Durante el invierno tendemos a descuidar nuestra piel. No pensamos que el frío pueda dañarla tanto como el sol del verano, sin embargo, el frío reseca mucho la dermis, causando descamaciones, erupciones, irritaciones y arrugas prematuras. La piel necesita cuidados todos los días del año, y en temporada otoñal e invernal es necesario mimarla tanto o más que en verano para fortalecerla y nutrirla convenientemente tras las agresiones climáticas a las que fue sometida, y a su vez, evitar que el frío invierno le pase factura con problemas de sequedad excesiva.
Y así, olvidada durante el invierno, la piel de rostro y cuerpo pide a gritos más dedicación y cuidados para que pueda mostrarse sana y bonita. Durante el invierno tu cuerpo ha estado cubierto por la ropa, por lo que es muy probable que hasta ahora no te hayas dado cuenta de los cuidados que está reclamando: piel seca y con escamas, flacidez, palidez, exceso de grasa en algunas zonas, celulitis… Reconozcámoslo: ¿Quién no se relaja un poco durante el invierno, con la excusa de que el cuerpo se encuentra oculto bajo capas y más capas de ropa, sombreros y botas, o de que hace demasiado frío para ir al gimnasio? Pero la primavera empieza a asomar y ya no hay excusas para comenzar una puesta a punto.
No hay tiempo que perder ya que dentro de muy poco comenzarás a descubrir brazos, piernas o escote. Lo mejor es trazar un plan integral para reactivar y devolver el tono a nuestro organismo, cutis y cabello. El primer paso comienza por cuidarte desde dentro.
En invierno, el cuerpo te ha pedido alimentos calóricos para hacer frente a las bajas temperaturas, ahora tienes que modificar tu dieta para no acumular toxinas y kilos de más. Es fundamental introducir hábitos más sanos en nuestra dieta y estilo de vida. Esto se reflejará en el exterior. ¿Las claves? Acostúmbrate a ingerir dos litros de agua al día, comienza a reducir el consumo de grasas que siempre tiendes a aumentar en los meses más fríos y prima en tu dieta los alimentos desintoxicantes y antioxidantes.
¿Sequedad, rojeces, pieles muertas o mal color? Para acabar de un plumazo con estos problemas, es preciso seguir un programa para renovar completamente tu piel.
Una ducha diaria es necesaria para la piel, te aconsejamos que la temperatura del agua no sea demasiado elevada, tibia/fría resulta ideal para ganar en firmeza, activar la circulación sanguínea y tonificar.
Emplea jabones y geles de baño con agentes limpiadores suaves y activos suavizantes y nutritivos. Conseguirás liberarla de impurezas sin emplear productos agresivos.
Las bajas temperaturas invernales unidas al calor seco de la calefacción pasan factura a tu cutis, que, puede mostrarse seco y apagado. Por si fuera poco, muchas mujeres olvidan desmaquillarse por la noche y suelen dejarlo para la mañana siguiente. Esto hace que, poco a poco, la suciedad y las células muertas se acumulen en la superficie de la piel, que adquiere un tono gris y opaco.
Establecer una rutina de limpieza diaria es el primer paso para la salud y la belleza de la piel. Para ello es necesario poner especial atención al desmaquillado y a la exfoliación del rostro.
Para una óptima limpieza facial podemos apostar por las prácticas y cómodas toallitas o las lociones limpiadoras, siempre adecuadas a las necesidades de cada tipo de piel: seca, mixta, grasa o sensible. Posteriormente la aplicación de un tónico es esencial para reequilibrar el cutis. Además, según nos explica la asesora de belleza Paz Torralba, "tampoco debemos olvidar la exfoliación en el proceso de limpieza, ya que al eliminar las células muertas de la epidermis y demás impurezas, devolvemos la suavidad y luminosidad a la piel". Podemos apostar por la cosmética exfoliante o elegir alguna de las fórmulas exfoliantes caseras que pueden adaptarse a cada tipo de piel y además son 100% naturales.
No debemos olvidar que la limpieza y la hidratación no se limitan a la cara, sino que el cuello y escote merecen los mismos cuidados, al igual que los ojos. "Las primeras arrugas se reflejan en el contorno de los ojos y se incrementan en esta época por el frío y los cambios externos extremos", concluye Paz Torralba. Es por ello que resulta indispensable conocer las claves de belleza y aplicación de cosméticos específicos para un contorno de ojos joven y sin arrugas.
La primavera, la sangre altera… pero también lo hace con nuestras células, siendo las afecciones de la piel muy comunes en esta época del año. Cuando los poros se obstruyen y surge exceso de sebo, aparecen las espinillas y puntos negros, formadas por las glándulas sebáceas y las células muertas.
Pon en práctica estos consejos básicos para combatir el acné esta primavera:
Para que tu piel resista sin riesgos las primeras exposiciones al sol, al viento, al cloro y otros muchos factores externos que se dan cita en verano, es fundamental someterla a cuidados previos que consigan acondicionarla al máximo, asegurando un atractivo bronceado con tacto de seda.
La puesta a punto se resume en dos pasos imprescindibles: exfoliación e hidratación. Brillante, suave, uniforme, luminosa y visiblemente recuperada, disfrutarás de tu piel.
Este proceso es magia para la piel, una limpieza en profundidad que regenera la epidermis eliminando las células muertas y favorece la entrada de los principios activos que se apliquen después.
Si tu piel es normal, una exfoliación semanal será suficiente. Si es seca, necesitas dos exfoliaciones a la semana con una textura rica, en crema. Las pieles grasas o mixtas, demandan una exfoliación suave tres veces en semana, empleando fórmulas más ligeras, ideales en gel.
El modo de uso es muy sencillo, bastará aplicar el exfoliante sobre la piel humedecida extendiéndolo con las manos o con la ayuda de una esponja con movimientos circulares y ascendentes con suavidad. Después se aclara la piel con abundante agua fría para conseguir un efecto tonificante y activar la circulación.
Tras la exfoliación de la piel llega el momento de restaurar la barrera hidrolipídica con la aplicación de productos que contengan agentes muy hidratantes para aumentar su elasticidad y suavidad.
Cada día y sin excepción, aplica generosamente sobre la piel una hidratante corporal mediante un suave masaje circular y en sentido ascendente hasta su total absorción.
Recuerda emplear una loción con filtro solar a fin de obtener hidratación y protección en un solo gesto.