El verano está lleno de placeres, muchos de ellos para el paladar, y la mayoría cargados de contraindicaciones para mantener la figura. Aperitivos que se convierten en almuerzos, cafés que derivan en tapeo, actividades que retrasan la hora de comer incitándonos a picar snacks poco saludables… Sin embargo, sobrevivir a estos maravillosos momentos sin que la báscula pase factura no es tan difícil, la clave radica en saber elegir los alimentos y bebidas veraniegas que evitarán que engordes y tener muy presentes estos errores a evitar que nos descubre el nutricionista Alejandro Cánovas:
No confundas la sed con hambre
En verano nos deshidratamos con mucha más facilidad y más del 30% de las personas cometen el error de confundir la sed con hambre, ¿cómo diferenciarlo? Es muy sencillo: “bebe un vaso grande de agua y espera cinco minutos, si la sensación vuelve escoge un snack saludable como las nueces. La mayoría de las veces de trata de una mezcla de ambas sensaciones”, afirma el nutricionista.
Barra libre de fruta
Sí, la fruta es nuestra aliada, pero tampoco hay que comerla sin control. No hay que olvidar que es rica en azúcares, por lo que no se recomienda comer más de 4 o 5 piezas al día (aunque depende la condición y ejercicio físico personal). Lo ideal es consumir cuatro piezas: dos en el desayuno, una a media mañana y otra a media tarde.
Es verdad que este tipo de bebidas reducen significativamente el aporte de calorías, pero hay que dejar de pensar que por tomarlas nos estamos cuidando ya que “no hacen una contribución nutricional positiva al organismo”. Según Cánovas, “es mucho más beneficioso inclinarse por bebidas como el zumo de tomate, que tiene muy pocas calorías y aporta nutrientes”.
Sin embargo, en contra de lo que muchos pueden pensar, no es necesario renunciar a la cerveza fresquita, de hecho, muchas investigaciones han demostrado que el consumo de cerveza sin alcohol tiene numerosos beneficios, entre ellos el de estimular la producción de “colesterol bueno”, que previene la formación de depósitos de grasa en las arterias y disminuye el riesgo de padecer infarto en corazón y cerebro. Además contiene antioxidantes que frenan el envejecimiento y deterioro de las células del organismo.
Saltarse la cena
Haber picado algo a media tarde no debería implicar saltarse una comida principal como es la cena, “aunque sí hay que adaptarla, reduciendo proporcionalmente el grupo de alimentos que se haya tomado durante el picoteo”, explica el nutricionista.
Si lleva lechuga no engorda
Llamar ensalada a cualquier comida que incluya lechuga no reduce automáticamente su aporte calórico. Según Cánovas “debemos tener cuidado con ingredientes como el queso de cabra, el exceso de frutos secos, los crutones de pan o las salsas, ya que convierten las ensaladas en platos hipercalóricos”.