La alergia es un desarreglo del sistema inmunitario, que es lo mismo que hablar del sistema defensivo del organismo humano.
El sistema inmunitario está formado por proteínas, tejidos, células y otros órganos que constituyen una red de vigilancia frente a la llegada de elementos extraños, como virus y bacterias, que son los causantes de infecciones. De no ser por este sistema defensivo cualquier gripe o resfriado, inofensivos en apariencia, podrían tener consecuencias fatales para nuestra salud.
Esta acción del organismo frente a los agentes perniciosos se denomina respuesta inmunitaria y aunque existen muchos tipos de alergia, la primaveral provocada por el polen es la reacción orgánica que solemos asociar a estas fechas y que se manifiesta en forma de estornudos recurrentes, rinoconjuntivitis y asma, entre otros síntomas.
Con la llegada de la primavera los alérgicos al polen manifiestan diversos síntomas, la rinitis alérgica es el más frecuente. Aunque en algunos casos a este trastorno no se le da demasiada importancia y puede pasar hasta desapercibido, en otros casos, la congestión nasal, el lagrimeo, los estornudos, el picor nasal, el enrojecimiento ocular, la tos o la dificultad para respirar (asma), pueden llegar a condicionar la vida del alérgico.
Generalmente las alergias con la rinitis alérgica como síntoma, suelen aparecen en la niñez y adolescencia, pero pueden surgir en cualquier momento de la vida tanto en hombres como en mujeres, aunque no se hayan padecido nunca. Todo depende de la susceptibilidad individual y también de la exposición al agente que provoca alergia.
Se trata de una patología que puede heredarse, de hecho, se estima que el 70% de los hijos de padres alérgicos serán más propensos a padecer alergias.
Respecto a las causas del aumento de alérgicos, que se han multiplicado por 20 en los últimos 50 años, algunos científicos defienden investigaciones manejadas por la Sociedad Española de Inmunología Clínica (SEAIC) según las cuales la contaminación atmosférica y el exceso de higiene son las causas principales de que el sistema inmunológico se haya vuelto perezoso a la hora de generar respuestas adecuadas frente a esta agresión ambiental.
Ante un brote alérgico que provoca síntomas, se debe visitar al especialista, en este caso, el “alergólogo”. Habrá que explicarle desde cuando se padecen síntomas y cuáles son, además de indicarle en qué momentos y bajo qué circunstancias suelen aparecer los síntomas con mayor intensidad. El especialista con el fin de identificar el alérgeno o alérgenos que producen alergia, inoculará bajo la piel una mínima cantidad de extracto de estos para al cabo de unos pocos minutos comprobar la reacción. Posteriormente el especialista puede creer conveniente y oportuno realizar analíticas sanguíneas específicas.
Finalmente, identificado el alérgeno o alérgenos causantes de alergia, el especialista estará en disposición de prescribir el tratamiento oportuno si es necesario (antihistamínicos, vacunas...), junto con los consejos preventivos.
Es vital conocer la época del año en la que poliniza el árbol o planta al que se es alérgico y las zonas donde predomina, de esta forma y siguiendo esta serie de consejos que te ofrecemos, podrás minimizar los síntomas durante las épocas conflictivas:
La perpetua (Helichrysum stoechas) es una planta mágica para todas aquellas personas que sufren de alergias. Por su efecto antiinflamatorio, antialérgico, antibacteriano, antitusivo, antifúngico y expectorante, es ideal para remitir los síntomas de alergia respiratoria y las provocadas por el polen, acompañadas de tos, irritación de garganta, lagrimeo, rinitis y congestión.
Se presenta en infusión, jarabe, extracto líquido, inhalaciones o tintura. Infórmate en tu centro de medicina natural, herbolario o consulta a naturópata sobre la presentación que será más útil en tu caso y la dosis que necesitas.
El extracto de la hierba butterbur Ze 399 -que proviene de las margaritas- también suele dar muy buenos resultados. Por su parte, la quercetina- que encontraremos en las cebollas, las manzanas y el té negro- tiene un enorme efecto antiinflamatorio y antihistamínico.
Y como sabemos que lo tuyo es tratarlo todo de la manera más natural posible, aquí el consejo estrella: hazte enjuagues nasales con un poco de sal marina, agua templada y con un cuarto de cucharadita de bicarbonato sódico.
Cada vez se advierten más casos de alergias en niños de muy corta edad, con el fin de frenar la edad de inicio de este trastorno se recomienda que durante su etapa de crecimiento los padres no sean demasiado obsesivos con su limpieza, ya que los gérmenes les inmunizarán contra futuras alergias haciéndoles más fuertes.
Los especialistas recomiendan a la población con síntomas de alergia primaveral, como rinitis o asma, acudir al médico antes de que se inicie el periodo de polinización para obtener un diagnóstico correcto e iniciar, si así lo considera el doctor, un tratamiento de inmunoterapia a base de vacunas.
Teófilo Lobera, coordinador del comité de Alergias a los Medicamentos de la SEAIC, precisa que esta pauta administrada durante tres o cinco años, que no provoca efectos secundarios, consigue la remisión de la enfermedad y sus síntomas en el 80% de los casos. Sin embargo, tanto este especialista como Pedro Guardia, coordinador del Comité de Inmunoterapia de la misma sociedad, se lamentan de que menos de la mitad de la población alérgica se vacune y de que la mayoría recurra a la automedicación mientras el 30% se diagnostica por los síntomas sin pruebas que concreten el polen que produce la reacción.
La automedicación, errónea en muchos casos, suele consistir en la recurrencia por parte de los afectados a antihistamínicos. La SEAIC maneja datos según los cuales muchos alérgicos evitan la vacuna por dos razones principales: la larga duración del tratamiento y la presunción de que la alergia no es una enfermedad grave. Guardia alerta en este sentido de que la patología puede evolucionar hasta convertirse en ataques de asma muy peligrosos.
Básicamente, las vacunas de la alergia consisten en la administración de cantidades crecientes de un extracto alérgico de forma parenteral -atravesando las capas de la piel a través de una inyección- bien en los meses de otoño e invierno, o durante todo el año en periodos de 3 a 5 años.
Si eres una afectada de alergia primaveral, para que el tratamiento tenga efecto debes evitar el contacto con el agente alérgeno, de acuerdo con los protocolos de la SEAIC. Esto quiere decir que no debes pasear por parques o zonas con abundante vegetación, y evitar salir de casa en días de viento a primera o última hora de la tarde porque las concentraciones de polen son mayores.
Cuando se trata de niños, los protocolos de alergología advierten de que si no se aplica un tratamiento temprano de inmunoterapia las posibilidades de que una rinitis alérgica derive en asma crónica llegan al 60%.
Muchas veces confundimos si lo que estamos sufriendo es un simple resfriado o está provocado por una reacción alérgica. Disipa tus dudas conociendo los síntomas que produce cada dolencia: