El móvil, la cartera, el maquillaje, gafas de sol, llaves, auriculares, pañuelos… esto y mucho más es lo que podemos llevar en nuestro bolso. La mala organización puede suponer una carga extra (e innecesaria) que a la larga puede generar problemas de espalda.
¿Eres de la que les gusta combinar su bolso con el look que lleva? Este acto de verdadera fashionista implica que estés todo el rato cambiando tus cosas de un bolso a otro. Y el ajetreo del día a día, te obliga a acabar utilizando bolsos XXL. Como resultado, llevas cosas no imprescindibles y encontrar algo se convierte en un auténtico juego de azar.
Con la ayuda de Showroomprive, te damos cinco consejos para organizar mejor tu bolso y encontrar lo que necesitas rápidamente sin tener que rebuscar, así como evitar llevar cosas que no te hacen falta ¡y sentirte mucho más cómoda y ligera! Zapatos ¡como nuevos! Trucos para conservar el calzado como el primer día
Parece de sentido común, pero sabes que acumulas cosas en tu bolso a una velocidad impresionante. Tarjetas de visita, recibos, pintalabios, gomas de pelo e incluso auriculares que ya ni siquiera funcionan y bolígrafos secos desde hace años. Es el momento de vaciar tu bolso encima de la mesa y dejar fuera todo aquello que no necesitas y que deberías tirar. ¡Tus hombros lo agradecerán! Además, puedes utilizar los diferentes compartimentos de tu bolso para dividir tus objetos por categorías y tenerlo todo mucho más ordenado.
Sí, tu bolso transporta y acumula suciedad aunque no puedas verla. No pondrías tu ropa en un armario lleno de polvo, ¿verdad? Ahora que ya lo has vaciado, agítalo para deshacerte de todos los restos que pueda contener y no olvides lavar con agua las partes sintéticas e hidratar el cuero. ¡Bolso limpio = bolso nuevo!
Escoger un bolso más pequeño hará que todo lo que pongas dentro también reduzca su tamaño y que no lleves cosas superfluas. Opta por los objetos en tamaño bolsillo: botellas de agua en tamaño mini, geles hidroalcohólicos pequeños, 2 o 3 ibuprofenos en lugar de todo el paquete… ¡Fácil!
Ahora que has vaciado tu bolso, te has dado cuenta de que tenías acumuladas hasta cinco barras de labios diferentes. Coge solo la que vas a utilizar ese día y deja las demás en casa en tu neceser de maquillaje.
¿La fase de organización no ha sido efectiva? Te proponemos un reto: estar un día sin bolso. ¿Cómo? Lleva todo lo que crees necesitar en tus bolsillos. ¡Ya verás cómo cosas que consideras imprescindibles dejan de serlo!
El bolso, según los psicólogos, es un símbolo femenino con el que puede establecerse una relación especial, y es que es un accesorio indispensable, un compañero insustituible. Lo más revelador es que que el tipo de bolso que uses, cómo lo lleves y su contenido, puede explicar inseguridades, necesidades, sacar a relucir secretos inconfesables... en definitiva, habla de ti.
Como decíamos al principio, cargar excesivamente el bolso de mano y llevarlo de manera incorrecta puede producir numerosos problemas de salud, especialmente dolores de espalda, cuello y hombros.
Desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid nos alertan de que cargar en exceso el bolso de mano, así como llevarlo de manera incorrecta, puede originar patologías cervicales, contracturas de trapecios, problemas de movilidad en los hombros e incluso complicaciones en codos y muñecas. Por este motivo, los expertos aconsejan que el peso del bolso no exceda el 5% del de la mujer que lo lleve, y que se porte de manera apropiada según su forma y tamaño.
Para los fisioterapeutas el bolso bandolera es “el mejor para evitar dolores”, siempre y cuando no pese demasiado, sea de asa ancha, a ser posible acolchada, y se lleve pegado al cuerpo para evitar balanceos.
Sin embargo, para aquellas que no gusten de este tipo de bolsos, recomiendan elegir uno que pueda llevarse al hombro, con un asa ancha, o dos asas “enrolladas”, e irlo cambiando de hombro a lo largo del día. Y es que, si se carga siempre el bolso sobre el mismo hombro, los músculos de este lado del cuerpo acaban por “alargarse”, y provocan problemas de cuello, hombros y brazos. Además, la persona adquirirá la costumbre de tener el hombro elevado de manera inconsciente aunque no esté cargado, y adoptará una postura incorrecta para compensar este desequilibrio.
En cuanto al material, el nylon o la lona son más recomendables que la piel porque son más ligeros. En caso de escoger bolsos de piel, es básico que el peso se lleve cerca del cuerpo.
Por otra parte, los fisioterapeutas desaconsejan utilizar bolsos tipo cartera, o que se lleven sobre el antebrazo ya que pueden provocar sobrecargas en las inserciones tendinosas del codo provocando epicondilitis (codo de tenista), acortamiento de la musculatura del brazo, rigidez articular, entre otros. En cualquier caso, si se llevaran, y aunque pesen poco, recomiendan ir cambiándolos de brazo o mano cada 10 o 15 minutos.
Por último, los fisioterapeutas recomiendan aligerar lo máximo posible el peso del bolso y mantener los objetos pesados al fondo.