Cómo conservar y madurar las frutas para comerlas ¡en su punto!

Repasamos las frutas que continúan madurando después de recolectarlas y te contamos cómo debes conservarlas para alcanzar su punto óptimo de maduración para el consumo.

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Existen frutas que siguen madurando después de ser recolectadas, es decir, se pueden comprar verdes y esperar a que alcancen su punto idóneo para su consumo en casa. Plátanos, aguacates, tomates, kiwis, albaricoques, manzanas, peras o sandías, son las frutas más habituales en nuestras despensas que siguen madurando después de la recolección. Algunas de ellas necesitan pasar un tiempo en la nevera para alcanzar su punto óptimo de consumo; y otras, sin embargo, deben madurar a temperatura ambiente.

Con la ayuda de Yocomobien repasamos las características específicas de cada una de las frutas, cómo conservarlas y cuándo comerlas para disfrutarlas en su punto óptimo de maduración:

Aguacate

La temperatura óptima para su maduración es entre 15º y 24ºC por lo que deben dejarse madurar fuera de la nevera y una vez estén maduros, se introducirán en el frigorífico. Si los metemos verdes en la nevera, se estropearán y nunca madurarán.

Si necesitas madurar con rapidez un aguacate, envuélvelo con papel de periódico. Para reforzar el efecto, calienta el horno unos minutos, después apágalo e introduce los aguacates en él envueltos en papel de periódico. Déjalos dentro del horno durante toda la noche.

Evitarás que el aguacate se ponga negro cuando lo guardes en la nevera ya abierto, metiéndolo en una bolsa de plástico.

Albaricoque

Una vez se han comprado verdes, si se conservan a unos 20º grados van adquiriendo sabor y su característico color anaranjado. Su maduración se acelera al conservarlos cerca de manzanas o plátanos.

Ciruela

Si se adquieren muy verdes, se pueden dejar madurar unos días a temperatura ambiente. La pulpa se ablandará, pero no se volverán más dulces. Al comerlas deben tener una textura firme y no estar cubiertas de un ligero polvillo mate.

Limón

Guárdalos en la nevera sumergidos en una jarra con agua fría. Te durarán hasta 1 mes. Además, cuando hayas utilizado limón en cualquiera de tus recetas y te ha sobrado una mitad, podrás conservarla fresca por mucho más tiempo si la colocas sobre un plato y la cubres con un vaso puesto boca abajo.

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Kiwi

Al tener un proceso de maduración largo, no puede ser consumido inmediatamente después de ser recolectado. Puedes dejarlos madurar a temperatura ambiente.

Manzana

En el momento óptimo de consumo, debe ser aromática y no resultar harinosa. Si se recoge muy verde, se puede acelerar la maduración con una temperatura de conservación mayor. Por el contrario, para evitar que las manzanas maduren con rapidez, empapa un paño limpio en aceite de oliva y frota la manzana con él.

Mandarina

La mandarina se conserva muy bien refrigerada entre 3 y 7º. Si quieres que aguanten como mínimo 1 mes, consérvalas refrigeradas a menos de 5º.

Melocotón

Los colores amarillo y rosáceo son indicativos de que la fruta está madura y lista para su consumo. Hay que fijarse, sobre todo, en que la zona del rabito esté  amarilla, cuando todavía está verde tiene aspecto aterciopelado. El tiempo de maduración no aumentará su dulzor, pero mejorará su olor, sabor y textura.

Melón

Elegir un buen melón es casi una ciencia, se dice que si está maduro debe resultar pesado en relación a su tamaño. Si huele un poco a “medicamento” es señal de que está pasado, y si al sacudirlo se escucha un chapoteo, también.

Membrillo

Si vas a comprar membrillos y no quieres llevarte sorpresas desagradables al degustarlos, elige aquellos que presenten la piel lisa y bien amarilla, sin manchas ni golpes. Si quieres conservarlos bien, guárdalos en la nevera sin que se toquen entre ellos y envueltos en papel.

Pera

Si se compran maduras, deben ser firmes al tacto y no tener manchas. No se debe tardar en consumirlas, pues están mejor cuando se cosechan ligeramente verdes. Pueden terminar de madurar manteniéndolas a más de 20º. Para conservar las peras más tiempo en perfecto estado, colócalas en un recipiente con los rabitos hacia arriba.

  • ¡Idea! Si deseas elaborar una compota de peras de forma rápida, simplemente pela las peras, retira las pepitas y zonas duras y aplástalas con un tenedor hasta hacerlas puré. Añade unas gotas de zumo de limón y un poco de azúcar si es necesario. Remueve bien y sirve.

Plátano

Su punto óptimo de maduración se conoce por el color amarillo intenso de la piel que además presenta algunas motas negras. Si no está maduro, la pulpa resulta dura, poco jugosa, insípida y muy áspera. Al conservarlo en el frigorífico la piel se vuelve negra, aunque por dentro no se daña. No obstante, si colocas los plátanos dentro de una bolsa oscura en el frigorífico, evitarás que les llegue la luz y no tomarán ese tono negruzco característico.

Los plátanos se conservarán durante más tiempo, si se pelan y se envuelven en papel de aluminio, guárdalos en el frigorífico. Si te has descuidado y los plátanos han madurado demasiado llegando incluso a pasarse, recupéralos dejándolos durante todo un día en el congelador. Después, hiérvelos, mejorarán hasta en el sabor.

Sandía

No se puede saber si una sandía está madura por la mancha clara que presenta en su corteza, ya que esta es la parte de la fruta que ha estado en contacto con el suelo durante su crecimiento. Para saber si está madura, se debe colocar la pieza junto al oído y apretar un poco; si está en su punto, la pulpa debe crujir.

Tomate

Si está verde no debe guardarse en la nevera. Para madurarlo se debe mantener a 20º y protegido de la luz, pues la luz transforma en clorofila los pigmentos rojos, y esto no significa que el tomate esté maduro. Para elegir buenos tomates, mira que no tengan manchas en la superficie y que no presenten la piel arrugada. Si los compras algo verdes, se maduran colocándolos fuera de la nevera, con el tallo hacia arriba y bien extendidos sin que se toquen unos con otros.

Para obtener tomates secos, simplemente corta los tomates frescos por la mitad y colócalos en una bandeja al sol. Cuando estén arrugados y secos se guardan en la nevera cubiertos con aceite de oliva en un recipiente cerrado.

  • ¡Truco! Para poder pelarlos rápidamente sin perder tiempo ni esfuerzo, mete los tomates en un recipiente con agua caliente. Introdúcelo en el microondas durante 2 minutos. Cuando los tomates estén tibios, se les podrá retirar la piel fácilmente con un cuchillo de sierra.

Aunque todas estas frutas siguen madurando después de ser recolectadas, no todas lo hacen. Algunas como las cerezas, la piña o la uva se pudrirán antes de poder consumirlas si se recolectan verdes.

Además, en general, para que la fruta fresca dure más tiempo, no se recomienda mezclar distintas variedades en el mismo recipiente, pues se estropearán antes. Cuando las coloques en el frutero, dispón las piezas siempre con el rabito hacia arriba y durarán frescas por más tiempo.

  • ¡Truco! Las piezas de fruta que se almacenan en el frutero pueden estropearse con más rapidez de lo deseado, para evitarlo se deben colocar unos tapones de corcho distribuidos por el frutero. El corcho eliminará la humedad y aumentará la vida de la fruta evitando que se pudra fácilmente. Si lo prefieres, para evitar que la fruta enmohezca en el frutero, coloca en su interior un diente de ajo partido en dos. La fruta se conservará en perfecto estado más tiempo.
  • ¡Idea! Si has abierto una lata de fruta en almíbar y no la has consumido en su totalidad, conservarás la fruta en perfecto estado sacándola de la lata y guardándola en un bote de cristal. Cubre la fruta con el almíbar.
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