El gin-tonic es ese clásico combinado que no pasa de moda y que en verano cobra protagonismo. ¿Quieres conocer la receta perfecta del cóctel con más glamour? Williams Chase nos detalla las 10 claves para servir un gin-tonic de 10.
1. Previsión y orden
Antes de preparar un gin-tonic hay que tener claros todos los ingredientes que se necesitarán y tenerlos delante. Así los combinados saldrán rodados y no se escapará nada.
Uno de los errores más extendidos es servir un gin-tonic en vaso de tubo, pues este tipo de vasos no permiten colocar todo el hielo de la manera más correcta. Además, su boca es tan estrecha que no deja disfrutar de los diferentes aromas. Por ello, la regla número uno debe ser descartar el vaso de tubo tradicional y elegir entre uno de boca más ancha, una copa de balón o, en su defecto, vaso de sidra.
3. Hielos consistentes
La elección del hielo es mucho más importante de lo que parece para lograr un buen gin-tonic. El hielo tiene que cumplir tres características básicas: ser grande, grueso y duro. De lo contrario, se deshará con mucha rapidez y la bebida se aguará.
4. Enfriar la copa
Es el ritual que deben seguir los buenos bartenders después de introducir los cubitos de hielo en la copa. Básicamente consiste en darles unas vueltas con una cucharita y retirar finalmente el agua sobrante. Así se conseguirá que el primer trago resulte mucho más apetecible.
5. La ginebra, en su justa medida
Williams Chase
Estamos ante el componente clave del combinado, por lo que hay que saber seleccionarlo a medida. Para lograr un trago equilibrado y placentero, bastarán 5 cl, que jamás deben ser calculados a ojo, mejor echar mano de medidores.
6. Elegir bien la ginebra
Es imprescindible dar con la correcta ginebra, un dechado de voluptuosidad que puede tomar diversas formas: las hay más secas y discretas, algunas florales, frutales o herbáceas, y también muchas otras que van desde una ginebra para celíacos a otra hecha con hormigas. Todo en función del combinado que se quiera conseguir.
7. Elegir la tónica
De igual manera que la ginebra, elegir la bebida carbonatada que le acompaña es básico. No se puede olvidar que es el ingrediente con más peso de la mezcla. Las hay más dulces o más secas, más aromáticas o más austeras, con más carbónico o con un carbónico sutil. El aumento de tónicas Premium en el mercado dan buena fe de ello.
8. Evitar perder el gas
Uno de los “pecados capitales” está relacionado con la pérdida del carbónico. Para evitarlo, mezcla los hielos con la ginebra y tónica elegidas con la ayuda de una cuchara trenzada con ligeros movimientos desde abajo hacia arriba. De esta forma, conseguirás potenciar todos los aromas con los que cuenta el gin-tonic. Si sirves la tónica deslizándola por la cuchara, además de que es poco higiénico, perderás carbónico, puesto que está más tiempo en contacto con el aire. Mejor no hacerlo o solamente si quieres reducir el gas.
9. Escasos adornos
El adorno final es uno de los componentes más destacados de la mezcla final. Fresas, pétalos de rosa, regaliz negro… Aunque si lo que quieres es un gin-tonic único, déjate seducir por las frutas orientales y decora tu combinado con una rodaja de limón y otra fina de jengibre, un botánico con la capacidad de aportar un sabor fresco y ligeramente picante a nuestro gin-tonic. Cada maestrillo tiene su aderezo, pero aunque no lo parezca, en materia de gin-tonics, como en tantas cosas de la vida, menos es más.
10. El momento de disfrutar del gin-tonic
Retiramos la cucharilla de la copa con especial cautela, dejamos que repose unos 30 segundos para que así se acaben de mezclar todos los sabores y aromas, y ya podremos disfrutar del gin-tonic perfecto con cada sorbo.