En la era de los denominados “superalimentos”, el yogur se ha convertido en la base perfecta para incorporar semillas, bayas, especias e incluso frutas y vegetales a la dieta diaria. No en vano, el yogur ha sido uno de los alimentos más buscados en internet en el pasado 2016.
El yogur es uno de los alimentos más comunes, versátil para consumir como snack, como postre y para cocinar, y con beneficios nutricionales que todos consideramos de sobra conocidos. Sin embargo, como sucede con todos los alimentos populares de consumo diario, tendemos a formular verdades universales al respecto, que se van extendiendo sin saber hasta qué punto son ciertas sus afirmaciones.
Con la ayuda de Kaiku Sin Lactosa recopilamos y analizamos las verdades y mentiras más extendidas sobre el yogur:
Es cierto. El yogur es uno de los alimentos con mayores beneficios para el cutis. Al consumirlo, obtenemos la dosis de proteínas necesarias para mantener una piel firme y, por lo tanto, más lisa y resistente a las arrugas. Pero además, aplicarlo directamente sobre la piel ofrece grandes ventajas hidratantes: utilizado como mascarilla facial (solo o acompañado de miel o vino), suaviza el cutis y mejora su aspecto y su textura en apenas unos minutos. Sirve además como loción after-sun natural: las enzimas y probióticos de los yogures ayudan a una recuperación de la piel más rápida tras las inoportunas quemaduras veraniegas.
Verdadero. Los antibióticos actúan de manera agresiva contra las bacterias causantes de las infecciones, por lo que debemos tomar precauciones adicionales a fin de preparar el cuerpo para sus efectos. Al atacar las bacterias dañinas, los antibióticos también pueden eliminar colateralmente las bacterias positivas para el equilibrio de la flora intestinal. El consumo de yogur, por su contenido en bacterias saludables, ayuda a recuperar y proteger el intestino durante y después del consumo de antibióticos.
Mentira. Depende de la cantidad que se ingiera y sobre todo de lo que se acompañe. Y es que la tendencia de acompañar el consumo de yogur con toppings vino para quedarse con el boom del yogur helado como snack sano de moda, y se extendió rápidamente a los yogures de consumo casero. Sin embargo, no todo topping es saludable y bajo en calorías: si el objetivo es incluir un complemento para el yogur que sea saciante y light, lo mejor será acompañar yogures naturales con frutos secos o copos de avena y una pequeña cantidad de frutas rojas. Estos toppings sí son saludables, mientras que añadir alimentos ricos en azúcares como el chocolate, los crumbs de galletas o trocitos de tarta pueden sumar más grasas, hidratos de carbono y calorías de la cuenta.
Es verdad. Al contrario que otros alimentos que causan digestiones lentas y pesadas, el yogur ayuda a que el proceso vaya lo más rodado posible gracias a la acción de los probióticos. Los yogures con lactobacillus ayudan a la correcta absorción de los nutrientes al equilibrar la flora intestinal. Si aún así se siente algo de pesadez, lo ideal es apostar por yogures sin lactosa para ahorrar al organismo el trabajo de desdoblar la lactosa, haciendo que las digestiones sean más ligeras y fáciles.
Es mentira. El consumo de yogur es positivo tanto antes como después de hacer deporte. Antes, sirve para proporcionar al organismo el extra de energía que necesita para poder mantener el ritmo durante la sesión de ejercicio, al tiempo que su ligereza garantiza la sensación de bienestar al practicar deporte. Después del entrenamiento, el yogur ha demostrado ser todo un aliado para la recuperación: su contenido en carbohidratos ayuda a rellenar las reservas de energía, y las proteínas a reparar los músculos tras el ejercicio.
