Se trata de una técnica japonesa cuya función consiste en canalizar la energía que nos rodea hacia nosotros y liberar la energía vital bloqueada de nuestro cuerpo, para potenciar nuestra capacidad autocurativa y crear un estado de armonía y equilibrio físico, mental y emocional.
En japonés, el término Reiki se divide en reí, que significa universal, y ki que se traduce como energía. Por lo tanto estamos hablando de lo que se ha denominado como energía vital universal que redescubrió Mikao Usui, un monje japonés hacia 1922.
El Reiki es considerado una práctica pseudocientífica que trata de sanar canalizando la energía del practicante al paciente a través de las manos. Es considerada como medicina complementaria, pues no sustituye al tratamiento médico.
Esta práctica es empleada en más de 800 hospitales en Estados Unidos. En Inglaterra y Alemania se accede al "Reiki" desde la Seguridad Social, y en España es usado ya en varios hospitales, como el Ramón y Cajal, el Puerta de Hierro, etc. "Y es que no se necesita creer en nada, ni practicar la meditación ni ser un iluminado…", explica Marina Assir, una de las fundadoras de la cadena Templo del Masaje. "Se trata de un método práctico para sanar y equilibrar. Lo único que se necesita es el deseo de hacer el bien a uno mismo y a los demás".
Además de su uso terapéutico, algunos han encontrado en el Reiki su nueva filosofía de vida. Mikao Usui consideraba que el Reiki era un camino espiritual con los siguientes principios a seguir:
El Reiki se emplea para tratar dolencias físicas, mentales, emocionales, y como método antiestrés muy eficaz. En los hospitales se usa para aliviar el dolor de los pacientes y ayudarles a superar los efectos secundarios de los tratamientos, sobre todo en oncología. Puede usarse en combinación con cualquier terapia, sea psicológica o farmacológica. Por eso, se la considera una eficaz terapia complementaria, y no alternativa.
El Reiki se basa en la creencia de la religión hinduista. Se cree que a través de las manos se pueden eliminar molestias o enfermedades.
Para poder aprender Reiki hay que estar preparado para ello. Según Frank Arjava Petter debemos:
La Federación Europea de Reiki Profesional considera que la práctica del Reiki se divide en dos niveles. Por un lado, el nivel básico o Shoden-Chuden-Okuden, practicante, terapeuta y reikidoka, respectivamente. Por otro lado, el nivel de maestría o Shinpiden donde encontramos al monitor (Senpai), el instructor (Sensei) y el nivel superior, el maestro o Shihan. El Sòke es el máximo exponente y dirige su propia escuela de Reiki.
"En términos generales, es una energía que captamos y canalizamos hacia nosotros mismos, y hacia otra persona. Esa energía es la que desbloquea nuestra energía vital, cuando no fluye", continúa Marina Assir. "El Reiki actúa de tres formas: a corto plazo, proporcionando bienestar y relajación; una sensación de paz, tranquilidad y una profunda relajación en personas que sufren estrés. Alivia el dolor de las enfermedades y tratamientos en personas con dolencias graves".
"En personas con depresión, les llena de energía y ayuda a recuperar las ganas de vivir. A medio plazo, fortalece y estimula nuestras capacidades autocurativas; con pacientes que sufren estrés, ayuda a eliminar síntomas como el dolor de cabeza y de espalda, eczemas, presión alta, agresividad, etc., a la vez que ayuda a aumentar el sistema inmune para ayudar al propio cuerpo a luchar contra las enfermedades. Y a largo plazo, favorece un cambio positivo de hábitos y comportamientos más saludables; ayuda a cambiar la actitud hacia la vida, sanando nuestra manera de vivir eventos presentes, pasados y futuros, ayuda a liberar traumas, incluyendo rabia y miedo acumulado, que pueden estar influyéndonos en nuestro estado actual, a la vez que nos da energía para afrontar la vida de una forma más sana y positiva". En cuanto a su aplicación, la persona que va a recibir el tratamiento se acuesta en un ambiente tranquilo y relajado, mientras el practicante posa sus manos suavemente en el cuerpo de la misma, empezando por la cabeza y acabando por los pies. Es habitual que durante la sesión, la persona que recibe el Reiki se quede profundamente relajada e incluso dormida.
El Reiki es un proceso progresivo y acumulativo, por lo que se recomienda aplicar varias sesiones. "Aunque también tiene efectos muy positivos aplicado de forma puntual, lo recomendable es una sesión de por lo menos 45 minutos, aunque también tiene efectos en sesiones más cortas", concluye la responsable de Templo del Masaje.
Si buscas estar feliz contigo misma, si buscas el equilibrio entre cuerpo y mente, ¡anímate y practica Reiki!