melocotón. En verano cambia el tono melocotón por los dorados para aumentar el efecto bronceado.
La princesa Letizia sabe que lo mejor de su rostro son los ojos y es por eso que destaca su mirada con unas pestañas bien definidas y marcando las líneas del ojo.
En alguna de sus primeras ocasiones públicas, hay que reconocer que la diferencia entre el tono de su cutis y el de su cuello despertó más de un comentario.
Tanto en sus looks de diario como en los pensados para grandes eventos, doña Letizia es consciente de la importancia de unas bonitas pestañas.
Sabe combinar la tonalidad de su iris, marrón verdoso, con sombras muy discretas que le acentúan la mirada.
La princesa Letizia elige los tonos tierra y la gama de los verdes para sus ojos, siempre en acabado mate para lograr la máxima discreción.
Su tez pálida lo requiere y ella elige de manera acertada la gama de los rosas/melocotón.
La princesa Letizia intenta mantener la misma línea que presentó en sus primeras apariciones públicas en cuanto a los tonos de maquillaje.
La princesa Letizia apuesta por los tonos tierra y los rosas nude en su maquillaje.
La princesa Letizia siempre elige un maquillaje natural.