Tal vez porque algunas estrellas del cine como Megan Fox han asegurado que su truco para mantenerse delgadas es beber vinagre de manzana, se está generalizando la idea de que, con este producto natural, llega el fin de los problemas con la báscula. No es verdad que este vinagre “queme” las grasas, pero sí es cierto que posee determinadas propiedades que ayudan al organismo a estar en plena forma. ¿Quieres saber cuáles son?
Incluir las manzanas en nuestra alimentación es un hábito saludable por su aporte de vitaminas, minerales y fibra. Son una excelente fuente de vitamina A y C y también proporcionan hierro, calcio y potasio. Además, son magníficas aliadas contra el colesterol y la diabetes.
Mediante la fermentación del zumo de la manzana en unas condiciones determinadas se obtiene el vinagre, proceso en el que sus azúcares se transforman en ácido málico y ácido acético. Estos ácidos, unidos a la permanencia de las distintas sustancias beneficiosas, especialmente el potasio, son responsables de algunas de las propiedades del vinagre de manzana, entre las que destacan:
No existe tal dieta y, como ocurre con cualquier otro alimento, su ingesta excesiva puede ser contraproducente y provocar molestias estomacales e intestinales. El vinagre de manzana no es un producto “milagro” y no puede ser la base de ninguna dieta, simplemente es un buen aliado y un excelente complemento que, incluido en una alimentación sana y equilibrada, puede mejorar el estado físico en su conjunto. Una buena idea es utilizarlo como aliño en ensaladas y verduras. También puedes tomar una cucharadita (mejor disuelta en agua) antes de las comidas para aprovechar su capacidad para saciar (reduciendo el apetito) y tener asegurada una buena digestión.
En ningún caso, la ingesta de este producto natural es perjudicial (siempre con moderación). Su alto contenido en potasio aporta vitalidad, provoca un efecto remineralizante y contribuye al bienestar general. Por otra parte, su acción depurativa y diurética resulta muy beneficiosa, eliminando toxinas y mejorando el funcionamiento de órganos vitales como hígado y riñones.
Los que consideran que el vinagre de manzana es el remedio perfecto para adelgazar aseguran que es capaz de “abrir” las células grasas (seleccionando, además, aquellas zonas donde se acumulan) para eliminarlas del organismo. Esto es un error o un tópico. El vinagre, al influir favorablemente en todo el proceso digestivo, también promueve la secreción de enzimas mejorando así la digestibilidad de la grasa, de forma que pueda eliminarse más fácilmente mediante el ejercicio físico (aunque nos gustaría que fuese tan fácil, las calorías no se “queman” tomando vinagre).
Incluirlo en la dieta general o durante un periodo de tiempo en el que quieras sentirte más ligera es una magnífica opción. Como ventaja “adicional” hay que recordar su alto contenido en vitaminas (especialmente A y C) y en minerales por lo que también notarás sus efectos en un mejor aspecto de tu piel y de tu cabello.
En la actualidad se pueden encontrar cápsulas de vinagre de manzana en herbolarios y tiendas especializadas en dietética. También se vende “agua de manzana” con supuestas propiedades similares a las del vinagre. Pueden ser una buena solución, sobre todo si no te gusta el sabor fuerte y ácido del vinagre. Infórmate bien sobre la composición de estos productos y si te decides a adquirirlos, hazlo siempre en un establecimiento de total confianza para evitar “timos” o algo peor.