Practicar sexo es una de las actividades más sanas de nuestra vida, pues más allá de la carga emocional que conlleva, el sexo también mejora nuestra salud, tanto física como mental. Entre las ventajas de esta práctica se encuentran la mejora del ritmo cardiaco o el mejor aspecto de nuestra piel. Pero hay un beneficio mucho más importante: una buena vida sexual nos hace felices. Siglos y siglos hablando sobre el elixir de la felicidad y en el fondo lo teníamos delante de nuestras narices. Practicar sexo nos hace sentirnos plenos y felices y hay estudios que demuestran que incluso alarga la vida.
Descubre desde MujerdeElite las ventajas de tener una vida sexual activa:
El sexo previene las arrugas. Di adiós a las cremas y lociones antiarrugas y practica más sexo. Es una buena manera de borrar las huellas del paso del tiempo, y tiene una clara explicación. Se ha demostrado que el sexo duplica el nivel de estrógeno en las mujeres y les ayuda a tener un cabello más brillante y una piel más suave y tersa. La celulitis también dejará de molestarte con la práctica de sexo y es que éste mejora la circulación del fluido linfático de nuestro cuerpo.
Parece un tópico, pero no lo es. Si mantienes relaciones sexuales tres veces por semana durante 15 minutos, quemas alrededor de 7.000 calorías al año, algo que sería equivalente a correr nada más y nada menos que 120 kilómetros. Y es que, ya llevamos mucho tiempo escuchándolo: el sexo es el mejor deporte. Además, ¿sabías que hay posturas sexuales que te ayudan a adelgazar?
El sexo activa la mayor parte de los órganos de nuestro cuerpo y entre ellos se encuentra el más importante de todos, el corazón. Practicar sexo de forma frecuente (3 veces a la semana) disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, de ataque al corazón y mejora la circulación en la sangre.
Pero no solo de corazón va la cosa, el sexo alivia casi cualquier dolencia al activar las endorfinas, que alivian nuestro malestar. Concretamente, la estimulación vaginal libera endorfinas y sustancias químicas que inhiben la sensación de dolor en el cuerpo.
Además de ayudarnos contra el dolor físico, el sexo también nos echa una mano con nuestra salud psicológica. La actividad sexual frecuente promueve la producción de endorfinas, neurotransmisor que estimula la creatividad y mejora el estado de ánimo. ¡Serás más feliz! Pero, además, el sexo nos ayuda a eliminar el estrés liberando grandes cantidades de dopamina, la hormona del placer, que nos crea una agradable sensación de bienestar. La oxitocina es una hormona que se dispara con el orgasmo y cuyo efecto amnésico dura horas. Te olvidarás de que has dejado la visa temblando, de los problemas laborales y de las tareas del día a día.
Después de un orgasmo disminuyen los niveles de dopamina (hormona del placer), pero se incrementan los de prolactina, por lo que es normal experimentar una sensación de satisfacción a la vez que somnolencia. ¡Dormirás plácidamente!
La eyaculación frecuente disminuye el riesgo de padecer esta neoplasia en más de un 40%.
Las mujeres con una vida sexual activa tienen un ciclo reproductivo más estable y previenen los efectos secundarios de la menopausia al incrementar la producción de oxitocina.
Tener sexo una o dos veces por semana incrementa los anticuerpos que protegen de las enfermedades respiratorias.
El sexo aumenta los niveles de oxitocina, hormona que favorece el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales y podría estar involucrada en la formación de relaciones de confianza y generosidad entre personas.
El sexo es vida y aunque no lo creamos esto también tiene una explicación. Músculos más fuertes, mejor salud mental, mejor circulación de la sangre… Todo ello nos lleva inevitablemente a alargar unos años nuestra vida y si además va a tratarse de una vida feliz, ¿qué más podemos pedir?
Según el profesor Manuel Castillo, de la Universidad de Granada, las personas que tienen una actividad sexual satisfactoria cuentan con una mayor esperanza de vida. De hecho, los hombres que disfrutan de orgasmos frecuentes tienen menos riesgo de morir por cualquier causa que aquellos que solo tienen sexo una vez al mes.
Castillo afirma que la práctica de sexo alarga la existencia, hecho que está respaldado con datos científicos procedentes de numerosos estudios. "La práctica sexual es el tipo de actividad fisiológica que más influye en el ánimo y en el bienestar de la persona. Las personas que tienen una actividad sexual satisfactoria cuentan con una mayor esperanza de vida, algo que responde a una base fisiológica y es, al mismo tiempo, resultado de los cambios hormonales que producen ese bienestar", apunta Castillo.
Investigaciones realizadas por el profesor Castillo aseguran que practicar sexo aumenta la capacidad del sistema inmunológico, previene contra las enfermedades y ejerce un efecto analgésico que ayuda a resistir mejor un proceso de dolor.
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