Tras numerosos intentos fallidos, por fin está teniendo lugar el viaje de Estado de don Felipe y doña Letizia al Reino de Marruecos que tendrá dos días de duración y tiene por objetivo poner de relieve y reforzar las relaciones bilaterales entre ambos países.
En la tarde del miércoles 13 de febrero, los Reyes llegaron al Aeropuerto de Rabat-Salé donde fueron recibidos con honores por el Rey de Marruecos, Mohamed VI; el Príncipe Heredero, Moulay Hassan; el Príncipe Moulay Rachid y la Princesa Oum Kalthum Boufarès; las Princesas Lalla Meryem, Lalla Asma y Lalla Hasna; el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional del Reino de Marruecos, Nasser Bourita, y el embajador de España en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner.
Posteriormente, don Felipe y doña Letizia se trasladaron en un coche descubierto escoltados por un Escuadrón de Caballería por las calles de Rabat hasta la Plaza del Méchouar, donde se encuentra el Palacio Real de Rabat. La ceremonia de bienvenida consistió en la interpretación de los Himnos Nacionales con 21 salvas de ordenanza, revista a las tropas y la presentación de las delegaciones oficiales. Seguidamente, don Felipe mantuvo un encuentro con el Rey Mohamed VI.
A media tarde, los dos monarcas acompañados por los Príncipes Moulay Hassan y Moulay Rachid, se trasladaron al Palacio Real de Huéspedes Agdal, donde se alojan don Felipe y doña Letizia y donde también se realizó la firma de los 11 acuerdos bilaterales.
Por la noche, don Felipe y doña Letizia asistieron en el Palacio Real de Rabat a la Cena de Gala en su honor que les ofreció el Rey de Marruecos y en la que estuvieron acompañados por la Familia Real marroquí.
Dos looks nos ha regalado la Reina en tan solo unas horas. El primero, antes de subirse al avión y que también lució a su llegada a Marruecos, dejó constancia que se ha preparado la maleta a conciencia, con estilismos muy sobrios y elegantes, pero sin perder la femineidad. Doña Letizia rescató de su armario el vestido-abrigo de color gris con cuello americana, manga francesa, cuerpo entallado y falda de vuelo midi con pliegues que estrenó el pasado diciembre para inaugurar una exposición en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Eso sí, esta vez cambió el cinturón negro que incorporó para marcar su cintura de avispa, por uno del mismo tono que la tela del vestido, mucho mejor.
La Reina combinó este elegante vestido-abrigo de estética cincuentera con sus salones negros de piel de Magrit y una pequeña cartera troquelada de Hugo Boss.
Como únicas joyas, unos espectaculares pendientes florales de diamantes que pudieron admirarse en todo su esplendor gracias a un peinado con ondas que despejó uno de los laterales de su rostro. Los pendientes eran más propios de un evento de noche que de un acto de tarde, como también lo fue su maquillaje, más marcado de lo habitual, especialmente sus ojos, con un delineado profundo y larguísimas pestañas.
El plato fuerte, la gran sorpresa del día en Rabat, tuvo lugar en la posterior Cena de Gala. La Reina apareció radiante, del brazo del Rey, con un estilismo de ensueño al más puro estilo de “Las mil y una noches”. Doña Letizia se enfundó en un vestido largo de tirantes en blanco inmaculado que se adaptaba como un guante a su estilizada silueta sobre el que llevó una túnica “joya” a juego bordada con motivos florales y confeccionada en un tejido semitransparente que dejó ver los brazos y el escote de la Reina, discreto y en forma redondeada. Se trata de un diseño de Felipe Varela, diseñador por el que siempre apuesta para ocasiones tan especiales como esta.
La Reina complementó su look de novia con un clutch “joya” plateado también de Varela y unas sandalias de tiras en colores bronce, oro y plateado de Magrit con plataforma.
Como únicas joyas, doña Letizia cambió los pendientes de diamantes en cascada por los espectaculares chatones que forman parte de las joyas del lote de pasar, los cuales lucieron en todo su esplendor gracias al peinado por el que se decantó: un elegante moño bajo. Su maquillaje se mantuvo inalterable, con ojos muy marcados y un tono de labios natural.
Los Reyes acompañados por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell partieron hacia Marruecos del Pabellón de Estado del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, donde fueron despedidos con Honores.
Don Felipe y doña Letizia, radiantes, embarcan con destino al Reino de Marruecos para iniciar su Viaje de Estado.
Los Reyes son recibidos a su llegada al Aeropuerto de Rabat, por el rey Mohamed VI. Como puede apreciarse en la imagen, doña Letizia escogió unos espectaculares pendientes florales de diamantes en cascada.
Don Felipe y doña Letizia, junto al rey Mohamed VI en el cordón de honor a su llegada a Rabat.
Los Reyes junto al rey Mohamed VI en la sala de autoridades del Aeropuerto de Rabat a su llegada a Marruecos.
Don Felipe y doña Letizia llegaron al Aeropuerto Rabat-Salé donde fueron recibidos con honores por Su Majestad el Rey de Marruecos, Mohamed VI; Su Alteza Real el Príncipe Heredero, Moulay Hassan; Sus Altezas Reales el Príncipe Moulay Rachid y la Princesa Oum Kalthum Boufarès; Sus Altezas Reales las Princesas Lalla Meryem, Lalla Asma y Lalla Hasna; el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional del Reino de Marruecos, Nasser Bourita, y el embajador de España en Marruecos, Ricardo Díez-Hochleitner.
Don Felipe y doña Letizia, junto al rey Mohamed VI durante la ceremonia de bienvenida en el Palacio Real de Rabat.
Fotografía de grupo de los Reyes con la Familia Real de Marruecos tras la ceremonia de bienvenida.
Los Reyes se trasladaron en un coche descubierto escoltados por un Escuadrón de Caballería por las calles de Rabat hasta la Plaza del Méchouar, donde se encuentra el Palacio Real de Rabat.
Los Reyes asistieron en el Palacio Real de Rabat a la Cena de Gala en su honor que les ofreció el rey de Marruecos. En la imagen, don Felipe y doña Letizia a su llegada al acto.
En presencia de una espectacular reina Letizia con un vestido blanco "joya" de Felipe Varela, el rey Felipe recibe el saludo del rey de Marruecos a su llegada al Palacio Real de Rabat para asistir a la Cena de Gala ofrecida en su honor.
La reina Letizia recibe el saludo del rey de Marruecos a su llegada al Palacio Real de Rabat para asistir a la Cena de Gala ofrecida en su honor.
La reina Letizia se enfundó en un vestido largo de tirantes en blanco inmaculado que se adaptaba como un guante a su estilizada silueta sobre el que llevó una túnica “joya” a juego bordada con motivos florales y confeccionada en un tejido semitransparente que dejó ver los brazos y el escote de la Reina, discreto y en forma redondeada. Se trata de un diseño de Felipe Varela.
Los Reyes con la Familia Real marroquí momentos antes de dar comienzo la Cena de Gala ofrecida en su honor.