Los más pequeños de la casa adoran jugar en la playa y en el agua, estando, con frecuencia, mucho más tiempo expuestos al sol que los adultos. Además, nuestros hijos son más vulnerables al sol porque su organismo y el sistema de protección natural de la piel no están totalmente desarrollados.
Es muy importante que sepas que en la infancia, la piel es más frágil, por lo que cualquier lesión solar en este período puede provocar daños irreversibles en la etapa adulta. Por ello, es muy importante que los padres tengan muy presentes estos consejos para proteger a los bebés y a los niños del sol, manteniendo al mismo tiempo a toda la familia protegida y a salvo de los efectos solares nocivos:
No se debe exponer directamente al sol a los bebés menores de 6 meses. Tampoco es recomendable llevarlo a la playa, y si lo haces, debes mantenerlo bajo la sombrilla.
No embadurnes de crema a tu bebé. Los menores de 6 meses podrán utilizar una protección solar específica para ellos, pero se debe aplicar solo en las zonas expuestas al sol. La crema solar debe ser resistente al agua y a la fricción, que combata los rayos UVB y UVA.
En los primeros meses es recomendable darle paseos de 5 a 20 minutos para que sus huesos obtengan la vitamina D. En verano se deben evitar entre las 12 y las 16 horas ya que son las horas más calurosas del día y el organismo del bebé tiene una capacidad reducida para eliminar el calor a través del sudor, por lo que el riesgo de sufrir un golpe de calor es más elevado.
La ropa es el mejor escudo. Siempre debe llevar una gorra o un sombrero para protegerse del sol. Las prendas más adecuadas son las de algodón puro, holgadas y de colores claros. Además, hay trajes de baño y camisetas que protegen del sol.
Para evitar los golpes de calor, bebés y niños deben estar siempre los suficientemente hidratados, dándoles de beber tanto líquido como sea necesario.
Las 4 reglas básicas para proteger a los niños del sol
Evitar el exceso de exposición solar y especialmente en las horas de mayor intensidad, que son entre las 12 y las 16 horas.
Hay que aplicar el protector solar antes de exponerse al sol y reaplicarlo con frecuencia para mantener la protección. Insiste en zonas como la espalda, rostro, nariz, orejas y nuca.
Además de protección solar hay que proteger a los bebés y niños con gorro, gafas de sol y camiseta.
Los más pequeños de la casa requieren de productos protectores especialmente diseñados para ellos (resistente al agua, a la arena y con una alta tolerancia).
En definitiva, la protección de los bebés frente al sol es una cuestión de sentido común y precaución, no hay que obsesionarse, pero sí tener cierto cuidado. No expongas nunca a los bebés y niños pequeños directamente al sol.
