¿Te imaginas una hamburguesa con poca grasa y mucho sabor?

¿Te imaginas una hamburguesa con poca grasa y mucho sabor
Gtres
2m 46s

Es hora de que cambies tus hábitos alimenticios y de que sustituyas las grasas y la bollería industrial por otros alimentos igual de apetitosos pero más saludables.

No te pedimos que renuncies al dulce ni que dejes de comer perritos calientes, pero sí que sustituyas algunos de sus ingredientes para hacer ese plato que tanto te gusta más sano y nutritivo.

HAMBURGUESAS LIGERAS Y SABROSAS

Por ejemplo, la hamburguesa. ¿Por qué una hamburguesa siempre tiene que estar acompañada de patatas fritas con mayonesa? Te sugerimos que seas más original y que hagas unas patatas de manzana. Sí, has entendido bien. Corta una manzana en pedazos y cúbrelos con una salsa a base de yogur y queso blanco.

Si además haces la hamburguesa con pan integral, podrás comer bien a gusto sabiendo que has conseguido reducir el nivel de grasas y aumentado los nutrientes.

CAPRICHOS DULCES MÁS SANOS

Otro producto, los dulces. Normalmente suelen ser de bollería industrial y son un riesgo para nuestra dieta y para la salud porque tienen un nivel nutritivo bajo y un alto índice de azúcares y grasas. Para que no sea así, te animamos a que los sustituyas por postres caseros, realizados con productos naturales.

Cuando estés con las manos en la masa acuérdate de utilizar azúcar integral y yogurt o leche desnatados. Te sabrá mucho más rico sabiendo que lo has cocinado tú y puedes incluir incluso fruta o frutos secos.

LA PASTA MÁS LIGERA

Y si eres una adicta a la pasta, no nos olvidamos de ti, ¡adelante! Pero tendrás que poner atención en las salsas.

Para empezar cambia la salsa cuatro quesos por una salsa a base de verduras. Basta con cocer diferentes verduras como el pimiento, tomate, puerro… junto con cebolla y ajo. Lo pasas todo por la batidora, lo condimentas con especias y le pones una cucharada de aceite de oliva. Estará buenísimo, y además es una salsa que también podrás utilizar para otro tipo de platos.

SALSAS LIGHT

Con las salsas, ocurre lo mismo que con los dulces. Una salsa casera será más sana y light que una precocinada. Los trucos que en general puedes aplicar es utilizar leches desnatadas, reducir la cantidad de aceite habitual e incluir especias que potenciarán el sabor.

Un ejemplo claro lo tienes en la salsa besamel, en la que conseguirás reducir sus calorías si utilizas leche desnatada en lugar de entera.

GUARNICIONES BAJAS EN CALORÍAS Y RICAS EN VITAMINAS

Además, puede ser el momento de empezar a acompañar tus segundos platos de otra forma. De vez en cuando, en lugar de unas patatas, anímate a acompañarlos de una parrillada de verduras.

Por otro lado, en el mercado tienes un abanico enorme de posibilidades para sustituir productos habituales por otros con menos calorías (pastas, postres lácteos, galletas…). Empieza por fijarte en las estanterías de tu supermercado habitual. Acabarás haciéndote una especialista en la materia.