El 29 de octubre se celebra el Día Mundial de la Psoriasis, una enfermedad que afecta especialmente a la piel, enrojeciéndola y provocando una gran descamación, además de picor y heridas derivadas del rascado. Pero va más allá de una simple eupción cutánea, ya que también puede afectar a las articulaciones y causar inflamación y dolor, afectando negativamente al desarrollo de las actividades cotidianas.
Se produce por un funcionamiento defectuoso del sistema inmunitario que provoca un exceso de producción de células cutáneas, las encargadas de reponer las capas de piel, en constante renovación. Este exceso alcanza un nivel de sustitución siete veces superior al normal, dando lugar a unas manchas rojas resaltadas del resto de la piel que están cubiertas de descamaciones. Las lesiones de la piel suelen localizarse en el tronco, los codos, las rodillas, el cuero cabelludo y las ingles.
"Entre el dos y el tres por ciento de la población mundial sufre de esta afección y, en España, se calcula que son cerca de un millón los que la padecen", nos explica la bioquímica Mónica García Bodini. Además, según datos publicados recientemente por la Academia Española de Dermatología y Venereología, un tercio de los casos de psoriasis se inicia antes de cumplir los 20 años.
La causa de la aparición de la psoriasis es desconocida puesto que aún no se ha descrito el gen implicado, pero se ha constatado que existen personas predispuestas genéticamente.
Si existen antecedentes familiares, hay entre un 1% y un 4% de probabilidad de desarrollarla. De todos modos, muchas veces la enfermedad se manifiesta tras un factor desencadenante como el estrés, una infección, por ejemplo la amigdalitis o una quemadura solar. Además, los brotes son más frecuentes en los cambios de estación y en los meses de invierno.
"El otoño es una época especialmente sensible para los que padecen psoriasis. Con la llegada del frío y la sequedad del ambiente, es frecuente que aumenten los brotes, así que es esencial seguir las recomendaciones de los especialistas, sobre todo en estos meses del año", añade la experta.
Hay diferentes grados de psoriasis por lo que los tratamientos varían. En los casos en los que la enfermedad es leve o moderada, suele tratarse tópicamente con cremas con cortisona, pomadas con calcipotriol, retinoides tópicos y sustancias derivadas del alquitrán.
En cambio, cuando la enfermedad ocupa más del 30% de la superficie corporal ya se considera severa y se requieren medicaciones orales que obligan a controles médicos estrictos.
Aunque la OMS declaró en 2014 la psoriasis como "enfermedad crónica para la que no hay cura", son muchos los tratamientos y remedios naturales que pueden ayudar a paliar y reducir sus síntomas. Apunta estos cinco y no dejes que las molestias de la psoriasis te amarguen el otoño:
La ingesta de determinados alimentos puede constituir un tratamiento eficaz para ayudar a reducir las molestias causadas por la psoriasis. Cocinar con aceite de oliva, tomar entre dos y tres piezas de fruta al día, consumir un par de puñados de frutos secos crudos diariamente o disminuir la cantidad de carne y lácteos son solo algunas de las pautas a seguir. "Tomar un vasito con 50 ml de jugo de aloe vera fresco antes de cada comida también ayuda a regular de forma moderada y progresiva la capacidad de reacción del sistema de defensas", explica la bioquímica. Además, se debe beber mucha agua y evitar el tabaco y el alcohol.
Tomar baños de agua salada a diario o semanalmente ayuda a regenerar la piel y actúa como un tratamiento natural de la psoriasis. Si no tienes el mar cerca, puedes mezclar unos 10 gramos de sal marina por cada litro de agua. Además, es recomendable evitar los geles de baño y champús que contengan componentes ácidos y agresivos para la piel, ya que, por lo general, estos aumentan la sequedad de la misma.
La aplicación de preparados con componentes naturales es también muy efectiva contra los síntomas de la psoriasis. Las cremas con aloe vera puro que incluyen otros componentes como el llantén mayor, la cera virgen de abeja o la centella asiática, ayudarán a combatir la enfermedad. La mezcla de estos elementos naturales, que tienen propiedades antiinflamatorias, antisépticas e hidratantes, entre muchas otras, hacen de estas cremas un aliado perfecto, aplicándolas entre dos y tres veces al día.
Al estar más en contacto con la piel, la ropa ajustada puede aumentar las rozaduras. Lo mismo ocurre con las prendas teñidas, que son más rígidas y además, pueden producir reacciones alérgicas e irritaciones causadas por el tinte. Por ello, se aconseja vestir con ropa de colores poco intensos, holgada y transpirable, siendo las fibras naturales como el algodón o el lino las más adecuadas si padeces esta enfermedad.
Los expertos recuerdan que, tanto las exposiciones prolongadas al sol como la sequedad provocada por el frío pueden agravar los síntomas de la psoriasis. Por el contrario, una exposición moderada es totalmente beneficiosa y realmente eficaz en el tratamiento de la enfermedad. Lo ideal es tomar el sol, sin protección, durante unos pocos minutos, e ir alargando el tiempo de manera gradual hasta los 15 minutos diarios, siempre en las horas de sol menos intensas.