Sin duda, practicar deporte y realizar ejercicios localizados que impidan que la musculatura se debilite son decisivos en la lucha contra la flacidez que de forma natural se asocia al paso del tiempo. Pero además del ejercicio, es clave conocer las principales causas que provocan la flacidez y poner en práctica algunos consejos muy sencillos que te ayudarán a mantener con menos esfuerzo, un cuerpo más tonificado y firme.
Como adelantábamos, el paso del tiempo es una de las principales causas que provocan la aparición de la temida flacidez, por un lado, la ley de la gravedad pasa factura y la masa muscular tiende a caer, por otro, al cumplir años el organismo pierde masa muscular. De ahí la necesidad por salud y por estética de hacer ejercicio físico regular que ejercite la musculatura y evite su pérdida.
Las dietas rápidas y desequilibradas que conllevan una pérdida de peso sustancial en muy poco tiempo, son causantes de la aparición de flacidez severa debido a la pérdida de agua y masa muscular, y no a la pérdida de grasa. Es importante tener presente este dato y evitar a toda costa las dietas milagro que prometen un adelgazamiento demasiado rápido, pues esconderán sin lugar a dudas una carencia de nutrientes que propiciará que la musculatura se debilite.
El uso de ropa demasiado ajustada empeora la circulación de la sangre y producirá que el oxígeno llegue con mayor dificultad a lo tejidos, traduciéndose en un peor estado de la musculatura. Es ideal utilizar ropa cómoda que no oprima en exceso ninguna zona del cuerpo y permita una circulación sanguínea fluida.
La alimentación puede potenciar la buena circulación sanguínea, concretamente las frutas y verduras frescas son muy ricas en flavonoides, los cuales poseen un efecto antiinflamatorio y vasoconstrictor. La piña, el pomelo y los frutos rojos son las frutas más convenientes. La cebolla y el ajo, tus verduras aliadas.
A fin de evitar la retención de líquidos y favorecer la eliminación de toxinas es necesario beber en torno a 2 litros de agua diarios. Además, los caldos vegetales e infusiones son muy recomendables por su acción depurativa.
Si te duchas con agua tibia y acabas con agua fría, favorecerás la circulación sanguínea que producirá una eficaz oxigenación de los músculos, tonificándolos y revitalizándolos en profundidad. Obtendrás además un efecto tensor inmediato.
Utiliza cremas reafirmantes a diario y aplícalas mediante un ligero masaje con movimientos circulares y ascendentes.
Combate la flacidez y recupera la tersura de tu piel con este remedio casero: mezcla zumo de manzana y melón muy bien triturado a igual cantidad. Después aplícalo sobre la piel y deja actuar 20-25 minutos. Seguidamente aclara la zona en la ducha con agua tibia-fresca.