Pastillas para adelgazar

Pastillas para adelgazar
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El sueño de muchas personas con sobrepeso es una píldora que les ayude a perder los kilos de más sin renunciar a sus hábitos alimenticios y al estilo de vida. Existen en el mercado cápsulas antiobesidad desde hace tiempo, pero no son mágicas. Para que hagan efecto deben combinarse con una dieta equilibrada y ejercicio moderado. Y, sobre todo, tomarlas con precaución.

Los grandes grupos farmacéuticos investigan desde hace decenios fórmulas para tratar de frenar la epidemia de obesidad que azota al mundo desarrollado y, al mismo tiempo, satisfacer la demanda de un importantísimo nicho de mercado. Sólo en Estados Unidos, el país con mayor porcentaje de población obesa, el negocio de los fármacos para adelgazar mueve al año unos 33.000 millones de dólares (24.700 millones de euros), según datos de la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés).

La FTC calcula que actualmente circulan en el mercado estadounidense unos 25.000 productos adelgazantes, la mayoría de los cuales no tienen base científica y, en ocasiones, incluso invitan a pensar que se trata de un timo. Este fenómeno ha obligado al Gobierno de Washington a intervenir sancionando a algunos fabricantes de estos productos, si bien la gran mayoría de ellos se pueden seguir adquiriendo libremente en tiendas, farmacias y parafarmacias.

Según el Centro Nacional de Estadísticas de la Salud, con sede en Hyattsville (Maryland), más del 30 por ciento de los adultos estadounidenses mayores de 20 años- unos 60 millones de personas-, padece de obesidad. Entre los niños y adolescentes, de 6 a 19 años, el 16 por ciento se considera que tiene exceso de peso.

SOLUCIONES FÁCILES

Las causas principales del exceso de kilos y de la obesidad son evidentes: dieta inadecuada pero abundante y falta de ejercicio físico.
Pero la mayoría de los estadounidenses, al igual que ocurre con ciudadanos de otros países afectados del mismo problema, prefiere las soluciones fáciles: alguna píldora mágica que acelere el metabolismo, queme el exceso de grasas y elimine los kilos sobrantes sin necesidad de disciplina, ni en la dieta ni en el ejercicio físico.

La comercialización de productos adelgazantes sin base científica obligó, hace dos años y después de laboriosas comprobaciones, a la FTC a imponer sanciones a los cuatro fabricantes y distribuidores de cinco tipos de cápsulas: XenadrineEFX, CortiSlim, CortiStress, TrimSpa, y One-A-Day-WeightSmart.

Paradójicamente, el gobierno estadounidense no ha impedido que se sigan vendiendo esos productos, pues el objetivo principal de estas sanciones es evitar que la publicidad difunda promesas falsas que engañan a los consumidores.

"En EEUU, la publicidad de estos productos puede hacer casi cualquier tipo de promesa, pues el gobierno no contempla una reglamentación al respecto. En cambio, lo que se afirme en la etiqueta del frasco del producto sí puede estar más controlado", manifiesta en su página web Bruce Silverglade, del Centro para la Ciencia de Interés Público (CSPI, en inglés), un grupo independiente de apoyo a la salud.

La FTC recordó en su informe previo a las sanciones, que los estudios encargados por los fabricantes no encontraron pruebas de los resultados espectaculares que prometían en la publicidad, y que una investigación científica posterior determinó que los participantes del grupo de control, que tomaron placebos en lugar de los compuestos, perdieron más peso que los que ingirieron esas píldoras.

EL ORLISTAT

En el mercado existe también un reducido número de fármacos que han demostrado su eficacia en el tratamiento de la pérdida de peso, son los derivados de la droga orlistat, también conocida como tetrahidrolipostatina.

El principio activo orlistat es conocido comercialmente como Xenical, Redustat y Alli. La Administración de Drogas y Alimentos (FAD por sus siglas en inglés) de Estados Unidos aprobó en junio de 2007 la venta sin receta de Alli para personas mayores de 18 años,  mientras que en el Viejo Continente también se puede adquirir libremente.

Las autoridades sanitarias estadounidenses justificaron la autorización de la venta de estas píldoras sin prescripción facultativa previa en que sólo afectan al intestino "de forma no agresiva" y no tienen efectos secundarios en el aparato circulatorio o en el sistema nervioso, como ocurre con las que precisan receta.
Combinado con una dieta baja en grasas y un ejercicio moderado, este compuesto ayuda a perder hasta un 50 por ciento más de peso que si no se ingiriese, según asegura la firma farmacéutica GlaxoSmithKline.

Tanto en los prospectos del medicamento como en la página web de la empresa fabricante de Alli, se recomienda tomar una cápsula tres veces al día, antes, durante o hasta una hora después de las comidas,  para bloquear aproximadamente el 25 por ciento de la grasa que podrían contener los alimentos.
 
Según manifestó la doctora Pilar Rioboo, endocrinóloga del hospital Fundación Jiménez Díaz de la capital de España, este fármaco no es en absoluto "una píldora mágica ni quita el apetito" pero, "combinada con una dieta saludable y un mínimo de ejercicio", puede facilitar la pérdida de peso y ayudar a prevenir problemas de salud derivados de la obesidad, como la diabetes tipo 2, el colesterol y la hipertensión. 
 
La multinacional Roche, fabricante de Xenical, indica en el prospecto del fármaco que es "un inhibidor de las lipasas gastrointestinales, potente, específico y de larga duración". Las razones por las que el medicamento ayuda a perder peso estriban en que esas lipasas inactivadas son incapaces de "hidrolizar las grasas de la dieta, lo que permite que un 30 por ciento de la grasa ingerida con los alimentos pase por el tracto intestinal sin ser digerida". En consecuencia, el organismo no puede convertir la grasa de la dieta en fuente de energía y en tejido adiposo. 

La doctora Rioboo reconoce que la mayoría de los efectos no deseados relacionados con la ingesta de este medicamento son resultado de su acción local sobre el aparato digestivo, aunque asegura que solo se manifiestan al principio del tratamiento, por regla general. Estos efectos no deseados incluyen urgencia o incontinencia fecal, diarreas moderadas o flatulencias, entre otros.

La especialista advierte de que este producto está contraindicado en embarazadas y lactantes, o en casos de problemas de absorción intestinal o disfunciones en la vesícula biliar.