El cuello es una de las zonas más castigadas del cuerpo, pues manifiesta todas las consecuencias de la tensión cotidiana, dolores de espalda, cabeza, hombros y nuca, agotamiento y exceso de tensión muscular, son algunos de los síntomas más frecuentes.
A pesar de que nuestro cuello es un centro receptor de tensiones, es también una de las zonas del cuerpo que más se benefician del masaje, técnica que aunque debe ser realizada por profesionales (fisioterapeuta etc.), en ocasiones puede ser practicada por otra persona que tenga conocimientos y cierta experiencia.
Es recomendable practicar el masaje en un ambiente tranquilo, con luz tenue y a una temperatura adecuada, no ha de sentirse ni frío ni calor.
Aunque es posible masajear la piel en seco, está muy indicado el uso de aceites para facilitar el deslizamiento de las manos y conseguir hidratar la piel al mismo tiempo.
La persona que realiza el masaje se colocará detrás de la que lo recibe y calentará el aceite frotándolo entre las manos antes de aplicarlo sobre la piel. El receptor del masaje se sentará en una posición cómoda y confortable, con la espalda recta.
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