Las cervicales son una de las zonas que más sufren de nuestro cuerpo y que con más frecuencia pueden causar dolor. Todos, en mayor o menor medida, hemos sufrido molestias en el cuello alguna vez, pues las simples actividades cotidianas son, a menudo, las responsables de este dolor. Actualmente, el dolor de cuello es un padecimiento habitual global, sobre todo desde que el empleo de ordenadores y teléfonos móviles se ha normalizado en nuestras rutinas diarias.
“Las vértebras de la columna están separadas por discos cartilaginosos llenos de una sustancia gelatinosa que brinda amortiguación a la columna espinal. Dichos discos se pueden salir de su lugar o romperse, debido a trauma o distensión, especialmente si se han presentado cambios degenerativos en ellos. Cuando un disco se sale de su lugar, las raíces nerviosas (nervios grandes que se ramifican desde la médula espinal) pueden resultar comprimidas, ocasionando síntomas neurológicos como dolor y cambios sensoriomotores. Una causa común del dolor cervical es la tensión o distensión muscular”, nos comenta la entrenadora personal Marta Rosado.
Como ya hemos comentado más arriba, con frecuencia las actividades diarias son las responsables del dolor de las cervicales. Incluso se puede producir simplemente por mirar hacia un papel sobre un escritorio durante horas, trabajar con el ordenador o tener una mala postura mientras se ve la televisión o mientras se lee. También el dolor de cuello puede ser causado por dormir en una mala posición o una almohada incómoda, torcer y girar el cuello bruscamente mientras se hace ejercicio o incluso al levantar cosas demasiado rápido o con mala postura.
Identificamos varias costumbres y tics femeninos que producen dolor cervical y que incluso pueden cronificarlo:
El latigazo cervical se produce cuando realizamos un movimiento antinatural para las vértebras de la zona, que en este caso consiste en girar en cuello hacia un lado a velocidad. Si este gesto es un tic, es decir, que se repite de continuo y a diario, estamos sometiendo a las cervicales a un trabajo dañino y antinatural en relación a su diseño.
Se produce la misma situación que en el caso anterior, pero agravada por el peso. Si tenemos en cuenta que al mirar el teléfono agachados y en movimiento es como si estuviéramos cargando sobre nuestros hombros un peso de ocho kilos, la suma de peso más movimiento aquí resulta especialmente preocupante.
También producen rigidez. No se trata de lo que pesen unos u otros sino de la cantidad de días que los llevemos. Si es un hábito, inevitablemente vamos a tener problemas en el cuello puesto que puede afectar a la zona posterior de la oreja, donde se encuentra el hueso mastoide, y producir tensión en los suboccipitales, la musculatura bajo el cráneo. Todo ello puede desembocar en dolores de cabeza.
Lo mismo ocurre con collares y otro tipo de colgantes, como cordones y cadenas. No son ajenos al dolor de cuello y espalda.
Otro problema de desequilibrio es el que se produce cuando insistimos en llevar un bolso siempre en el mismo lado. De nuevo, la colocación y el peso resultan fundamentales para no cargar la parte alta de la espalda y que esa mala distribución quede repercutida en forma de dolor a través no sólo del cuello, sino de toda la columna. Tanto en el bolso femenino como en el masculino, el peso no debe sobrepasar el 10% del propio del cuerpo. Debe procurarse, además, ir cambiando de hombro para evitar escoliosis y otros desequilibrios musculares menores.
Además, puede también tratarse de un dolor provocado por una caída o accidente, ya que esto puede causar lesiones cervicales graves, como fracturas de las vértebras, latigazo cervical, lesión de los vasos sanguíneos…
Cuando sufrimos un molesto dolor de cuello buscamos soluciones inmediatas para aliviarlo. Como nos comenta la experta, algunos consejos y remedios básicos nos ayudarán a lograrlo. Por ejemplo, aplicar calor o hielo en la zona del dolor o dormir de forma habitual en un colchón firme con una almohada que le dé soporte al cuello. Pero, es importante tener en cuenta también los movimientos que deben acompañarnos en este proceso, siempre lentos y sin forzar el cuello. ¡Toma nota de los ejercicios claves!
Gracias a estos ejercicios ganarás calidad de vida desde el momento en el que empieces con ellos. Son sencillos, entretenidos y muy eficaces para decir adiós al dolor cervical.