Durante este verano habrá muchos días que te levantes demasiado tarde para desayunar y aún temprano para almorzar. Y es que, con la llegada del verano, las altas temperaturas y las vacaciones, nuestros hábitos se modifican. La noche se disfruta más durante esta época del año y el organismo sufre las consecuencias de ese cambio de horario. La solución está en el brunch, una tradición anglosajona que consiste en aunar el breakfast (desayuno) y el lunch (almuerzo) en una sola comida. Un concepto ideal para las mañanas en las que no sabes bien si desayunar o esperar para comer.
Desde hace unos años son muchos los restaurantes que ofertan esta posibilidad (entre medio día y las dos de la tarde), pero los calores del verano hacen imposible salir a estas horas, así que si tienes un jardín o un rincón fresquito en el que puedas organizar esta modalidad gastronómica no esperes más para homenajear a tus invitados con un delicioso brunch veraniego.
La idea originaria del brunch era acabar con la resaca del sábado y reponer fuerzas a base de líquidos y alimentos ricos en grasas y calorías, pero hoy en día se opta por él simplemente para ahorrarse una comida al día.
A la hora de elaborar el menú son muchas las posibilidades, sin embargo, ten en cuenta que la idea es no volver a tener hambre hasta la hora de la cena, por lo que tendrás que combinar equilibradamente alimentos dulces con salados.
Si ya estás pensando en preparar un brunch en casa: café, zumos naturales, fruta, huevos, bacon, tostadas, embutidos, cava o un Bloody Mary son algunos de los alimentos que no pueden faltar en tu mesa. Ficha estas recetas clásicas:
Estos huevos escalfados que se sirven sobre tostadas son el plato preferido de los neoyorquinos amantes del brunch.
Para 4 personas necesitas 4 huevos, 4 rebanadas de pan de molde, unas 4 lonchas de jamón york, sal y una pizca de pimentón. Después, sólo tienes que tostar el pan en la tostadora y untar las tostadas con un poquito de mantequilla. En cada una de ellas colocas una loncha de jamón york (también puedes ponerle jamón ibérico) y pasas a escalfar los huevos. Se trata de poner a hervir agua, abrir los huevos y dejar que se cuezan en el agua. Cuando están listos se sacan de la olla y se colocan sobre la tostada decorando por encima con un poquito de pimentón.
Abre los bagels con un cuchillo y rellénalos de crema de queso y salmón ahumado. Así de sencillo. Estos bollitos de pan no pueden faltar en tu brunch casero.
Esta bebida resulta perfecta para ofrecerla a tus invitados justo antes de comenzar a comer.
Tienes que poner (para 4 personas) 4 cubitos de hielo en la coctelera junto a la pulpa de medio melocotón y licor de albaricoque. Cuando esté todo bien mezclado, vierte la mezcla en una copa de cava y rellénala con champagne.
Además, no te olvides de la bollería (tostadas, muffins, croissants, palmeritas, brioches, tortitas, galletas…), el yogur (mejor si es griego), el café, diferentes variedades de té e infusiones, cereales de distintos tipos, panecillos (con mantequilla y diferentes mermeladas), la fruta y los zumos frescos. Completa con quesos, salami, jamón, bacon, salchichas y huevos revueltos. Todo perfectamente colocado en una mesa decorada con flores frescas.
Para disfrutar de un brunch, los expertos recomiendan que no supere el 40% de ingesta calórica del día. Así, el nutricionista Álex Pérez asegura que "un brunch que obedece a las necesidades de nuestro cuerpo no tiene que ser perjudicial siempre que la ingesta calórica sea moderada y según la actividad que vayamos a realizar".
Fruta y verdura, proteínas de fácil digestión, farináceos y lácteos son algunos de los alimentos que no deben faltar en nuestro brunch para conseguir que este sea lo más saludable y equilibrado posible. Es importante hacer una ingesta nutritiva cuando nos despertamos, ya que de esta manera ayudamos a nuestro organismo a afrontar el día.
Existen infinidad de recetas para disfrutar de un desayuno-almuerzo. Una de ellas es el brunch japonés, ideal para cuidar tu figura y disfrutar sin remordimientos de los intensos sabores de la cocina japonesa.
Tres platos ideales que te ayudarán a mantener una óptima hidratación y a reponer fuerzas después de una larga noche de verano son:
No te lo pienses, queda con tus amigos el próximo domingo alrededor de las 11 de la mañana y sorpréndeles con un brunch en casa.
El brunch es una opción ideal para hidratar nuestro organismo después de una larga noche de verano. Este concepto anglosajón fusiona el desayuno con el almuerzo y lo convierte en la elección perfecta para las mañanas en las que no sabes si desayunar o esperar para comer.
Los expertos en nutrición recomiendan que el aporte calórico de un brunch no supere nunca el 40% de la ingesta total. Por eso, uno de los platos que puedes incluir en tu brunch casero es un sabroso salmorejo, receta muy nutritiva y cien por cien mediterránea.
Con la llegada del verano nuestros hábitos cambian y disfrutamos más de la noche que del día. Este cambio es nuestro organismo quien más lo sufre, por eso es aconsejable nutrir nuestro cuerpo nada más levantarnos. Después de un rico salmorejo, un tabulé de menta puede sentarnos de maravilla. Además nos ayudará con la digestión.
Tras un refrescante salmorejo y un tabulé de menta, el plato estrella de nuestro brunch casero será el postre. Una hidratante ensalada de fruta compuesta por fresas, plátanos, piña, naranja, sandía y melón y regada con zumo de arándanos, nos ayudará a hidratar nuestro organismo y nos aportará una buena dosis de antioxidantes.
El brunch japonés es una alternativa ideal a un brunch casero. Si te gustan los sabores intensos de la cocina japonesa, esta puede ser una buena opción para disfrutar de ella. Además, te permite cuidar la línea y disfrutar de una sabrosa comida sin remordimientos.
Después de largas jornadas nocturnas de verano nuestros organismos se resienten y necesitan una dosis extra de hidratación. Nada mejor que conseguir esa dosis extra con un nutritivo y sabroso brunch.
