Lavar las patatas y pelarlas. Cortarlas después en láminas muy finas.
Una vez cortadas se añaden a un recipiente cubiertas de agua fría y se dejan sumergidas 30 minutos.
Después se escurren y se coloca una servilleta gruesa sobre la mesa de trabajo. Colocar encima las patatas para que escurran el agua que aún pudieran tener.
Acto seguido se vierte abundante aceite de oliva en una sartén y se calienta bien, (hasta 200º). Después se sumergen las patatas en el aceite caliente en pequeñas cantidades, dejándolas freír durante un par de minutos.
Retirarlas del fuego con una espumadera y dejarlas escurrir sobre un papel de cocina o servilleta de papel.
Salar al gusto y servir.
Observaciones
4 personas
Sugerencia: Mientras se fríen las patatas, añade una pizca de romero.