Si ya te falta poco para tener a tu pequeño en brazos y verle la carita, seguro que empiezan a pasar por tu cabeza mil posibles nombres. No es sencillo decidirte (y dejarlo al santoral es bastante “arriesgado”). Hay un sinfín de posibilidades, desde los nombres “de toda la vida”, hasta los más originales y seguro que estás buscando uno tan especial como tu bebé.
Para las niñas, María sigue siendo uno de los más populares, sencillo y muy bonito, pero el nombre de moda en los últimos años ha sido, sin duda, Lucía, que procede del término latino lux lucis y significa “luz, luminosa”. También en el “top” de los nombres que han arrasado últimamente se encuentra Paula “pequeña”. Se dice que las Paulas son sensibles, intuitivas y constantes (¿será así Paula Echevarría?).
Si hablamos de famosas, en numerosas ocasiones, sus nombres sirven de inspiración a muchas futuras mamás. Sara (¿Carbonero?), uno de los nombres más comunes en los años 90, vuelve a estar de moda. Proviene del hebreo y significa “princesa”. También los nombres de las infantas Leonor (ahora ya Princesa) y Sofía se han convertido en favoritos. El primero lo han llevado durante siglos distintas reinas europeas (tal vez por eso lo eligieron los actuales Reyes) y el segundo significa “la que tiene la sabiduría”. Cinco mitos y leyendas sobre el embarazo
Si prefieres algo diferente, un nombre menos común pero igual de bonito, tienes otras opciones por ejemplo: Alba, Luna, Lluvia, Noa, de origen hebreo que significa descanso, Abril, un nombre cada vez menos “raro” que hace referencia a la alegría de la primavera, Ainhoa, Nerea, ambos de raíces vascas, Idaira, nombre de una antigua princesa guanche de Canarias, Cloe, que viene del griego y significa “hierba verde”, Vera, “la que dice la verdad”, Roxana, procedente del persa y traducido como “amanecer”... todos bonitos y alguno, seguro, perfecto para tu niña.
Si esperas un hermoso chico, también tienes multitud de nombres de niño donde elegir. Según los datos del INE, el nombre masculino más popular en España en la década de los noventa ha sido Alejandro “el protector”, pero últimamente ha sido desbancado por otro de origen germano, Hugo, “hombre brillante, inteligente”. Entre los “de toda la vida”, los Antonios recuperan posiciones en el ranking de los nombres más populares. Otros que se sitúan entre los favoritos son: Pablo “pequeño”, Daniel, “el que reparte la justicia de Dios” y Adrián “el que viene del mar” (tal vez en referencia al Mar Adriático). Algunos nombres que triunfaron en los ochenta y estuvieron unos años sin escucharse demasiado han vuelto con fuerza. Es el caso por ejemplo de David, “el elegido por Dios”, Sergio “el que protege”, Víctor “el que triunfa”, Fernando “el guerrero intrépido” o Diego “el sabio”.
Entre las “novedades” de este año no puede faltar el nombre de Martín (Iker y Sara) que también significa “guerrero” (del dios Marte), Enzo, “el príncipe” de origen germánico y también elegido por muchos famosos para sus hijos y Francisco, nombre tradicional donde los haya que ha resurgido tal vez, porque lo ha “recuperado” el actual Papa.
Ya tienes unos cuantos nombres en los que pensar para hacer aún más dulce la espera mientras llega ese bebé que, se llame como se llame, será precioso/a.
¿Qué nombre le ponemos: Carla o Carmen? ¿Qué es preferible: Francisco o Roberto? ¿Lo llamaremos como su abuelo o es mejor igual que su padre? ¿Si es niña le pondremos María y si es varón Mario? ¿Mantenemos la tradición familiar o innovamos y nos dejamos llevar por nuestro instinto y preferencias?
La decisión de cómo llamar a un bebé suele ser a menudo causa de conflicto entre sus progenitores, además de responder a una serie de condicionantes psicológicos y emocionales.
De ese modo, en muchas ocasiones la inscripción de una niña o niño con determinado nombre en el Registro Civil se convierte en un verdadero reflejo de la mentalidad de los padres, e incluso de sus expectativas respecto del nuevo retoño.
"Nombrar es un acto de por si muy especial y cargado de significado, y más aún cuando estamos decidiendo cómo se llamará un nuevo ser que viene al mundo", señala Susana G. Gallo, experta en educación infantil y puericultora y en estrecho contacto con padres y madres.
Según la especialista, "dado que un nombre es para siempre y acompañará al hijo durante toda la vida, este verdadero acto de amor es más importante de lo que pueda parecer en principio y comporta una gran responsabilidad para los progenitores".
"Al asignar un determinado nombre a un bebé casi lo estamos concibiendo por segunda vez, ya que con las palabras con las que lo conocerán los demás, también le estamos transfiriendo una determinada esencia, carácter, resonancia y energía", señala Gallo, para quien el nombre de una persona guarda una íntima conexión con lo más profundo de su ser y su personalidad.
Por ello, según Gallo, "al elegir, un nombre masculino o femenino, muchos padres quieren saber su significado, su origen o procedencia. Suelen pasar horas y horas consultando páginas de Internet dedicadas a los niños o libros especializados en onomástica".
Sin duda, detrás del nombre de un bebé hay mucho más de lo que se aprecia a primera vista, como demuestra una reciente investigación estadounidense, la cual sugiere que los padres de hoy en día prefieren para sus hijos aquellos nombres que no sean solamente populares, sino que además estén en auge, tendiendo a descartar los nombres impopulares.