¿Cómo adelgazar comiendo croquetas?

Descubre los mejores y más sencillos trucos de cocina para disfrutar de unas deliciosas croquetas, muy sanas, ricas en fibra y bajas en calorías.

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Agencias
Las croquetas son uno de los platos con más tradición y sabor de la gastronomía española. La primera receta de croquetas data del siglo XVII, y sus orígenes proceden del país galo. La palabra croqueta viene del francés “croquette”, que en castellano significa “crujiente”.

Este plato, a la vez que fácil de preparar, es tan versátil como ingredientes con los que elaborarlas. De manera que es perfectamente posible aplicar variantes para hacer de las croquetas un crujiente y jugoso bocado más saludable y bajo en calorías. ¿Cómo lograrlo? Básicamente optando por ingredientes con menos grasa y evitar en la medida de lo posible la fritura.

Los expertos en nutrición de Kaiku Sin Lactosa, comparten los mejores trucos para comer croquetas sin engordar, e incluso adelgazar mientras disfrutas de ellas. Con ligeras modificaciones, verás lo fácil que resulta crear tu mejor versión de croquetas light:

Cambia los ingredientes

El interior clásico de la croqueta es el jamón, un alimento con un alto contenido en grasa y sal, por lo que para preparar unas croquetas mucho más ligeras, conviene seleccionar los alimentos de tal manera que su combinación sea saludable. Emplear hortalizas y verduras como el puerro, champiñones o brócoli; otra opción es optar por preparar croquetas de pescado blanco (más digestivas), como la merluza o el bacalao. Para intensificar el sabor, la nuez moscada, pimienta o hierbas aromáticas cumplirán esta función.
Croquetas - Antonio Madrigal

La importancia de la masa

La masa de las croquetas es la parte más importante de una receta perfecta y también la más sencilla de convertir en un plato ligero y más digestivo. Es necesario sustituir la harina refinada por una harina integral o incluso unos copos de avena triturados; la leche, para hacer una receta de croquetas más ligera, es conveniente optar por desnatadas y sin lactosa, aunque también pueden utilizarse leches vegetales (soja, avena…); por último, se puede evitar emplear mantequilla, ya que la grasa del aceite de cocinar el resto de ingredientes es suficiente para crear una masa perfecta.

Rebozado más sano y rico en fibra

Al igual que la masa de las croquetas, el rebozado juega un papel importante. Para sustituir el clásico pan rallado, existen opciones igual de crujientes: harina de almendra o copos de avena o trigo triturados. La cuestión es optar por una cobertura que contenga un alto contenido en fibra.

Pequeños bocados

A la hora de darle forma a la masa, un sencillo pero efectivo truco es que el tamaño de las croquetas sea pequeño (de un bocado), y dejar de lado el típico “croquetón”. De esta manera, cada bocado estará medido y será más fácil saciarse antes con menos cantidad.

Cocinado sin una gota de grasa

Decir adiós al aceite y la fritura en unas croquetas puede ser complicado, sin embargo, existe un electrodoméstico que puede cumplir la función de dejar crujiente la masa y cocinar las croquetas sin excesivo aceite: el horno. Unos 30-40 minutos a 180º son suficientes para dejarlas listas, siempre volteando a mitad del cocinado para que se hagan por ambas partes.