
Suena el despertador, te levantas de la cama, te diriges al espejo y ¡horror! Descubres tu cara hinchada, las ojeras más marcadas que el día anterior y además con granitos e imperfecciones, fruto del estrés acumulado. Todas recurrimos al imprescindible corrector para camuflar todas aquellas imperfecciones del rostro, siendo por ello uno de los complementos estrella de los maquilladores. Pero… ¿sabes cuál es el ideal para tu rostro?
Tienes correctores en barra, en crema o como lápiz, para que puedas decidir qué textura va contigo y elegir el formato que mejor se ajuste a tus necesidades.
Lo último son los correctores en polvo que se aplican sobre el maquillaje como un velo que unifica la tez. Como suelen mezclar varios colores te sirven para todo, piel uniforme y confortable ¡al instante!
En los puntos de venta de cosmética de las más prestigiosas firmas de maquillaje, es habitual el corrector líquido o en barra, que además te ayudan en tu cuidado facial, como Clinique o Lancôme. La última innovación son los correctores que además de tapar las imperfecciones de la superficie de tu piel, alisan, se trata de las texturas en crema, en lápiz o en fluido para eliminar todos los puntos de cansancio.
Entre los más destacados:
El color debe ser muy similar al de tu piel, para que ejerza su función correctora sin que se note.
Lo que debes saber es que los tonos amarillentos son ideales para camuflar las manchas, pequeñas cicatrices, ojeras… mientras que los verdosos y azulados esconden a la perfección las venitas y manchitas de cuperosis.
La recomendación de los expertos para conseguir un rostro impecable es utilizar tres correctores: beige, rosado y verde:
Lo habitual es aplicar el corrector directamente sobre la piel limpia y seca en las zonas que se quiere corregir antes de extender la base de maquillaje. Pero también puedes utilizarlo al revés, aplicando primero la base y después usar el corrector para camuflar las imperfecciones.
Ya puedes despedirte de tu cara recién levantada... Y deslumbrar con el efecto más natural, gracias a los correctores... ¡Úsalos!