El pelo está expuesto a numerosos agentes que lo estropean y dañan provocando un cabello quebradizo, débil y áspero. Es cierto que son muchas las veces que dañamos el cabello de forma involuntaria en gestos diarios, pero también hay factores externos que alteran la estructura de los folículos pilosos, empeorando su estado.
El doctor Horacio Foglia, especialista en salud capilar, identifica los 8 principales enemigos del cabello y cómo puedes protegerlo para presumir de pelo fuerte, sano y brillante. ¡Toma nota!
Usar en exceso el secador o plancha resta calidad al pelo. Utilizar estos elementos térmicos de forma continuada y a una temperatura muy elevada hace que el cabello sufra, dañando la raíz. En el peor de los casos el pelo puede llegar a romperse.
Lavar el pelo con agua muy caliente disminuye el brillo del cabello. Lo más adecuado es lavar el pelo con agua tibia porque si la temperatura es demasiado caliente, puede provocar un exceso de sebo que vuelve el pelo más graso. Por el contrario, realizar el lavado con agua fría no eliminaría totalmente la grasa. Sin embargo, el doctor Horacio Foglia recomienda “hacer el último aclarado a una temperatura más baja que el lavado porque favorece el cierre de las cutículas y, así, refleja más brillo”.
Los recogidos tirantes provocan la rotura del cabello. Peinar el pelo de forma tirante y sujetarlo con horquillas o gomas que lo tensen demasiado producen la rotura de las fibra capilares.
La falta de hidratación cuartea el cabello. Si no se mantiene el pelo hidratado se altera la capa hidrolipídica, de forma que el cabello se vuelve seco y áspero, perdiendo suavidad. Para mantener el pelo siempre hidratado el uso de acondicionador es indispensable. Descubre aquí cómo funciona el acondicionador y cómo debes aplicarlo.
El estrés provoca la caída de pelo de forma difusa durante un periodo determinado de tiempo. Esta pérdida de cabello es debida a una alteración en el ciclo capilar que afecta a los folículos pilosos que se encuentran en la fase de crecimiento anágena y que saltan directamente a la fase de caída o telógena. El doctor Foglia destaca que “el organismo reacciona ante el estrés y libera corticoides, produciendo en el folículo piloso una estimulación de las glándulas sebáceas, que aumenta la producción de sebo y una disminución de la concentración de oxígeno intrafolicular, con un consecuente debilitamiento y posterior caída”.
Los rayos solares debilitan los folículos pilosos. Los rayos ultravioletas, específicamente, penetran en las cutículas y provocan una deshidratación del cabello que modifica su propia estructura, es por ello que durante el verano el pelo sufre más y en septiembre podemos notar el cabello áspero, reseco y sin brillo.
La contaminación afecta al cabello volviéndolo seco y sin brillo. La polución disminuye la calidad del pelo y provoca una descamación del cuero cabelludo favoreciendo la aparición de caspa. Las partículas contaminantes producen un peor estado de la cutícula, ya que desordenan su estructura dando como resultado un pelo quebradizo. Los cabellos grasos son los más perjudicados por esta alteración en la atmósfera porque se ensucian más fácilmente.